Apasionado del Turf, veterinario frustrado y especialista en juicios orales, virtud que le reconocen diferentes jueces y fiscales. Ese es el escenario donde Mariano Fragueiro Frías despliega no sólo su conocimiento sino también sus herramientas de seducción y su agudo poder de observación. En diálogo con Quórum lo confirma al no esquivar ninguna pregunta. Sostiene que el Poder Judicial es su familia y que, pese a haber defendido a funcionarios políticos, no se siente encasillado.
Si soy atávico en la contestación tendría que hablar de los filósofos, de lo que para ellos es la verdad. La justicia, en realidad, para mí es algo muy importante, es la parte esencial de la República, es el Poder Judicial, son los jueces, es el respeto a un poder que es esencial, que en realidad es la garantía de la convivencia en sociedad. Me formé en el Poder Judicial. Tengo un gran cariño por él y un gran respeto por sus decisiones. Podría decir que para mí es trascendental y que de alguna manera es lo que permite que las sociedades, las comunidades, el pueblo, tenga la garantía de que exista un ámbito en donde se puedan resolver sus conflictos. Y esto es esencial.
¿Qué es lo que más disfrutas del ejercicio de la profesión?
Para mí la profesión es una vocación. Es absorber el conflicto de otro y hacerlo propio y saber que esa persona, quien te confió el conflicto, sufre como padre, como hijo, como hermano, como nieto o como esposo. Con lo cual, en realidad es un atributo que te confieren muy significativo. Yo me siento terriblemente comprometido con la persona a quien represento y quiero darle lo mejor, y estar por debajo de las expectativas me hace sentir como que en realidad lo estoy defraudando. Es un permanente compromiso que no quiero rehusar y que trato de hacerlo en su mayor plenitud. Contanos sobre tu pasión por los caballos Soy un apasionado del Turf. Tal es así, que quien me conoce sabe que mi pasión por los caballos la relaciono metafóricamente con los juicios orales. Y esto que voy a contar lo he dicho en reuniones con amigos; los juicios los visualizo como una carrera de caballos. Hay distintos tipos de carreras como juicios, están las carreras que son explosivas, las de largo aliento, las de mediano aliento y así me sucede con los juicios, hay veces que creo que estoy viendo una carrera de caballos. No es una pasión individual, el caballo es un ser noble. En las obras literarias está lo que es la simbología del caballo. Me encanta el filósofo español Fernando Savater, que es un apasionado del Turf y que marcó tendencia. Él nunca escondió su pasión. En Argentina o en Latinoamérica, el caballo está asociado al Turf y éste está asociado al juego. Esto es lo más equivocado que se puede pensar sobre esta actividad. Es una actividad absolutamente inclusiva, donde hay gente que tiene pasión por los animales, los cuida y los quiere, se desvive. Es muy importante mantener las condiciones en donde los animales no sufran, no tengan un estrés impropio. Pero el caballo de carrera, por eso se llama así sangre pura de carrera, nació para correr. Obviamente siempre hay desviaciones en las sociedades, no puedo desconocer que también lo puede haber en esta actividad. Pero quienes tenemos este amor por los caballos, no nos queda ningún resquicio para ningún tipo de maltrato ni sometimiento a los animales.
Tenés una fobia con los aviones. ¿De dónde crees que viene?
No me subo a los aviones. Tengo una personalidad compleja. He hecho cursos, pero no me puedo subir. Inclusive he sido abogado en juicios orales en accidentes de aviación. Quiero destacar la actitud de las víctimas que para mí en los juicios son lo fundamental, hay que entenderlas, hay que comprenderlas. Es muy difícil ponerse en el lugar de ellas. Me tocó ser abogado de directivos de distintas compañías en juicios importantes, pero siempre mantuve una relación excelente con las víctimas. Pero sí soy fóbico… es más, me han cargado por el hecho de ser abogado en alguno de estos casos, e inclusive han dicho que me hice fóbico por conocer los casos, cosa que no es verdad. Tuve el tema de Austral, la tragedia de Lapa… pero la fobia era previa.
¿Alguna vez te arrepentiste de haber estudiado abogacía?
