Hallazgo fortuito en la Corte Suprema: descubren cajas nazis ocultas desde 1941

Durante las tareas de reorganización del archivo judicial con miras a la creación del Museo de la Corte Suprema, funcionarios judiciales hallaron 12 cajas de madera que contenían material vinculado al nazismo. El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, ordenó un exhaustivo relevamiento del contenido, que podría aportar información crucial sobre el Holocausto y la ruta del dinero nazi en el mundo.​

El hallazgo se produjo en el subsuelo del Palacio de Tribunales, donde las cajas permanecieron olvidadas durante más de ocho décadas. Al abrir una de ellas, se detectó que se trataba de material que buscaba consolidar y expandir las ideas de Adolf Hitler en la Argentina, cuando ya había estallado la Segunda Guerra Mundial. Entre los documentos hallados había postales, fotografías y material propagandístico del régimen alemán, así como miles de libretas pertenecientes a la Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el exterior y a la Unión Alemana de Gremios.

Contexto

​La historia de estas cajas se remonta al 20 de junio de 1941, cuando 83 bultos enviados por la embajada alemana en Tokio llegaron a bordo del vapor japonés «Nan-a-Maru». La embajada alemana en Argentina declaró el contenido como efectos personales para sus miembros, solicitando su libre despacho. Sin embargo, la División de Aduanas y Puertos detuvo su ingreso y dio intervención al entonces canciller Enrique Ruiz Guiñazú sobre posibles inconvenientes dada la cantidad y la potencial naturaleza del material, que podrían afectar la neutralidad argentina ante el conflicto europeo.​

La Comisión Especial Investigadora de las Actividades Antiargentina, dependiente de la Cámara de Diputados, tomó cartas en el asunto. El diputado radical Raúl Damonte Taborda, presidente de la comisión, solicitó a la Aduana información sobre los envíos del vapor japonés. El 8 de agosto de 1941, representantes de la Aduana, la Cancillería y la comisión abrieron cinco cajas al azar: entre los documentos hallados había postales, fotografías y material propagandístico del régimen alemán, así como miles de libretas pertenecientes a la Organización del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán en el exterior y a la Unión Alemana de Gremios.​

Las cajas descubiertas estuvieron ocho décadas en el subsuelo del Palacio de Tribunales.

Los representantes diplomáticos alemanes solicitaron que les devolvieran los paquetes para reenviarlos a su embajada en Tokio. Los funcionarios nacionales se inclinaron por hacer lugar al pedido, pero la comisión investigadora fue a tribunales para impedirlo ante la presencia de propaganda antidemocrática y lesiva para las naciones aliadas de Argentina en el material ya examinado. Se subrayó que solo se revisaron cajas de manera aleatoria y que, previamente, la embajada alemana también había mentido para ingresar un transmisor radiotelegráfico como correo diplomático.​

El juez federal de la Capital Federal, Miguel Luciano Jantus, ordenó la incautación de las encomiendas el 13 de septiembre de 1941. El magistrado requirió más informes y dispuso el secuestro del material. Tres días después, el 16 de septiembre de 1941, el juez remitió la causa a la Corte Suprema, al tratarse de un asunto que involucraba directamente a un país extranjero y, por lo tanto, de competencia originaria del máximo tribunal.​

La mudanza de los archivos para la futura instalación del museo de la Corte Suprema llevó a funcionarios a toparse con estas cajas que estaban arrumbadas en el subsuelo del edificio. El director de la Oficina de Servicios Auxiliares, Marcelo Valente, dio aviso al responsable del Centro de Asistencia Judicial Federal, Pablo Lamounan, quien ordenó la inmediata preservación de los objetos e informó de la situación al presidente del máximo tribunal.​

A pedido de las autoridades de la Corte el material fue trasladado a una sala acondicionada especialmente.

Ahora, Rosatti dispuso el traslado del material a una sala especialmente acondicionada en el cuarto piso de los tribunales, con medidas de seguridad reforzadas. El viernes pasado, se procedió a la apertura de las cajas frente a expertos e investigadores. El acto contó con la presencia del Gran Rabino de AMIA, Eliahu Hamra; el director Ejecutivo del Museo del Holocausto de Buenos Aires, Jonathan Karszenbaum; y la investigadora del mismo museo, Profesora Marcia Ras. También participaron Lamounan; Valente; la directora de Bibliotecas de la Corte Suprema, Jessica Susco; y la licenciada en conservación y restauración de bienes culturales, María de la Paz Podestá.

Cómo sigue

A partir de ahora, comenzará un inventario para relevar la documentación. El objetivo principal es realizar un minucioso relevamiento para determinar si el material contiene información crucial sobre el Holocausto y si las pistas encontradas pueden arrojar luz sobre aspectos aún desconocidos, como la ruta del dinero nazi a nivel global.​

En este contexto, cabe recordar que el 26 de diciembre de 2024, con la firma de los jueces Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, la Corte Suprema firmó un convenio de cooperación con la Asociación de Abogados Judíos de la República Argentina y la Fundación Memoria del Holocausto, con el fin de promover actividades conjuntas de investigación y difusión. El Museo del Holocausto fue convocado específicamente para colaborar en la investigación del material recientemente descubierto y su relevancia histórica.

El proceso podría tener implicancias tanto académicas como diplomáticas, y abrir una nueva etapa en el estudio del nazismo en América Latina.

Se llevará a cabo un exhaustivo relevamiento del material encontrado para determinar las conclusiones del hallazgo.
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