Elías Piccirillo sigue preso y confirman su procesamiento por plantarle droga a un acreedor

La Cámara Federal porteña confirmó los procesamientos con prisión preventiva del marido de Jésica Cirio, Elías Piccirillo, y agentes de la Policía de la Ciudad acusados de montar un procedimiento ilegal para inculpar a Francisco Hauque.

La maniobra incluyó inteligencia previa, “plantado” de cocaína, falso testimonio, con el fin de evitar el pago de una deuda multimillonaria. Elías Piccirillo, marido de la modelo Jésica Cirio al momento de los hechos, seguirá preso por decisión del Tribunal de Apelaciones.

Lo que importa

Según la acusación, entre la noche del 17 y la madrugada del 18 de enero último, un grupo de policías detuvo de manera irregular a Francisco Hauque y Anahí Aquino. El procedimiento fue montado previamente: la droga y un arma de fuego fueron colocadas en el vehículo por Elías Piccirillo después de cenar con ambos, según concluyó la Cámara en base a indicios, testimonios y la declaración de un imputado colaborador.

La finalidad: impedir que Hauque siguiera reclamando una deuda de seis mil millones de pesos, reconocida ante escribano, a Piccirillo.

Los jueces entendieron que la maniobra tuvo una finalidad coactiva, lo que agrava la calificación penal. Además, confirmaron las prisiones preventivas ante riesgos procesales graves, como el uso de estructuras policiales para alterar evidencia y el intento de eludir a la justicia.

Contexto

La hipótesis de la investigación fiscal a cargo de Franco Picardi señala que el procedimiento policial no fue fruto del azar, sino una operación planeada por Piccirillo, el comisario Iván Helguero y el ex policía Carlos Sebastián Smith. El objetivo: fabricar una causa penal para desacreditar a Hauque.

Los elementos secuestrados -una pistola y más de un kilo de cocaína- fueron encontrados debajo del asiento del conductor y en el baúl del vehículo de Hauque, lugares a los que se podía acceder desde la parte trasera, donde viajó Piccirillo esa noche.

Los registros fílmicos, de GPS y testimonios reconstruyen dos reuniones previas con los policías implicados, tareas de inteligencia, seguimientos encubiertos, y un mensaje clave del comisario Helguero: “Atentos”, enviado antes del procedimiento.

La excusa utilizada fue falsa: una supuesta discusión dentro del vehículo, lo que fue descartado por la Cámara. “Tal circunstancia hubiese sido difícil de advertir debido a que era de noche y el auto contaba con un polarizado oscuro”, expresaron los jueces.

Durante el procedimiento, según quedó registrado, “los gritos de Hauque expresando que se trataba de algo ‘armado’ y atribuyendo el hallazgo a Piccirillo tuvieron lugar cuando se encontraba reducido en el piso y los elementos ya habían sido secuestrados”.

El tribunal entendió que “la maniobra ejecutada estuvo orientada a privar ilegítimamente de su libertad a una persona, con el objetivo de obligarla a tolerar algo contra su voluntad”, y asignó la figura del artículo 142 bis del Código Penal a Piccirillo, Helguero y Smith. A los agentes que ejecutaron el operativo, les correspondió el artículo 144 bis, por detención ilegal.

«Se trató de un operativo planificado -no fortuito- dirigido a la detención de Hauque. De ello se deriva también que las aseveraciones efectuadas tanto en la consulta con el juzgado, como en las actas de procedimiento y las declaraciones prestadas en sede policial y judicial, contuvieron información falsa, cuanto menos en lo concerniente a la motivación habilitante del procedimiento»

Resolución de la Cámara Federal

Cómo sigue

La Cámara rechazó todos los planteos de nulidad, incluida la crítica al secreto de sumario. “Todas las partes tuvieron acceso al expediente a partir de las convocatorias a prestar declaración indagatoria”, afirmaron.

También validó el acuerdo de Ley 23.737, al no acreditarse que la droga tuviese conexión directa con la cadena de tráfico. Sin embargo, se admitió que podría evaluarse si fue usada para cometer otro delito, lo que “podría tener proyección en las previsiones del artículo 13 de la ley”.

Los jueces Martín Irurzun, Eduardo Farah y Roberto Boico consideraron además que no hay medidas menos gravosas que no sea la detención preventiva que permitan garantizar el curso del proceso. “Los antecedentes del caso exhiben específicas maniobras orientadas a alterar prueba y engañar a operadores judiciales” y destacaron que Piccirillo se fugó y evitó el secuestro de sus dispositivos electrónicos.

El caso sigue abierto, con medidas pendientes como la identificación del origen del arma y la droga, y la investigación del documento de deuda. “Resulta necesario atender a la naturaleza del negocio y el origen de los fondos involucrados”, concluyó el fallo.

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