Encontró en Lanús su lugar en el mundo. Después de haber sido legislador porteño y de formar parte de diferentes construcciones políticas, aceptó sumarse a la gestión de Néstor Grindetti como responsable de la seguridad del municipio. Durante una charla con Quórum, Diego Kravetz destacó que lo más importante para combatir el delito es tener una firme decisión política y confesó que después de casi ocho años en la gestión su sueño es ser Intendente de Lanús.
¿Qué es la justicia para vos?
La justicia para mí, saliendo de los libros de derecho y el ejercicio cotidiano que uno puede tener como abogado, es el lugar donde todos los ciudadanos esperamos un resguardo y una contención para nuestros derechos. Eso es un poco lo que uno tiene como sueño o como anhelo de justicia. Y hoy, es ese claroscuro que de repente tiene cosas geniales y de repente tiene sinsabores muy difíciles. Es el cotidiano de la justicia nuestra.
¿Por qué decidiste estudiar abogacía?
Mi papá falleció hace muchos años y era biólogo, mi mamá también. No vengo de una familia de abogados pero siempre me interesó la justicia. Como medio idealista, ese anhelo de buscar hacer el bien y de ayudar al que menos tiene. Y terminé estudiando Derecho, increíblemente.
¿Y cómo fueron esos años de estudiante?
Al principio fue un poco difícil. Al no tener una familia de abogados no manejaba el lenguaje propio del mundo del derecho ni tampoco me movía en ese ambiente. Entonces fui sintiendo la diferencia. Por ejemplo, los chicos que venían trabajando de meritorio o los papás hablaban todo el día en la casa con una jerga con la que hay familiarizarse tenían un plus de ventaja. A mí sobre todo el primer año y el primer cuatrimestre en particular me costó bastante. Después le encontré la vuelta y me fue bastante bien en la UBA.
¿Qué te llevó a crear el Movimiento de Empresas Recuperadas?
Fue una coyuntura política muy particular. Fue un momento en el cual, sobre todo a partir del ´98, la Argentina venía con un proceso muy fuerte de cierre de industria. Era un fenómeno nuevo y había muchos trabajadores que no estaban acostumbrados, que nunca pasaron por el hecho de no encontrar otro laburo cuando perdieron el que tenían. Fue como algo de ingenio para encontrarle la vuelta jurídica y también del planteo político. Nosotros como Argentinos en general siempre nos proyectamos con trabajo. Esta cosa del desocupado crónico no existía en la cabeza del argentino. Empezamos a trabajarlo siempre buscando herramientas desde el derecho. Nosotros no venimos de la izquierda, así que encontramos una vuelta legal. De hecho hubo reformas de leyes que ayudaron a estabilizar a las empresas que se habían recuperado, pagar a muchos acreedores. Funcionó bastante bien.
¿En qué consistía?
La Ley de Quiebras lo que lo que especificaba era que una vez quebrada la empresa en cuatro meses había que liquidar todos los bienes. Nosotros lo que decíamos era que no se apure a liquidar, a ver si la empresa puede continuar con los trabajadores adentro, con intervención judicial o como una cooperativa. Ver si la empresa como fuente productiva puede seguir. Y después, a partir de eso, volver a replantear cómo se le paga a los acreedores. Pero no cerrarla, porque cuando se venden los bienes los únicos que terminan cobrando son el acreedor hipotecario y el acreedor prendario. Entonces todos los demás, los otros comercios y los trabajadores que no cobran, quedan en la lona. Al principio tuvimos cierto rechazo de la justicia, después tuvimos una cierta acogida legislativa que empezó a darnos una mano y luego hubo reforma de la Ley de Quiebras que lo planteó también. Fue una discusión bastante interesante, muy relacionada con la coyuntura previo al 2001, que para todos nosotros fue una catástrofe.
¿Qué es lo que más valorás de tu paso por la Legislatura porteña?
Desde el punto de vista personal fue un gran aprendizaje y creo que pude hacer mi aporte a la Legislatura con algunas leyes que fueron interesantes, relacionadas con educación sexual, con empresas recuperadas, con seguridad. Después, si me preguntás si volvería a ser legislador, me cuesta pensarme ocupando nuevamente un cargo así. El Ejecutivo tiene otra dinámica para trabajar. Cuando uno está haciendo en forma cotidiana es distinto a un hacer, que es mucho más conversado, mucho más hablado. El arte de la Legislatura es el diálogo, encontrar los consensos. Lleva tiempo, lleva trabajo y vos no ves que le modificaste la vida a nadie concretamente. A mí me gusta irme todos los días a mi casa sintiendo que hice algo por alguien, por un vecino, por una empresa, por un sindicato, ayudar a alguien. Eso en la Legislatura obviamente no pasa.
¿Por qué aceptaste acompañar al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, a pesar de no haber compartido el mismo partido político?