Quería ser veterinario, pero mi familia no estaba muy de acuerdo. Ahí no seguí mis instintos. Y ahora de alguna manera desquito la pasión con mi afición por los caballos, pero arrepentido no. Creo que el abogado es un ser esencial en la sociedad y está para resolver los conflictos. Respeto muchísimo lo que pasa en otros países, donde la carrera de alguien como abogado culmina siendo con el cargo de jueces o importantes funcionarios del Poder Judicial. Creo que la experiencia, el contacto con la calle, con el día a día, con el sufrimiento de la gente, de aquellos que padecen alguna injusticia, es algo muy importante para que los jueces tengan experiencia y puedan resolver los casos con alguna habilidad que esté conectada con los dramas sociales. Entiendo que transitar por la abogacía, por defender cuestiones particulares, es la base importantísima para poder integrar el Poder Judicial. Si no estás muy aislado. Tengo por el Poder Judicial una especial admiración. Hay muchos jueces extraordinarios, pero hay veces que falta un poquito de experiencia y eso es fundamental en todos los órdenes de la vida.
¿Cómo se generó tu contacto con Carlos Zannini?
Lo conocí socialmente y después tuve una vinculación profesional. Conocí a una persona con talentos muy particulares. Te puedo decir que es una persona muy inteligente. Quizás la opinión pública lo relativiza como una persona del mundo del derecho, pero es alguien muy preparado desde el punto de vista jurídico. Me sirvió muchísimo el diálogo continuo con él, le tengo un respeto fortísimo y creo que puedo decir que soy su amigo. Yo soy apolítico. Cuando voto, voto por lo que me gusta, por las ideas, con lo cual no me encasillo en uno u otro sector. No soy fanático. A Carlos lo asistí desde el plano profesional, no desde el plano político. Lo conocí socialmente y después tuve una vinculación profesional. Conocí a una persona con talentos muy particulares.
Participaste de la causa Vialidad y tuviste buenos resultados…
Fue un juicio grande y es complicado hablar porque a otros no le fue tan bien y están en el proceso de revisión. Fueron más de tres años y el tribunal que intervino convalidó la postura nuestra en cuanto a la inocencia del ex Presidente de Vialidad Provincial de Santa Cruz. Después hay distintas causas que todavía no llegaron a juicio, en donde yo participo en alguna otra defensa. Insisto, es una causa que tiene un impacto social muy fuerte y que todavía no está terminada.
¿Crees que hay personas que no te convocan por haber defendido a este partido político?
He defendido a personas de todos los partidos políticos. Soy abogado de profesión. Cuando me traen un caso lo estudio y veo que posibilidades tengo. Necesito tener empatía con la persona. Hay delitos que no me gustan, tengo libre albedrío en cuanto a la elección de los temas y no me siento para nada encasillado. Todo lo contrario. Creo que los jueces que me conocen, los fiscales, saben que soy un abogado independiente, que cuando tomo un caso es porque entiendo que puedo beneficiar a mi defendido y hacer un buen papel.
¿Crees que Jorge Macri podría ser un buen Jefe de Gobierno?
Le tengo mucho cariño a Jorge. Me parece una persona muy inteligente, muy capaz, gran gestionador. Es un político que sabe de política. Creo que en el lugar que él quiera ir, va a ser un muy buen papel. Sabe reunir gente buena, idónea y sabe dimensionar el talento y la inteligencia de los que lo rodean para poder hacer un aporte a la sociedad, a la comunidad.
¿Qué es lo que más disfrutas del ejercicio de la profesión?
Esto es muy vanidoso pero lo voy a decir igual: triunfar. Es una adrenalina única. Los juicios son todos diferentes, en donde la observación es fundamental. Es muy importante en todo momento estar atento. Por ejemplo, cuando vienen a declarar los testigos, como se dirige al lugar que se va a sentar, las expresiones que tienen… los gestos. Si el tribunal no está atento es porque a veces se aburre, se distrae. Entonces hay que convocar con algo, digamos, en lo que es la retórica para despertarlo si se quiere, porque capaz que uno se está poniendo un poco denso en la exposición o interrogatorio. Soy un fanático de lo que es la lógica del razonamiento. Amo todo lo que sea aristotélico, todo lo que sea filosófico. Me interesa más eso que la parte jurisprudencial. La verdad es que no me veo haciendo una cosa diferente a la que hago.
¿Por qué te especializas y sos reconocido por los juicios orales?
