“Todos los miembros de la OEA están comprometidos con la lucha contra el terrorismo”

Es una abogada argentina que desde el 2009 vive junto a su familia en Washington, en donde se desempeña como responsable del Programa de Asistencia Legislativa y contra el Financiamiento del Terrorismo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Fernanda Sarmiento considera que la ciberseguridad es uno de los mayores desafíos en la actualidad y rescata el trabajo de la OEA en pos del fortalecimiento de nuestra región.

Contanos de la OEA como organismo internacional y sus funciones principales
La OEA fue creada en 1948 y reúne a todos los países del Hemisferio Occidental, con el objetivo de fortalecer la cooperación y promover los intereses comunes de la región. Es el principal foro gubernamental político, jurídico y social de la zona para el diálogo multilateral y la acción concertada. Tal como lo establece el artículo 1 de la Carta de la OEA, su principal objetivo es el de alcanzar en los estados miembros “un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia”. Para lograr estos objetivos, los estados miembros determinaron que la OEA debe basar su trabajo en cuatro pilares fundamentales, la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo, que además son interdependientes entre sí. El pilar de seguridad, en particular, está orientado a apoyar a los estados miembros para evaluar, prevenir y responder eficazmente a las amenazas a la seguridad de la región.

¿Cómo fue tu llegada y por qué decidiste ingresar a un organismo Internacional con sede en Washington?
Llegué con mi familia a Washington DC a mediados de 2009. Es una ciudad fantástica para vivir y desde el punto de vista profesional, ofrece muchas oportunidades interesantes. Es sede de muchos organismos internacionales como la OEA, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además, existen numerosos Think Tanks y ONGs, que se focalizan en los más diversos temas. En lo profesional, tengo una maestría en Derecho Internacional que realicé en España y desde siempre me sentí atraída por el trabajo que realizan los organismos internacionales. La visión del contexto internacional, la concertación de voluntades y la búsqueda de soluciones para los principales temas de la realidad internacional son algunas de las atribuciones que hacen de estos organismos lugares muy interesantes para el desarrollo profesional. 

¿Desde qué lugar puede la OEA intervenir para combatir el terrorismo internacional?
Como mencioné, el trabajo de la OEA en el pilar de seguridad está centrado en apoyar a los estados miembros a contrarrestar las amenazas a la seguridad en la región. En particular, el apoyo para prevenir y contrarrestar el terrorismo -en todas sus manifestaciones y cualquiera que sea su origen- se realiza esencialmente a través del Comité Interamericano contra el Terrorismo (CICTE), integrado por los países miembros de la OEA, que tiene como objetivo fomentar la cooperación y el diálogo en la materia, y la Secretaría Ejecutiva del CICTE, que implementa sus mandatos apoyando con asistencia política y técnica a los estados miembros en sus esfuerzos contra el terrorismo. Todo ello sobre la base de la Convención Interamericana contra el Terrorismo, que acaba de cumplir 20 años de existencia (fue adoptada por la OEA en junio de 2002, luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en New York), y que constituye el instrumento jurídico primordial para estrechar esfuerzos en pos de la lucha contra los estragos que el terrorismo genera no sólo a nivel regional, sino a nivel mundial. 

¿Qué es y en qué consisten los programas de CICTE?
Para alcanzar sus objetivos, la Secretaría Ejecutiva del CICTE está estructurada en tres secciones: En primer lugar Ciberseguridad; en segundo lugar, Gestión de Fronteras, que a su vez está compuesta por dos unidades, una sobre seguridad en el comercio y el transporte y la otra sobre seguridad de las personas; y la tercera sección es la de Asistencia Legislativa y Políticas contra el Terrorismo, compuesta por programas como el de Prevención del Extremismo Violento, la Implementación de la Resolución 1540 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre armas de destrucción masiva y el Programa de Asistencia Legislativa y contra el Financiamiento del Terrorismo, que es el que tengo a cargo. Desde allí apoyamos a los países miembros de la OEA para cumplir con los estándares internacionales en materia de financiamiento del terrorismo a través de asesoramiento legislativo y capacitación técnica.

