Cirujano plástico de profesión y recién jubilado, a los 66 años es propietario de una reconocida colección de arte contemporáneo argentino, que asciende a más de… ¡mil obras! Comenzó a comprar obras desde muy joven, cuando ingresó en la Facultad a sus 18 años. “La medicina es el arte de curar, si no lográs verlo así, seguro que sos un mal médico”, decreta. En una charla mano a mano con Revista Quorum, nos aventuramos en un viaje de interesantes pinceladas.
¿Cómo empezaste a coleccionar?
Desde muy chico, a mis 18 años cuando ingresé a estudiar Medicina. El padre de un amigo de la facultad que era artista plástico y a su vez era amigo de muchos otros artistas, tenía una colección bastante divertida. No sé si era buena, pero sí divertida. Era el impresionismo argentino de autores de segunda y tercera línea. A partir de allí de a poco me interesó empezar a comprar. Debo decir que mucha gente del mundo de la medicina está relacionada con el mundo del arte. De hecho, muchos médicos de los pintores famosos de los siglos 18 y 19 trabajaban por canje con sus pacientes. Yo tampoco me privo de hacerlo. Atiendo a pacientes artistas con los cuales terminamos haciendo canje, obra de arte por salud.
¿Tuviste algún guía que te ayudara en tus inicios como coleccionista?
La verdad que no. Siempre fui bastante intuitivo. Creo que a la gente que le gusta coleccionar obras no necesita alguien que le diga qué comprar, es algo que uno lo tiene adentro y es personal. Es como que a un coleccionista de estampillas le haga falta un “estampillólogo” para ver qué compra y qué no. Uno compra lo que le gusta y a veces se acierta y a veces no. Yo en general siempre tuve bastante suerte.
¿Qué tiene que tener una obra o un artista para que decidas ponerle el ojo?
En parte es bastante azaroso, aunque también a veces notás que un artista que es inteligente, su obra es inteligente… A mí me gusta mucho el arte conceptual, y la verdad que esta temática es medio una tómbola. También tiene que ver mucho por cuáles galerías transites; hay ciertos lugares que ya trabajan con artistas muy buenos y entonces uno ya sabe que va a encontrarse con buenas cosas, como por ejemplo la galería de Marina Pellegrini llamada Vasari o bien galerías clásicas como Palatina de calle Arroyo en el barrio de Recoleta, por ponerte dos ejemplos. Ahí vas a pagar mucho, pero porque es todo muy bueno. La gracia es comprar obras cuando valen muy poco y que después valgan algo. Hay que descubrir a los artistas antes de que tomen vuelo, cuando recién están comenzando. Lo que es bueno y ya tiene algunos años, empieza a ser carísimo y deja de estar al alcance de uno. Pero debo aclarar que a mi me gusta coleccionar, no estoy interesado en hacer negocios con el arte.
Una vez que los descubrís, ¿Cómo es la relación con el artista?
Muchas veces nos conocemos en los cócteles que organizan las galerías, a veces en festivales, aunque en el mundo del arte es normal que ya nos conozcamos previamente de alguna parte, aunque sea mínimamente. En general sigo todo el recorrido del artista; tengo una mini historia con cada artista que a mi me gusta. Trato de aconsejarlos y acompañarlos. Debo decir también que muchas obras me las regalaron y como mencioné anteriormente otras me llegan por canjes.
¿En qué momento se encuentra el coleccionismo de arte en la Argentina?
En Argentina hay muy poco coleccionismo de arte contemporáneo, creo que nunca hubo mucho. Si tengo que hablar de grandes colecciones en general apenas podría nombrarte, por ejemplo, a Eduardo Constantini, Amalita Fortabat, Federico Jorge Klemm. En otro orden también podría citar a María Luisa Bemberg. Antiguamente se destacaron las colecciones de las familias Guerrico, Blaquier, Carvallo, aunque en algunos casos no eran artes plásticas sino más bien de índole decorativo. Entre la gente joven puedo citar el caso de Andrés Buar, que tiene una buena colección. De todas maneras, más allá de lo contemporáneo, la oferta general de arte plástico en Buenos Aires es gigante. Necesitaría tres vidas para poder asistir a todos los lugares donde me invitan.
¿Es un buen momento para comprar arte en Argentina?
Sí, porque es muy económico. Pero acá en Argentina hay coleccionismo de vuelo bajo. Inclusive hay mucha diferencia con lo que sucede en Brasil, donde se pueden apreciar colecciones estupendas.
¿Cómo ves que el país trata a los artistas?
A diferencia de lo que sucede acá al lado, en Brasil o inclusive en México y en Colombia, en Argentina no hay mucho apoyo a los artistas. Casi lo único que hay acá para artistas contemporáneos es el Museo de Arte Moderno, a veces el Malba, pero las galerías en general se las ingenian como pueden. Hay un montón de Centros Culturales, galerías y espacios, pero falta mucho apoyo por parte del Estado para que puedan desarrollarse como corresponde y brindar más oportunidades.
