La muerte de Alejandra “Locomotora” Oliveras conmovió a todo el país, pero principalmente a la provincia de Santa Fe, ya que dejó un vacío inesperado en la Convención Constituyente, donde había sido electa como convencional.
Tenía 47 años y un mensaje claro: “Quiero pelear por la gente como lo hice en el ring”. Su partida no sólo detuvo el trabajo de la Convención por duelo institucional, sino que también activó el mecanismo legal para designar a su reemplazo.
Alejandra “Locomotora” Oliveras fue internada el 14 de julio por un accidente cerebrovascular y, pese a la gravedad de su cuadro, sus compañeros de lista y el propio cuerpo convencional aguardaron con respeto una posible recuperación. Finalmente, falleció el lunes 28 de julio. El gobierno provincial decretó tres días de duelo y se suspendieron las actividades de la Convención que inició su trabajo el mismo día en el que Oliveras fue hospitalizada. Fuentes de la Justicia Electoral provincial consultadas por Quorum aseguraron que la actividad, en principio, se retomaría el jueves.
Con el dolor aún latente, se confirmó que la rosarina Verónica Colombo, dirigente radical que ocupaba el quinto lugar en la lista que encabezó Oliveras, será quien asuma su banca. El reemplazo se realiza en cumplimiento de la normativa vigente, respetando el criterio de paridad de género y el orden original de la lista. El artículo 19 de la Ley 12367 establece: “Cuerpos colegiados. Vacancias. En los casos del artículo anterior, producido un fallecimiento, incapacidad sobreviniente, renuncia, separación del cargo y/o cualquier otra causal que imposibilite la asunción o ejercicio del cargo, los reemplazos se harán siguiendo el orden correlativo de postulación (corrimiento) de
las nóminas de titulares y luego suplentes, asegurándose que quien se incorpore al Cuerpo pertenezca al mismo partido político en el cual se produjo la vacante y que el reemplazo se haga efectivo por otro candidato/a del mismo género que aquel que produjo la vacancia”.
La figura de Oliveras, campeona mundial de boxeo y símbolo de superación, había irrumpido en la política con una propuesta fresca, combativa y frontal. Su sola presencia movilizaba: hablaba de las desigualdades que había vivido en carne propia y prometía representar a los más vulnerables sin cálculos ni retóricas vacías. “Yo sé lo que es pelear desde abajo. No vengo a hacer política, vengo a ponerle el cuerpo a una causa”, decía con convicción.

Días antes de su muerte, la Convención había rechazado una impugnación contra su designación, impulsada por Amalia Granata, quien cuestionaba su domicilio electoral. El cuestionamiento apuntaba al cumplimiento del requisito legal que exige dos años de residencia mínima en la provincia para postularse como convencional constituyente. Según el bloque impulsor del pedido, Oliveras habría fijado su domicilio en Santo Tomé recién durante 2025.
En respuesta, el apoderado del espacio Frente de la Esperanza, Ariel Sclafani, defendió la postulación y recordó que la ex boxeadora ya había participado como candidata en elecciones anteriores en territorio santafesino sin que se hubieran presentado objeciones. La defensa cerró filas en su apoyo y ratificó su legitimidad. Ese gesto ahora resuena con mayor peso.
La incorporación de Colombo no sólo asegura la continuidad institucional del Frente de la Esperanza dentro del bloque oficialista Unidos, sino que también conlleva el desafío de sostener el espíritu transformador que representaba Oliveras. “No nos olvidemos de por qué peleaba Alejandra”, expresó uno de sus compañeros convencionales.
Los certificados están preparados y será cuestión de que el presidente de la Convención Felipe Michlig los solicite para hacer oficial el cambio. La reforma de la Constitución de Santa Fe seguirá adelante, pero lo hará con una ausencia que pesa. Y con la certeza de que, en cada discusión, resonará la voz de aquella mujer que cambió los guantes por las ideas, sin perder nunca su esencia de luchadora.