¿Por qué es importante fortalecer la ciberseguridad?
La ciberseguridad es uno de los mayores desafíos de seguridad en la actualidad. La prevención y la protección de los sistemas y la información contra ataques cibernéticos se han transformado en una prioridad no sólo para las organizaciones, sino también para la vida de cualquier ciudadano, incorporándose en las agendas de los gobiernos de la región de forma definitiva. Los incidentes de ciberseguridad van en aumento en todo el mundo, y la pandemia no ha hecho más que incrementarlos. El desarrollo de las herramientas de acceso remoto y los nuevos servicios en la nube que facilitan el teletrabajo han aumentado el perímetro de seguridad que ha de ser protegido, abriendo paso a nuevos objetivos para los cibercriminales que implican la necesidad de adoptar medidas preventivas y defensivas para enfrentar las brechas de seguridad. 

El Programa de Ciberseguridad de CICTE, desde que recibió su mandato regional en 2004, lidera las iniciativas de creación de capacidades en la región a partir de tres ejes fundamentales: apoyo en el desarrollo de políticas, marcos regulatorios y estrategias de ciberseguridad; fortalecimiento de las capacidades técnicas de los Equipos de Respuesta a Incidentes Informáticos (CSIRT); y el desarrollo de iniciativas para promover la conciencia pública y el conocimiento sobre temas de seguridad cibernética.

¿Considerás que existe un verdadero compromiso de los países latinoamericanos para trabajar en esta problemática?
Sí, absolutamente. Todos los estados miembros de la OEA participan activamente en los debates y la cooperación que promueve CICTE y se interesan por recibir apoyo de alguno o varios de sus programas. Debemos recordar además que muchos países latinoamericanos han sufrido el terrorismo dentro de sus fronteras, como Colombia con las FARC, Perú con Sendero Luminoso, y vinculado al terrorismo internacional, Argentina sufrió dos graves atentados terroristas en la Embajada de Israel (1992) y en la AMIA (1994). 

A veces el terrorismo es percibido como un problema ajeno, lejano, que lo padecen sólo algunos países del mundo y que es difícil que afecte a nuestra región por encontrarnos lejos de las áreas que actualmente están en conflicto. Sin embargo, hay varios motivos por los cuales los países que creen no tener riesgos deben prestar atención a este tema. Es importante mantener actualizadas las legislaciones penales internas de acuerdo a los estándares internacionales, es decir, de acuerdo a los tratados y convenios de Naciones Unidas contra el Terrorismo y a las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sobre todo aquellas que fueron emitidas en el marco del Capítulo VII de la Carta de la ONU, ya que son de carácter obligatorio. 

Ha habido casos en nuestra región en los que la Justicia no ha podido avanzar en determinados casos por no haber tipificado adecuadamente los actos terroristas u otras figuras delictivas vinculadas al terrorismo. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que, si bien un país puede no verse afectado por actividades terroristas, eso no significa que no puedan existir otras actividades vinculadas a este flagelo, como por ejemplo el financiamiento del terrorismo, a través del aprovechamiento de las vulnerabilidades de los sistemas financieros o no financieros (operaciones de lavado de activos, vínculos con el crimen organizado transnacional, el uso indebido de las organizaciones sin fines de lucro). Además, también hay que prestar atención a las actividades de radicalización, al uso del internet o de las redes sociales con objetivos terroristas como el reclutamiento o la recaudación de fondos. 

¿Cuáles son los nuevos desafíos del control fronterizo?
El fenómeno de la globalización ha creado constantes cambios y nuevos desafíos al control fronterizo. Actualmente el CICTE está trabajando en una nueva iniciativa sobre la gestión integrada de la seguridad en fronteras. Este concepto incluye no solamente el control de la circulación de personas sino también de mercancías. En cuanto al primer aspecto, los desafíos se plantean en varios frentes: no solo en la detección de personas con algún tipo de interdicción, capturas internacionales, personas incluidas en listados terroristas nacionales o listados ONU, sino también con relación a la falsificación de documentos de viaje, trata y tráfico de personas, etc. En este sentido, se está tratando de fortalecer la integración y el intercambio de información entre las agencias de control fronterizo, aunque no debemos olvidar que una gran dificultad son aquellos pasos fronterizos donde no existe la presencia del Estado. 

Con relación a las mercancías, se plantean numerosos desafíos sobre los que el CICTE trabaja en sus distintos programas: delitos tales como el contrabando, el tráfico ilícito de mercancías, incluyendo el tráfico de armas y el narcotráfico. Como mencioné, uno de los programas de CICTE es el de la implementación de la Resolución 1540 del CSNU, que se refiere a la proliferación de armas de destrucción masiva. En este sentido, la seguridad en la cadena de suministros y la efectividad de los controles en la seguridad de la carga y contendores son de gran importancia para los países de la región a fin de evitar el comercio ilícito de mercancías prohibidas o peligrosas. Además, uno de los últimos desafíos que ha surgido en los últimos años es el comercio electrónico, que por sus características y medios de pago, hace muy difícil su trazabilidad, control y fiscalización. 

