El sábado pasado mataron a una jubilada de 92 años en Temperley y tres días después a una joven de 22 años que caminaba con su novio en Ingeniero Budge. Los vecinos reclaman mayores medidas de seguridad y piden duras penas para los autores.
La inseguridad golpea con fuerza a Lomas de Zamora. En apenas 72 horas ocurrieron dos asesinatos brutales que reactivaron la furia y la indignación de los vecinos que hace rato le exigen más seguridad al intendente Federico Otermín.
El sábado pasado Teresa Martínez, una jubilada de 92 años, fue asesinada en su casa de la localidad de Temperley. Estaba atada a la cama cuando su nieto la encontró sin vida. Los autores habían ingresado a su domicilio de la calle Bernardo de Yrigoyen después de forzar la puerta. Le robaron cerca de 200 mil pesos después de revisar cada rincón de la vivienda.
Las cámaras de seguridad sirvieron para determinar que habían ingresado dos delincuentes y un tercero había coordinado todo desde la calle. Este martes dos menores de 16 y 17 años fueron demorados cuando intentaban cambiar dólares en «Lomitas Street» tras haber gastado más de millón de pesos en prendas de vestir. Uno de ellos -se sospecha- tendría relación con el crimen: tenía en su poder cadena con dije y un anillo enchapado en oro con la inscripción “María”.
Siguiendo esa pista, poco después fue arrestado otro presunto implicado de 24 años. Le secuestraron un revólver 32L con municiones, tres celulares y otros objetos de valor.
Casi al mismo tiempo que el círculo de sospechosos por el crimen de la jubilada comenzaba a cerrarse, la fiscalía penal en turno intervino en otro crimen bestial ocurrido en el mismo partido: Camila Rocha, de 24 años, era asesinada de un disparo en el pecho en la localidad de Ingeniero Budge, el martes 28 de enero por la noche.
La joven estaba caminando con su novio por las calles Epecuén y Tuyutí cuando dos delincuentes intentaron despojarlos de sus pertenencias. Camila forcejeó con uno de ellos para evitar que le robaran la riñonera y recibió un disparo a quemarropa que horas después le provocaría la muerte.
“No es justa tanta impunidad, que estas lacras sean condenadas con la cadena perpetua», pidió un vecino para los autores, que horas después fueron arrestados en la provincia de Santa Fe cuando viajaban en micro rumbo a Formosa.
«Federico Otermín, si te quedó grande la provincia renunciá. Lomas de Zamora se convirtió en tierra de nadie. También exigimos al ministro de Seguridad de la provincia que intervenga de urgencia”, fueron otros de los reclamos de los vecinos.
Mucho ruido…
La semana pasada el jefe comunal de Lomas de Zamora visitó el Centro de Operaciones de Seguridad y aseguró que para el Gobierno «lo más importante es que cada vecino y cada vecina pueda vivir tranquilo».
Otermín detalló que aumentaron la cantidad de cámaras como también los patrullajes, pero los últimos casos demuestran que las medidas no alcanzan. Los vecinos aseguran que las entraderas están a la orden del día y que los motochorros circulan con llamativa libertad.
«Acá manda el miedo», graficó un vecino tras una protesta por un hecho de inseguridad ocurrido el año pasado en Llavallol. En Lomas casi nadie se salva. Y hasta el propio Secretario de Seguridad del Municipio, Maximiliano Tonani, fue víctima de un violento robo en junio del pasado, cuando cinco delincuentes lo interceptaron en la calle y lo obligaron a ir a su casa para después robarle.