No sé si reconocido, he tenido éxito. Uno tiene el Código Procesal en donde están las reglas, pero con independencia de eso, cada juicio tiene una identidad. Tiene como una mística propia. Hay que tratar, sobre todo en los juicios que son largos y tienen muchos testigos y mucha prueba, de ir captando cómo piensan, qué les gusta, qué no les gusta; generar esa empatía de ida y vuelta que permita que la comunicación, o por lo menos la forma de defender, sea reconocida y valorada al momento de la sentencia. La observación y tener una visión de 360 grados en un juicio oral es lo que nunca debe perderse.
¿Cómo ves al Poder Judicial hoy?
Lo siento como parte de mi familia. El Poder Judicial tiene que mejorar mucho en lo que es Recursos Humanos. Los jueces tienen una función trascendental, esencial, con lo cual no es suficiente con que los funcionarios hagan muchos cursos, másters, o cuelguen cuadros en sus despachos. Es indispensable que se aboquen a los problemas de la gente. Los que están en esas carátulas son seres humanos que viven, respiran, padecen y sienten. A veces los juicios son eternos y terminan siendo una condena anticipada. Cuando un juez pierde la sensibilidad, estamos complicados.
¿Y cómo ves la tensión que hay hoy entre la Corte Suprema y el Gobierno?
Me duele muchísimo. Siento una terrible tristeza por lo que está pasando y no sé quién tiene razón. Pero que dos o tres poderes del Estado se estén peleando de esta forma me parece una involución absoluta y creo que hay que superarlo. Esta sociedad no se merece estos conflictos. Es muy importante un Poder Judicial equilibrado y que sepa el daño que puede ocasionar con decisiones que no correspondan a derecho.
¿Cuáles crees que serían las medidas necesarias para mejorar la administración de justicia?
Que cada uno haga lo que tiene que hacer y con mayor rapidez. La gente no puede estar sin definiciones rápidas en los juicios. Los juicios no pueden durar siete, diez años. No le tengo miedo a los juicios orales y creo que son extraordinarios porque de alguna manera es donde se puede definir situaciones que están inciertas. Estar en un proceso penal causa terribles angustias. No hay que tenerle miedo a los juicios orales, hay que afrontarlos. Y con jueces probos que los hay muchos y con remedios procesales que también existen. Pero creo que zapatero a tus zapatos y cada uno que haga lo suyo y que extreme los recursos para hacer honor al lugar que ocupa, sea juez, fiscal o secretario. Porque muchos funcionarios están más preocupados por acceder a cargos superiores que por administrar justicia.
¿Tenés claro a quién vas a votar en las próximas elecciones?
Creo que la sociedad necesita conocer propuestas. Vuelvo a decir, yo no soy fanático de un partido. Me parece admirable aquellos que son militantes y tienen una vocación que yo no tengo. Me atrevo a aconsejar que el pueblo exija más por propuestas, ver quién tiene un plan. Hay parte de la población que no la está pasando bien hace mucho tiempo en un país de estas características. Un tema al que hay que darle muchísima importancia es a la exportación de inteligencia. En Argentina hay mucha gente inteligente. No en vano tenemos la cantidad de premios nobeles que tenemos y hay otros países que son importantes, que no lo tienen. Además hay que redimensionar lo que son las escuelas vinculadas a la tecnología, a los oficios. Hay que hacer una gran inversión en educación.
¿Qué significó Sarmiento para vos?
Sarmiento fue una persona que le dió mucho a este país. Me parece que calificar a las personas fuera del contexto en que vivieron no es algo bueno. Para mí todo lo que se relacione con el proceso militar es terriblemente criticable, pero el resto de los políticos han tenido cosas buenas y cosas malas y creo que tenemos ese vicio de siempre ver el medio vaso vacío y nunca el medio vaso lleno. Y hay otras personas que están en la vereda de enfrente de Sarmiento, que también aportaron. No hay que ser tan fanático. Tenemos que aprender a razonar, tenemos que aprender a dilucidar lo que nos gusta de lo que no nos gusta, y lo bueno de lo malo. Tenemos esta cosa grandiosa que es una sociedad en donde el apego familiar todavía tiene un valor significativo. No podemos juzgar tan duramente estigmatizando a las personas, sean de un partido, de otro partido, de un bando o de otra vereda: hay mucha gente que ha aportado a este país y que pueden ser ejemplos.
Fotografía/Video: Avanti! Producciones