Un informe de la Organización Internacional del Trabajo reveló que, aunque el 25% del empleo mundial está expuesto al avance de la IA, el ejercicio del Derecho se mantiene como una ocupación con “riesgo bajo” de automatización.
En medio del crecimiento acelerado de la inteligencia artificial (IA) en el mercado laboral, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe que establece niveles de exposición al reemplazo por parte de estas tecnologías. Según el relevamiento, el 25% del empleo global se concentra en ocupaciones que podrían verse afectadas por la IA, y al menos un 3,3% de los puestos de trabajo (unos 115 millones) se encuentra en situación crítica por su alto grado de automatización posible.
Sin embargo, dentro de este escenario de transformación profunda, la abogacía se ubica entre las profesiones con riesgo bajo de ser reemplazada por sistemas inteligentes, según precisó el estudio. Aunque la IA está comenzando a transformar tareas específicas de la práctica jurídica —como el análisis de jurisprudencia, la redacción automatizada de documentos o la organización de expedientes—, la OIT enfatizó que la estructura del ejercicio legal sigue dependiendo de habilidades humanas complejas como la argumentación estratégica, el juicio ético y la interpretación del derecho.

En contraposición, el informe ubica a otras profesiones con niveles de riesgo elevado, como los analistas financieros, agentes de bolsa y cambio, brokers de seguros, data entries y operadores de call centers, cuyos puestos pueden ser ocupados casi íntegramente por algoritmos o sistemas automatizados.
El trabajo también identificó ocupaciones con riesgo significativo –periodistas, recepcionistas, bibliotecarios– y otras con exposición moderada, como diseñadores gráficos o biólogos. Solo un grupo reducido de profesiones aparece como prácticamente exento: médicos, agricultores, mecánicos, pasteleros y trabajadores sociales, entre otros.
“El cambio tecnológico no impacta en el total de una ocupación sino en las tareas específicas. Esa es la discusión real: qué tareas pueden ser reemplazadas”, sostuvo Roxana Maurizio, investigadora del IIEP-UBA y del Conicet, en diálogo con La Nación.
El fenómeno se observa también en las universidades. Desde la UBA informaron que se están implementando diplomaturas y carreras cortas relacionadas con la IA, aunque con la conciencia de que muchas profesiones tradicionales —como la abogacía— siguen teniendo un rol clave y vigente.