“El objetivo era Rosatti”: piden cinco años de prisión para el ladrón que intentó robar la camioneta del presidente de la Corte

Durante su alegato, el fiscal federal Diego Luciani vinculó el intento de robo a Horacio Rosatti con un patrón sistemático de hostigamiento. Solicitó una pena de cinco años de prisión para Damián Berruet por tentativa de robo doblemente agravado y reincidencia.


El fiscal federal Diego Luciani reclamó condenar a cinco años de prisión a Damián Berruet, acusado de intentar robar la camioneta oficial del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti. Para el fiscal, el hecho no fue un episodio más de inseguridad: se enmarca dentro de un patrón de “hostigamiento persistente y sistemático” contra el magistrado desde 2019. “El objetivo era Rosatti”, afirmó con énfasis.

Luciani sostuvo que el intento de robo registrado el 30 de mayo en el estacionamiento del Palacio de Tribunales debe leerse en clave institucional y política. No se trató, dijo, de un acto aislado, sino de un nuevo capítulo en una serie de ataques y amenazas vinculadas con la función judicial de Rosatti, que se intensificaron tras el fallo que condenó a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y durante el proceso de juicio político impulsado por el kirchnerismo contra los cuatro miembros de la Corte.

El acusado, Damián Berruet, fue detenido luego de que lo sorprendieran forzando la cerradura de la camioneta Toyota SW4 blanca asignada a Rosatti. Armado con un objeto punzante, amenazó al custodio y huyó a pie, aunque fue arrestado a dos cuadras del lugar por la Policía de la Ciudad. Toda la secuencia quedó grabada por las cámaras de seguridad.

En su alegato ante el Tribunal Oral Federal Nº 2, Luciani y la auxiliar fiscal María Mercedes Galli repasaron cada detalle. Desde la salida de Berruet de un hotel céntrico donde se alojaba junto a otras ocho personas oriundas de Córdoba —quienes alegaban estar en Buenos Aires para comprar ropa, aunque no se halló mercancía alguna durante el allanamiento—, hasta la caminata deliberada hacia la cochera del máximo tribunal.

Los principales tramos de la acusación fiscal

Luciani remarcó que el recorrido del imputado no fue casual: “Caminó casi un kilómetro y medio, pasó frente a decenas de vehículos, pero se dirigió directo al estacionamiento del Palacio de Tribunales, miró la patente, y se abalanzó sobre la camioneta del doctor Rosatti”.

Para el fiscal, la pertenencia de Berruet a una banda de ladrones profesionales es incuestionable. “No eran improvisados. Eran profesionales”, dijo. La mayoría del grupo con el que viajó tenía antecedentes penales en la Ciudad de Buenos Aires por delitos contra la propiedad. Al ser identificado, no portaba documentación ni celular. Dio un nombre falso, perteneciente a un vecino del domicilio de su madre en Córdoba que había extraviado su DNI.

Además de las pruebas materiales —videos, testimonios, antecedentes—, Luciani planteó un fuerte contexto político. Enumeró una larga serie de hechos que, a su juicio, prueban el asedio sostenido contra Rosatti: desde el intento de hackeo a su celular, pasando por robos en Santa Fe, artefactos sospechosos, pintadas intimidatorias, robo de declaraciones juradas, hasta amenazas posteriores a la condena de Cristina Kirchner.

Detrás de este hecho hay un trasfondo oscuro y sombrío que Damián Berruet oculta”, sostuvo. “La investigación durante la instrucción, llamativamente, no avanzó sobre quién o quiénes están detrás de la motivación. Pero está claro que había un objetivo: el presidente de la Corte Suprema”.

El acusado confesó parcialmente el hecho, diciendo que buscaba un celular y que actuó bajo los efectos de estupefacientes, aunque sin explicar de forma coherente por qué eligió ese vehículo entre tantos. Para Luciani, “eso es una mentira. Ya vamos a ver cómo nos mintió en la cara a todos”.

La fiscalía cerró su alegato pidiendo que se lo condene a cinco años de prisión por tentativa de robo doblemente agravado —por ser cometido con arma impropia y en poblado y en banda— y por su condición de reincidente: Berruet ya acumulaba cinco condenas anteriores.

«Valoradas las pruebas y el contexto, la pena debe reflejar un claro mensaje a la sociedad. La justicia debe ser implacable para disuadir a quienes orquestan estos ataques”, concluyó Luciani.

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