¿Muchos artistas argentinos de renombre se van del país? ¿En qué situación están?
Sí, muchos se fueron y la verdad es que están muy bien. Puedo citar los ejemplos de Guillermo Quitca, que es un súper artista y tiene toda su carrera hecha en el exterior. Adrián Villar Rojas, Anita Gallardo, Jorge Macci, Pablito Cinelli, Graciela Hasper que están desarrollando una buena carrera en España. Hay varios artistas que ya se largaron a volar porque Argentina les queda chico por los precios que se manejan acá. La verdad que en ese sentido es otro mundo, hay un abismo respecto a los valores del exterior.
¿Hay artistas que merecen mejor suerte?
Hay muchos artistas que tienen su momento de gloria y después se apagan, pero creo que generalmente la historia termina haciendo justicia con los buenos artistas. Hay casos por ejemplo como el de Carlos Alonso, un gran artista argentino, cuya temática de “los desaparecidos” podríamos decir que “pasó de moda”, por supuesto artísticamente hablando. Lo mismo sucede con Juan Carlos Distéfano, que estuvo en la Bienal de Venecia y está actualmente en el Malba. Pero ese tipo de obras son más para museos y galerías, digamos que nadie quisiera tener en el living de su casa obras de esa índole por la fuerte connotación histórica de semejante suceso, como son las dictaduras militares. Los que siempre se mantienen en un momento de gloria son muy pocos, como ser Rómulo Macció ó el citado Guillermo Quitca, por ponerte dos ejemplos.
¿Qué te hace ruido en el arte de hoy en día?
Hoy está de moda todo lo étnico que a mi mucho no me interesa. Sí me puede interesar el artista que hizo eso, pero no la obra en sí. Yo busco otra cosa.
A veces suele pasar que se llega a un extremo en el que la obra de arte se convierte en el personaje, y ese personaje le termina ganando a la obra misma. Es lo que ha pasado últimamente. Hoy en día sucede mucho que se confunde artesanías con obras de arte, cuando por cierto son cosas diferentes. Algo así pasa por ejemplo con la reivindicación del arte precolombino, que es maravilloso, aunque hoy día uno puede encontrarse con cuadros gigantes de gente que parece “disfrazada” lo cual para mí se asemeja mucho más a una artesanía. Por otra parte, no entiendo porqué se piensa que no se hizo justicia con esos artistas y vuelven a poner a girar la rueda de esa temática. ¿Qué sentido tiene hacer algo que ya se hizo anteriormente? En los textiles también se da esa confusión entre arte y artesanía, aunque debo reconocer que en Argentina hay excelentes artistas de arte textil, como por ejemplo Guido Yannitto de la Provincia de Jujuy y Mónica Millán de Misiones.
¿Te gustaría tener un museo?
Me encantaría. El tema es que yo no tengo presupuesto para lograrlo. Ni siquiera sé cómo logré juntar tantas obras. Mis ingresos son como médico cirujano, y a lo largo de mi vida me privé de muchísimas cosas con el afán de engrosar mi colección, cuya variedad también se debe no solamente a las compras sino también a los canjes. Si alguna vez llegara a tener un museo, debería tener proporciones significativas acorde a la cantidad de obras de arte que tengo.
Leí que sos admirador de Eduardo Constantini…
Eduardo es un tipo muy generoso. Me encanta que haya hecho lo que hizo. Imaginate tener la iniciativa y poder llegar a realizar un edificio como el que hizo, poder mostrar todo lo que tiene… Lo veo poco, a veces en año nuevo en Punta del Este.
¿Considerás que el arte en cierto punto es elitista y que la mayoría de las personas están lejos de su encanto?
La verdad que no tanto, me parece que tiene que ver con un prejuicio.
¿Cómo podrías asociar arte con medicina?
La medicina es el arte de curar, entonces lo que hacés lo tenés que hacer con ganas. Si solo lo hacés para ganar dinero, sos un mal médico. Siempre tenés que verlo desde ese ángulo. Los días que tengo que realizar una operación me gusta levantarme bien temprano, ir al sanatorio caminando es algo que disfruto y me hace llegar relajado. Es algo que no me estresa, por el contrario me encanta y lo hago feliz.
¿Qué opinás de la moda de los NFT?
Es algo que no me interesa en absoluto. Me gusta ver la obra en vivo, tenerla, tocarla.
¿Te gustaría escribir sobre arte?
La verdad que no. Con el arte soy muy sincero y pienso que escribiendo podría herir a alguien, y por supuesto esa no es mi intención.
¿Qué futuro le ves a la Argentina?
No soy un experto en el tema, lo único que puedo decir es que desde que nací el país nunca mejoró, además antes la pobreza era digna, no como hoy que el sesenta por ciento de la población no tiene para comer. El día en que la justicia actúe por sobre la política, las cosas cambiarán.