Había formado un instituto de políticas de seguridad que se llamaba Instituto de Políticas de Pacificación a fines del 2011 y venía estudiando mucho la relación entre la marginalidad, el narcotráfico y los contornos de pobreza. Estudié el caso de Brasil y las favelas y el caso de Medellín y la droga. Me interesaba probar un poquito lo que uno venía estudiando en nuestro conurbano. Charlando me dijo que me sumara y aportara lo mío. Me interesó y así fue que me sumé. No es fácil, a la lucha contra el delito hay que ponerle el cuerpo.
¿Cómo ves lo que está pasando en Rosario, Santa Fe?
Lo veo con bastante bronca. Honestamente para mí la seguridad y el narcotráfico en particular son discusiones exclusivamente de control territorial. Lo que pasa en Santa Fe es que el Estado perdió el control del territorio. Para controlar el territorio no es necesario un servicio de inteligencia tremendo y una justicia demoledora, es una decisión política. Si vos no tenés eso, te pasa lo que le pasa a Santa Fe, que tiene funcionarios cooptados, territorio tomado. Obviamente que es solucionable pero lo primero que hace falta es decisión política. De esa manera se puede abordar tranquilamente el tema y solucionarlo.
¿Y por qué considerás que hoy no lo están pudiendo resolver?
Creo que tienen, en el mejor de los casos, cierto temor. En el peor de los casos, cierta complicidad. En seguridad no hay excusa, no hay un punto medio. Para decirlo sin eufemismos, hay cosas que hay que hacerlas de patada voladora o no hay que hacerlas. No tiene mucho misterio. Con un plan, obviamente, pero de patada voladora. A nosotros nos pasó eso en Lanús. Al comienzo de la gestión nos costó mucho el control del territorio. Los dos primeros años fueron tremendos, pasó de todo. Pero hoy en Lanús no existe más el búnker. Sí existe obviamente la droga en general pero no esa modalidad de que te toman un pedazo de territorio, te instalan un maxikiosco y se ponen a vender, eso no existe más. Pero para llegar a eso hicimos más de 1.000 procedimientos, una cantidad enorme de allanamientos, entramos a todos los barrios a cualquier hora. Voy solo a cualquier barrio a cualquier hora para que sepan que estoy. Pero es una decisión política, no hay otra forma. Tenés que tener la decisión de que el territorio lo controla el Estado, no lo controla nadie más. Y eso por supuesto que te lo hacen sentir. Por eso decía que lo hacés o no lo haces. Si lo vas a hacer, tenés que ir con patada voladora porque no hay un punto medio.
Dicen que la seguridad es una papa caliente que nadie quiere agarrar. ¿Por qué decidiste involucrarte en este tema?
Siempre me gustó el tema y me gustó aprender. Me gusta caminar, me gusta conocer y trato de estar. Nunca le pedí a nadie que esté abajo mío que haga algo distinto a lo que yo me animo a hacer. Por eso, voy a los operativos, conozco cada uno de los pasillos de Lanús, fui a las 37 villas que hay en el municipio. Esto no es un tema de una sola persona, es necesario que cada uno que maneje el área de seguridad tenga muchas ganas de involucrarse. A veces muchas cosas no salen como uno quisiera, pero tiene que aprender, corregir y tener la cabeza abierta. También encontré un gran equipo de trabajo y logré entablar diálogo con las otras fuerzas políticas, con la justicia. Eso es importante para ir a la pelea. Igualmente siempre empezás el día perdiendo tres a cero, pero trabajás para tratar de remontar el partido.
¿Te gustaría ser intendente de Lanús?
Me gustaría. Todo este proceso me enamoró del lugar. Inicialmente me pareció como un desafío la seguridad y terminé muy involucrado personalmente con el distrito. Conozco a mucha gente. Me gustó mucho ir a los barrios, voy a las villas, me aparezco de noche. Eso te genera un vínculo más rápido y mucho más afectuoso con los vecinos. Pasé a ser parte de la vida cotidiana de muchos vecinos.
¿Usan estadísticas para realizar análisis?
No creemos en otra cosa que no sea la profesionalización del trabajo. No hacemos nada, ni patrullamos, ni compramos, ni proyectamos nada que no tenga que ver con estadísticas. Nosotros cuando empezamos teníamos una sola estadística, que era la oficial del Ministerio Público Fiscal. Cuando empezás a interactuar con la policía empiezan a aparecer otras cosas. Si vos te querés involucrar un poco más, tratás de ver cómo hacés para conectarte con lo que se escucha en el 911 y nunca terminan siendo denuncias. Hoy nuestro mapa del delito incluye los datos de la Fiscalía, lo que entra en comisaría, lo que escuchamos 911, lo que escuchamos el 132 -que es un número local que desarrollamos nosotros-, y cuestiones que nos ingresan por redes o por denuncias anónimas que después verificamos. ¿Qué nos pasa ahora? Hay muchos vecinos que están tan hinchados en general con toda la coyuntura y la situación y no terminan llamando por teléfono al 911 o al 132. Para esos casos tenemos un sistema de relacionamiento con el vecino que son las reuniones periódicas. Por eso hay que tratar de conectar con la realidad lo máximo posible. Lo peor que puedes hacer para verificar es no tener conexión con la realidad.
