Un empresario agropecuario fue condenado a nueve años de prisión por matar a un adolescente que cazaba liebres para comer

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de La Plata condenó a Pablo Sánchez por atropellar con su camioneta a Alex Campo, de 16 años, durante la cuarentena de 2020. El joven cazaba para subsistir y fue embestido de manera intencional. La fiscalía había pedido prisión perpetua.

Un empresario agropecuario fue sentenciado a la pena de nueve años de prisión por atropellar y matar con su camioneta a Alex Ezequiel Campo, un adolescente de 16 años que cazaba liebres para comer junto a un grupo de amigos. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de La Plata, integrado por los jueces Carolina Crispiani, Emir Caputo Tártara y Ernesto Domenech, con la asistencia de la secretaria Analía Reyes.

El hecho ocurrió el 27 de julio de 2020, en plena cuarentena por la pandemia de COVID-19. Alex había ingresado con otros dos jóvenes a un campo ubicado en el kilómetro 73,200 de la ruta 205, a cazar liebres con sus perros galgos. La práctica, aunque prohibida para actividades deportivas, es habitual en zonas rurales donde muchas familias la usan como recurso alimentario.

Rodolfo Pablo Sánchez, el dueño del campo, sorprendió al grupo y los persiguió a bordo de su camioneta Dodge RAM, con el objetivo de ahuyentarlos. Según reconstruyó la Justicia, embistió de lleno a Alex, quien sufrió fractura de cráneo, desprendimiento de cadera y lesiones internas letales. Tras el impacto, no lo asistió: se bajó del vehículo, dijo “levántelo y llévenselo de acá” y abandonó el lugar.

Para la Justicia el empresario Rodolfo Pablo Sànchez tuvo intención de matar.

Durante el juicio, el fiscal Mariano Sibuet pidió que se lo condene a reclusión perpetua por homicidio agravado por alevosía, al igual que la querella representada por los abogados Maximiliano Rusconi y Martín Villar. Para ellos, Sánchez actuó con plena conciencia del daño que causaba y desprecio por la vida humana. La acusación apuntó también a delitos conexos como abandono de persona y tentativa de homicidio respecto de los dos acompañantes del adolescente.

En contraste, la defensa, a cargo de Fabián Améndola, sostuvo que se trató de un accidente producto de una maniobra involuntaria mientras intentaba ahuyentar a supuestos ladrones de ganado.

Los jueces entendieron que Sánchez tuvo intención de matar, aunque no concurrieron las condiciones para considerar la alevosía.

La víctima

Alex vivía con su familia en el barrio Guzetti de Cañuelas. Colaboraba en comedores populares y era militante del Movimiento Territorial de Liberación (MTL). Todos los domingos salía a cazar con sus perros, no por deporte, sino por necesidad. Había conseguido su primera changa días antes de morir y soñaba con construirse una piecita en el fondo de la casa para tener su espacio.

Su asesinato generó una enorme conmoción en la comunidad. Durante el velorio, cientos de vecinos se acercaron a despedirlo, en pleno aislamiento sanitario. El cortejo fúnebre fue acompañado por más de 300 personas que caminaron los dos kilómetros hasta el cementerio.

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