Podría parecer sacado de una novela de Jane Austen, pero en este caso, es el título que Quórum ha elegido para resumir en una frase el “estilo” de Gimena Macri. Es que al ser entrevistada, la joven pintora irradia sencillez, autenticidad y una profunda sensibilidad. Aunque reconoce que ser hija del ex Presidente de la Nación a veces le ha presentado desafíos, prefiere centrarse en la libertad que su familia le ha otorgado para seguir su vocación. La maternidad no sólo ha modificado su ser sino también su arte pero la abraza y apuesta a crear pinturas que cada vez le gusten más, con un mate en la mano y la radio de fondo.
Estudió pintura en la actual Universidad Nacional del Arte (UNA) y luego realizó residencias, por ejemplo, en el San Francisco Art Institute y en el TAKT kunstprojectraum de Berlín, Alemania. Fue premiada en 2009 en el Salón Nacional de Rosario en el MACRO Castagnino y realizó tres muestras individuales en Buenos Aires en las galerías Alberto Sendros y REA y una en Estados Unidos en MC Elroy Studio, además de múltiples muestras colectivas.
Gimena Macri es una pintora con un perfil extremadamente bajo pero una trayectoria destacada.
Aunque prefiere que el foco esté puesto en sus pinturas, accedió a charlar con nosotros para dejarnos conocer un poco más de la artista y recorrer un taller que es como ella: colorido, sentimental y simple.
¿Cuándo descubriste tu pasión por la pintura?
En el secundario empecé a sentir mucha curiosidad por la pintura. Pasaba largas horas en mi casa pintando y tocando la guitarra. La guitarra no prosperó (risas). Mi hermana tomaba clases de batería y resultó que la pareja de su profesor, era pintora y estudiaba en la Pueyrredón. Así que un día me la presentó y empecé a tomar clases con ella. Romina Salem, quien resultó ser mi primera profe de pintura y luego se convirtió en una gran amiga, fue quien me empujó y convenció de entrar en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) cuando terminé el secundario. Disfrutaba mucho sus clases, fue un gran estímulo para mí en un momento muy oportuno. En mi casa me arme un tallercito en el lavadero y pasaba largos ratos ahí.
¿Cuáles son tus principales fuentes de inspiración al crear tus obras de arte?
Creo que eso es algo que está en constante cambio y transformación. Pero sin dudas algo que siempre funciona como disparador es tan simple como todo lo que me pasa, los lugares que habito, las cosas que me rodean, los amigos, el amor, lo que conforma mi mundo más cercano y cotidiano.
¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Tienes algún ritual o hábito que te ayude a entrar en el estado adecuado para pintar?
Mate y radio.
Tu estilo artístico es único y cautivador. ¿Cómo lo describirías en pocas palabras?
No creo en el estilo pero si tuviese que pensar en una manera de describirlo sería CUALQUIERISMO SENTIMENTAL.
¿Qué técnicas o materiales prefieres utilizar en tus pinturas?
Sólo óleo, siempre.
¿Quiénes son tus referentes en el arte?
Walter Sweenan; Juan Tessi; Él mató a un policía motorizado.
Has participado en varias exposiciones importantes. ¿Cuál considerás que marcó un antes y un después en tu carrera?
En ninguna muestra que hice sentí un antes y un después. Las muestras para mí son como el principio de algo que aún no se terminó de formar, las siento como principios entusiastas.
¿Cuál de tus obras personales consideras más significativa o especial?
Un cuadro que pinté en el 2022, que se llama el Mejor Regalo, y que le dio el título a mi última muestra individual.
Sos parte de una familia con una fuerte presencia en la política. ¿Cómo ha influido esto en tu carrera?
En mi familia siempre hubo y hay mucha libertad para que cada uno encuentre y haga su camino en lo que más le guste. Así que intento que la carrera que eligió mi padre no interfiera en la mía. Aunque no me la ha hecho fácil (risas), claramente ocupó un lugar demasiado determinante y creo que eso muchas veces me ha jugado en contra. Siento que en el mundo del arte hay prejuicios y venir de una familia como la mía genera cierto rechazo. Lo entiendo, no es a modo recriminatorio. El mundo del arte me ha dado muchas cosas lindas y amorosas. Creo que vencer prejuicios y confiar en la sensibilidad de las personas más allá de su lugar de origen es una de las cosas más poderosas que te propone el arte, por eso intento concentrarme en mi trabajo y confiar en eso para seguir.
¿Cómo es estar casada con otro artista (el pintor Pablo Siquier)?
Con un abogado o con un mecánico sería igual…un quilombo.
¿La maternidad generó algún cambio en tu producción?
Sí, pinto menos. La maternidad cambia TODO. Tu cuerpo, tu corazón, tu cerebro… Así que en ese sentido entiendo que la obra también. Además, tengo más sueño y menos tiempo…sin dudas eso afectó mi pintura.
¿Tienes algún consejo para otros artistas jóvenes que buscan seguir su pasión?
Es difícil dar consejos en este camino porque siento que hay tantas formas de ser artista como artistas en el mundo y cada vez hay más artistas. Sin embargo, considero que rodearse de pares y de amigos; compartir, hacer comunidad y red es vital para la práctica.
¿Qué proyectos emocionantes tienes en mente para el futuro? ¿Algún sueño o meta que desees alcanzar?
Pintar cuadros que cada vez me gusten más.
¿Qué es la justicia para vos?
Una fantasía humana, como la simetría.