El Eternauta y la Justicia: a siete años del fallo que devolvió los derechos a la familia Oesterheld

En 2018, la Corte Suprema dictó un fallo histórico que reconoció la titularidad de los derechos de autor sobre El Eternauta a los herederos de Héctor Germán Oesterheld. La decisión fue clave para habilitar la producción de una de las series argentinas más exitosas en Netflix.

En julio de 2018, la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió un litigio que llevaba varias décadas en los tribunales: la disputa por los derechos de autor y de marca sobre El Eternauta, la emblemática historieta de ciencia ficción creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Siete años después, el impacto de ese fallo no solo se mantiene vigente, sino que ha cobrado nueva dimensión tras el éxito de la adaptación audiovisual producida por Netflix y dirigida por Bruno Stagnaro.

El fallo de la Corte no fue uno más. En su resolución, el Máximo Tribunal reconoció la validez de la cosa juzgada sobre la nulidad de la cesión de derechos firmada en 1982 por Elsa Sánchez de Oesterheld, viuda del guionista, y estableció que esa cesión -suscripta en plena dictadura militar, tras la desaparición forzada del autor y sus hijas- se realizó bajo condiciones de “lesión” y sin legitimidad. De ese modo, se restituyó la titularidad plena de los derechos a sus herederos, entre ellos, nietos del autor.

La disputa judicial enfrentó a la familia Oesterheld con la editorial Ediciones Record SA, que había registrado las marcas “El Eternauta y El Eternauta (con diseño)”, y que reclamaba también los derechos de autor a través de supuestas cesiones previas a terceros. Sin embargo, la Corte sostuvo que la propiedad intelectual no podía quedar separada del derecho de marca, y que “la marca corresponde al autor, y para que otro pueda registrarla debe estar expresamente autorizado”. Ese extremo -clave en el fallo- no se había cumplido.

Martin Oesterheld, nieto del creador de El Eternauta.

Además, el fallo apuntó que “la cosa juzgada busca amparar más que el texto formal del fallo, la solución real prevista por el juzgador”, y que desconocer lo ya decidido en 1994 y 1996, cuando se anuló el contrato con Ediciones Record, vulneraba el derecho de propiedad protegido por el artículo 17 de la Constitución Nacional.

Este precedente fue determinante para que los herederos pudieran ceder los derechos de adaptación de la obra a la plataforma de streaming, lo que permitió el desarrollo de una de las producciones más ambiciosas de la televisión argentina. Dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín y Carla Peterson, El Eternauta fue rodada en más de cincuenta locaciones reales de Buenos Aires, utilizando técnicas de escaneo 3D y efectos visuales de primer nivel.

El proyecto, que involucró a más de 2.900 profesionales, respetó al máximo la estética y el espíritu de la obra original, algo que los herederos exigieron desde el primer momento como condición para autorizar la adaptación.

Oesterheld, desaparecido en 1977 por la dictadura militar, utilizó El Eternauta para denunciar el autoritarismo y reflexionar sobre la resistencia colectiva. Que su obra haya sido objeto de disputa comercial por décadas fue una paradoja dolorosa, resuelta solo cuando la Corte reconoció el valor moral, simbólico y legal de los derechos de sus herederos.

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