Tenés trayectoria en los tribunales nacionales criminales. ¿Te sirvió haber pasado por el sector público una vez que emigraste al exterior?
Sí, por supuesto. En el CICTE trabajamos tanto con el sector público como con el privado. Pero una gran parte de nuestro trabajo se vincula con el sector público. Mantenemos un estrecho contacto con las autoridades nacionales de los países miembros de la OEA y haber conocido desde adentro la dinámica y funcionamiento de este sector fue una gran ventaja al poder contar con una perspectiva real de la función pública. 

¿Cómo es un día hábil de Fernanda Sarmiento en Washington?
Debo aclarar que durante la pandemia nuestra rutina diaria cambió totalmente, ya que nuestro trabajo se transformó por dos años en modalidad virtual. Pero de a poco estamos volviendo a la normalidad, lo que significa levantarse temprano, llevar a mi hija más chica al colegio y luego ir a la oficina. También ya están bastante regularizados los viajes internacionales, por lo que algunas semanas nos toca viajar en misiones oficiales a los países miembros de la OEA para capacitaciones o reuniones especiales con autoridades nacionales, o bien concurrir a eventos regionales o internacionales.

¿Qué es lo mejor y lo peor de pertenecer a la OEA?
Siento un gran respeto por el trabajo que la OEA realiza en las distintas áreas y en este sentido, el impulso que le dan los países miembros a través de sus decisiones para alcanzar soluciones a los problemas actuales de la región hace que nuestro trabajo tenga un valor especial. Colaborar con la organización a través del aporte profesional para lograr en última instancia, el fortalecimiento de nuestra región es una labor que da grandes satisfacciones. Por supuesto, no todo es ideal en este trabajo como en ningún otro, pero lo positivo supera lo que puede aparecer como una dificultad.

¿Qué consejo le podrías dar a un colega aspirante a emigrar al exterior?
Todo depende de cuál haya sido el camino recorrido al momento de tomar la decisión de comenzar una nueva etapa en el exterior. Para los más jóvenes o recién recibidos, una excelente opción es ir a hacer una pasantía o un máster para especializarse en alguna rama del derecho. Para los más grandes, un camino es aprovechar la experiencia profesional ya adquirida en el pasado y enfocarte en incorporarte al mundo laboral con una perspectiva internacional. Aunque tampoco hay que descartar la posibilidad de reconvertirse y elegir un camino completamente diferente. En este caso, hay que animarse y pensar cuáles son las propias habilidades que nos puedan permitir intentar un cambio en lo profesional.

Has sido veedora en varias elecciones. ¿Cómo ves la democracia en la región?
Creo que la democracia es un camino en el que todos los países de la región están embarcados. Con distintos niveles de avances y particularidades especiales por supuesto. No nos olvidemos que cuando Estados Unidos declaraba su independencia en 1776, en ese mismo año recién se creaba el Virreinato del Río de la Plata. Creo que es importante que todos logren alcanzar los objetivos y los principios que impulsaron los procesos de la independencia de los países de la región. El respeto por los principios democráticos, por la división de poderes, las libertades individuales, la libertad de expresión, la propiedad privada, la igualdad y la seguridad jurídica son algunos de los temas fundamentales para alcanzar democracias estables y modernas. 

¿Qué es la Justicia para vos?
El concepto de “lo justo” fue variando a lo largo de la historia de la humanidad y muchas circunstancias consideradas “justas” fueron consideradas “injustas” en otras etapas de la historia o en otros contextos culturales. Creo que la Justicia es aquello que tiene como resultado un balance, un equilibrio lo más perfecto posible. Aunque cualquiera sea el concepto de Justicia que se intente alcanzar, entiendo que el fin último es el mismo: alcanzar la paz. Como decía Aristóteles, la Justicia es dar a cada uno lo que es suyo, o lo que le corresponde, en otras palabras, que lo que le corresponde a cada ciudadano tiene que estar en proporción con su contribución a la sociedad, sus necesidades y sus méritos personales. Una sociedad justa es aquella que le da a cada uno lo que merece.