Los jueces de la Cámara Penal de Trelew ratificaron la sentencia que impuso tres años de prisión en suspenso a Ricardo La Regina por daño ambiental y crueldad animal.
La Cámara Penal de Trelew ratificó la condena contra el productor ganadero Ricardo La Regina por la matanza de más de 240 pingüinos de Magallanes y la destrucción de su hábitat en la reserva natural de Punta Tombo, en la provincia del Chubut.
Los jueces Adrián Barrios, César Zaratiegui y Alejandro Defranco resolvieron por unanimidad rechazar el pedido de probation y confirmar la condena de tres años de prisión en suspenso por los delitos de daño ambiental agravado y crueldad animal.
El fallo ratifica la sentencia dictada por los jueces Carlos Richieri, Eve Ponce y Laura Martini, quienes también dispusieron el decomiso de la retroexcavadora con la que La Regina abrió un camino sin autorización sobre una zona protegida, destruyendo más de 175 nidos en plena temporada de reproducción.

Durante el juicio, la defensa de La Regina, a cargo del abogado Federico Ruffa, intentó evitar la condena ofreciendo la donación de tierras para la ampliación de la reserva, propuesta que fue rechazada por el tribunal ante la firme oposición de la Fiscal General de Rawson, Florencia Gómez, principal impulsora del caso.
“Se trata de un caso sin antecedentes que afectó el ambiente, la biodiversidad, la flora y la fauna en un sector que debía ser protegido”, sostuvo el Ministerio Público Fiscal (MPF) de Chubut. El juicio oral y público, que comenzó el 28 de octubre de 2024, contó con la participación de más de 60 testigos y se basó en una investigación que se extendió por tres años y superó numerosos obstáculos técnicos y geográficos.
La Fiscalía logró demostrar que La Regina actuó con conocimiento de causa, utilizando maquinaria pesada para abrir una ruta paralela a la costa sin contar con autorizaciones legales, lo que tuvo consecuencias devastadoras para la colonia de pingüinos de la zona.
La causa se inició a partir de la denuncia de un vecino que observó el uso de maquinaria en un área protegida. Al llegar al lugar, las autoridades constataron que una vasta zona de más de 2.000 metros cuadrados había sido arrasada, y que muchas aves, incluso hembras que cuidaban sus crías, habían muerto por aplastamiento.
