El juicio por jurados, eje de un debate federal en Mendoza

Dos jornadas de paneles, talleres y actividades abiertas al público consolidaron el compromiso de jueces, funcionarios, académicos y ciudadanos con el juicio por jurados. El ministro de la Suprema Corte mendocina, José Valerio, destacó el valor pedagógico del sistema y advirtió sobre la necesidad de transformar la enseñanza del derecho y la gestión judicial.

El 13 y 14 de agosto, el Polo Judicial de Mendoza recibió la 3.ª Mesa Federal de Organización y Administración de Juicio por Jurados, un encuentro que busca fortalecer este sistema en todo el país. La elección de Mendoza no fue casual: es la primera vez que la Mesa se realiza fuera de la ciudad de Buenos Aires, y la provincia cuyana fue pionera en implementar un modelo ordenado y gradual de juicios con participación popular.

“El objetivo fue descentralizar el debate, acercarlo a jurisdicciones donde el sistema funciona y demostrar que el juicio por jurados no es sólo un mecanismo técnico, sino una herramienta democrática, pedagógica e inclusiva”, señalaron los organizadores.

Primer día: miradas múltiples y experiencias ciudadanas

La apertura incluyó la presentación de la “Semana del Jurado” y una mesa con autoridades nacionales y provinciales. Luego, se desarrollaron paneles con jueces de cortes provinciales como Víctor del Río (Chaco), Daniel Erbetta (Santa Fe), Soledad Gennari y Germán Busamia (Neuquén) y el mendocino José Valerio, además del secretario de Justicia, Sebastián Amerio.

Un momento destacado fue la participación de ciudadanos que ya actuaron como jurados populares, quienes compartieron sus experiencias junto a magistrados. La tarde se dedicó a la reflexión sobre el rol de litigantes, oficinas judiciales y universidades, con decanos de Derecho de la UBA, la UNR y la UTDT.

Segundo día: talleres y actividades abiertas

La segunda jornada se enfocó en la dinámica práctica: talleres para operadores judiciales y actividades abiertas al público. Entre ellas, se realizó una simulación de juicio por jurados con participación de universidades auspiciantes.

Bajo el lema “Detrás del veredicto: el trabajo invisible que hace posible el juicio por jurados”, se puso en valor la gestión judicial, la profesionalización de equipos y la estandarización de buenas prácticas, respetando las particularidades culturales y normativas de cada provincia.

En ese marco, se llevó a cabo una demostración práctica de herramientas inmersivas con lentes de realidad virtual destinada a enriquecer la presentación de pruebas en juicios por jurados. El dispositivo permitió que los voluntarios que integraron el jurado, la fiscalía y la defensa, conozcan la escena del crimen construida para una audiencia simulada organizada en el marco del encuentro.

La simulación de la audiencia y la confección del caso ficticio se realizó en el segundo día del evento nacional. Estuvo a cargo del Programa de Práctica de Litigación en Juicio por Jurados para carreras de Grado y Posgrado en Universidades de la Oficina de Juicio por Jurados del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuyo propósito es formalizar espacios de práctica para estudiantes y profesionales que deseen litigar simulacros de juicios por jurados bajo la dirección de jueces técnicos y con la participación de jurados ciudadanos.

Valerio: “El juicio por jurados es una escuela cívica”

En diálogo con Quorum, el ministro de la Suprema Corte mendocina, José Valerio, explicó, entre otras cosas, por qué Mendoza fue elegida sede.

Las dos primeras ediciones se llevaron a cabo en la ciudad de Buenos Aires, donde nunca hubo un juicio por jurados aún…
Ese fue uno de los planteos, organizar la mesa donde sí existan. Y Mendoza, si bien no fue la primera, fue la más ordenada en sus inicios. Nosotros tenemos toda la transformación de la justicia en camino, no está terminada. Van a ver un concepto distinto de edificio judicial: en lugar de entrar y encontrar mesa de entradas, secretaría, despacho de jueces, acá es al revés. Primero las salas de audiencia, los despachos a los costados, y al fondo lo administrativo. Tiene circulación independiente: jueces, público e internos por ductos subterráneos. En 2007 vimos en Chile el polo judicial penal de Santiago y acá teníamos nueve hectáreas de penitenciaría, así que diseñamos el centro de detención, Ministerio Público, Poder Judicial. Nos falta la Defensa, no sé por qué, pero ya va a llegar. También buscábamos desburocratizar. Este edificio, construido en los 50 e inaugurado en 1965, era del estilo de la época: administrativo, tradicional, salvo la fachada grecorromana. Lo ofrecimos y aceptaron el desafío. Invitamos además a universidades. Porque si no cambiamos cómo se enseña y litiga, volveremos a las mismas prácticas.

