Destacan la necesidad de “humanizar la Justicia” cuando se trata de un divorcio

La jueza de Familia de La Matanza, Maite Herrán, remarcó la necesidad de “humanizar la Justicia, acercarla al ciudadano y hacerla más abierta” y consideró que los agentes judiciales deben trabajar “guiados por los derechos humanos” porque trabajan con niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables que pasan por el peor momento de su vida porque “se están divorciando y están angustiadas”.

“Muchas veces se busca en la sentencia de divorcio una respuesta a ese dolor que vivió la pareja. Pero nuestro rol es pacificar el conflicto y ayudarlos a transitar ese momento de la mejor manera posible, buscando soluciones mediante la autocomposición”, describió la magistrada.

En ese contexto, explicó que “con la última modificación del Código Civil, uno se pueda divorciar sin tener que alegar causas o sin tener que ventilar los trapitos en los tribunales, lo que era dañino para las familias”.

“En el Fuero de Familia de la provincia de Buenos Aires existe la etapa previa de conciliación, que es una instancia judicial, en la que las y los consejeros intentan que ambas partes arriben a una ‘autocomposición'”, remarcó Herrán.

Y agregó: “Ahora, cuando te vas a divorciar, ya no tenés que alegar causas, ni esperar plazos. Pero sí tenés que ir a esa audiencia para hacer un acuerdo regulador de todas las tareas que emergen de la vida matrimonial, como ser el cuidado de los hijos, el régimen de comunicación, la cuota alimentaria o las compensaciones económicas”.

La jueza sostuvo que, de esa manera, se intenta que ambas partes “se pongan de acuerdo bajo su voluntad sobre cómo organizarán su vida familiar de ahora en más” y consideró que se trata de “algo más sostenible y duradero que una sentencia dictada por un tercero imparcial”.

“Desde mi punto de vista, el de la ruptura matrimonial es un dolor que muchas veces no encuentra consuelo en una sentencia, entonces requiere de herramientas extrajurídicas para elaborar el duelo que dependen de otras ciencias”, indicó.

Luego, la jueza opinó que “es interesante humanizar la Justicia desde ese costado, ya que somos servidores públicos y trabajamos con niños, niñas, adolescentes y personas que pasan por el peor momento de su vida, por lo que una tiene que trabajar guiados por los derechos humanos y principios democráticos”.

En ese marco, destacó la importancia de “acercar la Justicia al ciudadano y hacerla más abierta” y contó que el año pasado su juzgado notificó una sentencia de divorcio por WhatsApp a un hombre que vive en Senegal.

“Ellos habían contraído matrimonio en 2008. Ella inició el divorcio en Laferrere, partido de La Matanza, cuando el señor vivía en la ciudad M´Bour, en Senegal. En otro momento, hubiéramos tenido que mandar un exhorto por la vía diplomática, pero le enviamos un mensaje de WhatsApp, él respondió amablemente y se hizo una audiencia virtual. Se llegó a un acuerdo, se dictó sentencia y la notificamos el divorcio por medios telemáticos. Todo el proceso duró un mes y medio”, señaló.

Para Herrán, todo ello tiene que ver con que “la sociedad nos interpela a quienes ejercemos cargos públicos a nuevas formas de respuestas que deben tener como horizonte la apuesta a la construcción de más y mejores derechos”.