Justicia con aroma a café

Los tribunales federales de Retiro amanecieron este lunes postelectoral con una esperada buena noticia. Después de demoras por los esperables problemas de infraestructura que aquejan al edificio de Comodoro Py 2002 abrió la sucursal de Café Martínez. Sí, el edificio judicial más emblemático del país ya tiene su propio café de marca registrada, con mesitas coquetas, canteros con plantas y cartelería lumínica.

Lo que importa

El moderno café se presentó en diciembre del año pasado con una jornada con reparto de infusiones y productos dulces gratuitas para empleados y público a la que concurrieron jueces de la Cámara Federal de Casación como su presidente Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Mariano Borinsky.

Se preveía que las obras de instalación se concretarían en enero, feria judicial con casi nula presencia de gente. Pero cuando se pasó a la práctica, surgieron los ya clásicos problemas de infraestructura que castigan al edificio desde hace décadas.

Parece que -al menos en lo que al café se refiere- han quedado subsanados y este lunes 19 de mayo se concretó la apertura: mesitas, canteros con plantas y un mostrador que incluye carteles lumínicos en un sector de la planta baja que siempre estuvo desocupado.

Contexto

La apertura del café se da en momentos en que el fuero federal de la ciudad de Buenos Aires se encamina a implementar el sistema acusatorio el 11 de agosto, promovido por el Gobierno Nacional y en medio de reclamos de fiscales y jueces por graves falencias edilicias en Comodoro Py: instalaciones eléctricas vetustas, falta de sala de audiencias, de instalaciones sanitarias, graves dificultades con la conectividad a Internet, humedades varias y falta de espacio que obliga por ejemplo a guardar expedientes de grandes causas judiciales en containers instalados fuera del edificio.

Cómo sigue

El stand convivirá con el histórico kiosco-bar-fotocopiadora del entrepiso, que ha sobrevivido a gobiernos, reformas y cortes de luz. También representa una nueva apuesta luego de los frustrados intentos de restaurantes en los pisos altos del edificio. Y ya desde el primer día se vio a funcionarios judiciales, empleados y abogados haciendo fila por su cortado. Uno de los primeros: José Manuel Ubeira.

Ahora, sólo queda esperar que las obras para el sistema acusatorio avancen tan bien como el espresso doble. Porque la reforma judicial puede esperar, pero el café, no.

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