Hubo un panel sobre enseñanza del derecho. ¿Está bien incluido ese tema en la formación?
Hay que cambiar no sólo mecanismos, sino metodología. No se puede seguir con enseñanza enciclopedista. Hoy está desfasado. No sirve estudiar de memoria clasificaciones que nunca aplicarán. El abogado necesita un mapa conceptual, no la construcción del mapa. Hay que profundizar técnicas de litigación, práctica diaria, uso de tecnología. Ya hay cátedras enseñando con IA. Si no, vamos a tener abogados eruditos en clasificaciones pero analfabetos funcionales en la práctica.

Me imagino que se hizo hincapié en la oralidad, no sólo en juicio por jurados sino en el acusatorio.
Sí. Más que acusatorio preferimos adversarial. En el Siglo XIX el modelo respondía a pocos abogados y altos niveles de analfabetismo. Hoy hay un abogado cada 200 habitantes, la población tiene alto nivel cultural y comunicación libre. Entonces el Estado ya no debe tutelar, sino garantizar igualdad de armas e imparcialidad. La oralidad es imprescindible. El expediente, en papel o digital, no sirve; hay que seleccionar información.

¿Hay similitudes en juicios por jurados en distintas provincias?
El más distinto es Córdoba: “juicio con jurado”, donde deciden jueces técnicos junto con jurados populares. La Constitución habla de “por jurado”, es decir, decide el jurado. El modelo cordobés es ajeno a nuestra Constitución y problemático. El resto, más acorde a la soberanía popular.

¿Cuál es el poder transformador del juicio por jurados?
Tiene varias dimensiones. Para los ciudadanos, es una escuela cívica: aprenden cómo funciona la justicia y quedan maravillados. Para los operadores, obliga a lenguaje claro, a dar instrucciones simples, a gestionar. Los juicios previstos para cuatro días terminan en cuatro días, a diferencia de los técnicos. Mejora la selección de prueba: no sirve incorporar testimonios de trámite, hay que llevar evidencia tangible. El jurado no accede a expedientes, solo a lo debatido. Esto eleva la calidad de la prueba. Ejemplo: un hincha imputado en Mendoza. La víctima dijo que el tirador tenía camiseta oscura. El acusado siempre sostuvo que usaba una naranja. En el juicio apareció una foto de un periodista que lo mostraba con camiseta naranja. El jurado resolvió no culpabilidad. Si lo decidía un juez, seguramente hubiera terminado en jury. Eso muestra la importancia de la evidencia. El sistema también fortalece la independencia de jueces, evita presiones externas, obliga al fiscal a investigar y alegar en serio, y mejora la gestión. La tecnología ayuda: audiencias grabadas en video evitan dudas y discusiones sobre lo dicho.

¿Cuál es el rol de las oficinas judiciales?
Fundamental: sortear y convocar jurados, y mantenerlos aislados de jueces y partes. Nosotros tenemos un sistema mixto: la oficina central de jurados y la OGAP dentro del tribunal. Así evitamos riesgos de contaminación.

¿Se asumieron compromisos para la próxima edición de la Mesa Federal?
Estamos viendo dónde será. Queremos profundizar la difusión y sensibilización sobre juicios por jurados. Ese será el eje hasta junio del año que viene.

Como ministro de la Corte y seguimiento de la implementación, ¿en qué etapa está la reforma judicial en Mendoza?
El diseño actual comenzó en 2016, tras años de trabajo previo. Fue un proceso gradual, pero hace cinco, seis años se estancó. Lo último fue la ley de juicios por jurado y la Ley 9040, que separó funciones jurisdiccionales y administrativas, reagrupó juzgados en colegiados. Pero seguimos con instancia única: la Corte hace de casación y apelación. Presentamos un proyecto en 2019 para establecer doble conforme, sin nueva estructura, a bajo costo, pero no prosperó. Hubo oposición política. Esta reforma acentúa independencia e imparcialidad judicial, y no todos lo quieren.

¿Cómo se puede promover más juicios por jurados?
Nosotros mismos enfrentamos resistencias. El Gobernador actual, cuando me propuso a la Corte, me dijo: “Olvidate del juicio por jurado”. Luego, por una negociación política, aceptó impulsarlo. Así sancionamos la ley con unanimidad de veredictos, algo inédito. Mendoza fue elegida para la Mesa por eso. Implementamos gradualmente: primero, homicidios agravados, luego otros graves. Esa gradualidad evitó problemas de provincias que lo implementaron por monto de pena. Además, ya teníamos transformación de tribunales y oficinas judiciales, lo que facilitó la logística. Esa ventaja no la tiene la provincia de Buenos Aires, por ejemplo.

Próxima edición y compromisos

El encuentro concluyó con la lectura de conclusiones y el compromiso de seguir difundiendo y sensibilizando sobre el juicio por jurados en todo el país. La próxima sede será definida en los próximos meses, con la meta de mantener viva la discusión federal y democrática sobre este modelo de justicia.

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