¿Cómo podría mejorar la seguridad en la Provincia?
Nosotros pretendemos que en la gestión que viene -cuando Grindetti sea gobernador si Dios quiere- avancemos en la descentralización de la policía de prevención, con un control muy fuerte de la Provincia. Y además que la investigación sí se la quede un cuerpo de la provincia de Buenos Aires. A mí me serviría mucho para planificar algunas cuestiones, manejar directamente el mando. Hay municipios que ni saben lo que pasa con su policía. Por ejemplo, nosotros le pusimos un GPS a todos los móviles del comando Patrulla de la Policía bonaerense. Entonces sabemos dónde patrullan todo el tiempo pero eso lo hacemos nosotros, no todos los municipios.
¿La justicia necesita más herramientas para combatir la inseguridad?
Sí. A partir de la llegada de un sector de la política por ahí un poco más garantista a la justicia penal, lo que pasa sobre todo en la provincia de Buenos Aires donde tenés un sistema acusatorio, es que hay un montón de fiscales que como no creen que el delincuente es un delincuente sino un producto de una sociedad que lo ha marginado terminan no acusando y eso pone fin a las causas penales. Hay una desviación en algún sector de la justicia en el lugar que ocupa. Creo que si sos extremadamente garantista lo mejor es que no seas fiscal, sino que seas defensor. Después sí hay otro tipo de problemas o inconvenientes que tienen que ver con cómo están equipados quienes llevan adelante las investigaciones. Todavía la resolución de las investigaciones penales tienen poco de tecnología, poco de mecanismo forense, mucho del dato que te trae la policía. Falta sustancia investigativa. Veo fiscales que la verdad que se rompen el lomo y jueces que son muy buenos. Así como te digo una cosa, te digo la otra. La justicia de la Provincia tiene algunos funcionarios que son de verdad de una jerarquía impresionante, que laburan con muy pocos recursos a un nivel impresionante y aparte se vuelven muy intuitivos.
Presentaste varios proyectos en el Congreso…
Todos los días uno va viendo en la práctica cosas que por ahí los fiscales y los jueces quieren resolver y no tienen un artículo del Código Penal que les permita trabajar más tranquilos. Uno que vemos mucho y que presentamos un proyecto sobre el uso de réplicas de arma de fuego. Este recurso se usa mucho más que el arma de fuego. Si yo quiero hacer prevención y en un cacheo preventivo encuentro una réplica no te puedo detener. Te tengo que saludar y dejar ir. No conozco a nadie que salga con réplicas de arma de fuego a pasear, obviamente algo van a hacer. Necesitamos que haya una solución legislativa para este tema, que sea visto como una instancia de peligro. Después otro tema que nos genera un problema es el robo de autos. Si vos no agarrás al ladrón cuando está cometiendo el delito y lo detenés cuando va manejando, se toma como que esa persona está encubriendo un robo. Esa es la carátula que va a tener la causa. ¿Cuánto tiempo están presos los encubridores? Dos horas. Es una cosa de locos. Entonces el encubrimiento de robo de autos no puede ser un delito excarcelable. Otra cosa que vemos en la práctica es el tema de los adultos mayores. Durante la pandemia se incrementó mucho la cantidad de robos en los domicilios, dado que la gente no podía salir. Los delincuentes urbanos entonces empezaron a entrar en las casas y los lugares donde viven adultos mayores son ideales, dado que es más fácil robarles ya sea por una cuestión de limitación física o porque están bajo los efectos de algún remedio para poder dormir. De repente empezamos a ver que todos los días les entraban a robar pero no sólo eso, sino que les daban tremendas palizas. Planteamos entonces que es necesario una pena más grande en caso de que se le robe a un adulto mayor. El chorro puede elegir si le roba a un boxeador o a un viejito que tiene bastón y si es así, que se banque una pena mayor.
¿Han logrado que avance alguna de estas iniciativas?
No, la agenda legislativa tiene otras prioridades que a nosotros nos exceden. El problema que tienen las cámaras legislativas es ese. Empiezan a tener una agenda muy propia y se van alejando de la gente. Tengo mucho tiempo en política y me pasa que a veces prendo la tele y escucho de qué estamos discutiendo los políticos. Ninguna de esas charlas tiene que ver con los problemas que tiene un vecino normal del conurbano bonaerense.
¿Y cómo ves a Juntos por el Cambio?
Me parece que tiene una posibilidad cierta de ser gobierno. Falta dirimir quiénes son los candidatos y hacer las propuestas concretas que tengamos para cada caso y punto. No tenemos que estar más en discusiones internas, tenemos que salir de eso. Vayamos con nuestras propuestas, veamos cuál es la mejor y mientras tanto cumplamos nuestros roles de la mejor manera.
¿Cuál es la mejor formación de Juntos?
Patricia y Grindetti, esa dupla me gusta.
Fotografía/Video: Avanti! Producciones