Provocador, frontal y sin medias tintas, Baby Etchecopar habla desde su casa en Adrogué sobre Javier Milei, la decadencia política, el rol de los medios, el sistema judicial y la corrupción estructural. Dice que votó al Presidente, pero que hoy no lo haría. Reivindica la crítica como forma de optimismo y defiende su estilo.
Baby Etchecopar es, ante todo, un sobreviviente. Nos recibió en su casa de Adrogué, el hogar que está construyendo para su esposa Silvin. Durante casi toda la entrevista, su perra Alma -más que una mascota, una compañera inseparable- se mueve a su alrededor como parte del diálogo. “Es mi vida”, dice Baby con ternura, mientras admite que todos los días se prepara, en silencio, para el momento en que ella ya no esté. “Ya he perdido mucho”, confiesa, entre resignación, tristeza y nostalgia.
Pero en cuestión de segundos, esa melancolía cede paso a la fuerza que lo define. La resiliencia que marcó su historia vuelve a imponerse, y aparece el Baby de siempre: impetuoso, espontáneo, provocador.
En esta entrevista, habla sin filtros sobre el gobierno de Javier Milei, la dignidad como concepto político y social, la corrupción estructural, la decadencia educativa, el sistema judicial, los medios, el peronismo, el PRO y hasta el indulto que, asegura, Cristina Kirchner ya tiene encaminado. También habla de sí mismo, de sus comienzos, de sus juicios, de las cartas documento y del cansancio. Pero no baja los brazos: “Esto es optimismo -dice-. La crítica es optimista. La conformidad, no”.
¿Cómo ves la actualidad del país?
La veo con muy poco optimismo, porque la agresión no nos deja ver lo positivo. El Presidente se olvidó de que ya no es panelista de Intratables y se maneja con el pueblo igual. No se puede basurear al pueblo. Vos no podés basurear a los periodistas, a la gente que no piensa como vos. Cuando explicaba que iba a vetar la ley, se reía… estábamos hablando del hambre de mucha gente. Vengo de muy abajo, laburando desde que soy muy chico. Tenés que saber ganarte todo, porque en la vida nadie te regala nada. Macri, Milei… son pibes que vienen de padres con plata. Incluso . Todos los que nos han gobernado vienen de guita. A Macri le dije, antes de subir al gobierno: “Se te va a hacer difícil porque nunca te bañaste con agua fría y nunca pasaste hambre”. El que no se baña con agua fría y no pasa hambre, no puede gobernar la Argentina. Creo que Macri quiso aprenderlo y no le salió. Pero veo que este hombre, Milei, no tiene empatía con los que necesitan. Yo la pasé mal con agua fría y sin morfar, con tres hijos. Creo que la persona tiene que tener alacena. Esa es la máxima riqueza del argentino. Ni el auto, porque todos los gobiernos te dan un préstamo para el auto. Pero tener una alacena, como había en mi casa, donde había jamón y tomate, servía para cuando tu papá no cobraba en fecha. Entonces, creo que no hay empatía con la alacena. Los políticos creen que con darles de comer ya están felices. Pero todo es un combo que se llama dignidad. La dignidad es que te den lo suficiente en el bolsillo para que comas, le compres los remedios a tus hijos y no tengas que ir explicando que te fuiste de vacaciones. No es un delito tener. No es un delito viajar. No es un delito, mientras no le robes la plata a otros, como hacen los políticos. Y nosotros acá explicamos todo.
Hablás de dignidad y eso me resuena a peronismo. ¿La dignidad únicamente la puede cuidar el peronismo?
No, el peronismo no tiene dignidad. Si no, no hubiese gobernado 70 años robándole al pueblo como lo robó. Yo no estoy en el discurso de “robaron, pero hacían” o “no tenés pruebas”. ¡Robaron! Se robaron un PBI. Hay dos verdades. Una es que es cierto que Milei se encontró con un país explotado, devastado, destruido. Pero adentro de ese país devastado, destruido, hecho pelota, estamos nosotros. ¿Sabés cómo es esto? Como si después de Hiroshima y Nagasaki bajara un tipo y les dijera a los japoneses: “Ustedes son unos forros, una basura, un excremento”. No, no les pegues más, si ya les tiraron una bomba atómica. Nosotros tuvimos una bomba atómica que fue afanarse el PBI. Quedamos desahuciados. Queríamos a alguien que nos mime. No queremos a alguien que piense en Trump, en Elon Musk o en el Fondo Monetario. Queremos a alguien que sepa qué hay gente que respira, que no llega a fin de mes, jubilados que no pueden comprar un remedio. Eso es la empatía con el que necesita. Yo creo que el Presidente tiene que ser un administrador para el que necesita, no para el rico. Porque el rico no necesita que nadie se lo administre.

¿Y esa falta de empatía vos considerás que atenta contra un futuro mejor para el país?
¡Pero claro que sí! Porque lo que vas rompiendo, lo vas rompiendo. Esto es como una pareja: si vos maltratás a tu pareja de entrada, no esperes que en el futuro haya amor. Ya rompiste esa ilusión, esas ganas, ese compromiso. Por supuesto. Creo que Milei hace todo lo posible por romper vínculos con la sociedad que no va a poder restaurar. Pero no los rompe porque sea malo. Los rompe por ignorancia. Porque nadie le enseñó a ser Presidente. Porque nunca militó, porque no es político, es economista. Entonces para él todo es dos por dos, cuatro. Yo lo voté. No me arrepiento de lo que voté. Yo voto convencido. Voté por lo que estaba mejor. No te olvides que veníamos de un agotamiento. El mismo agotamiento que se siente cada vez que Cristina sale al balcón. Igual creo que hay un peronismo que puede surgir nuevo. Y ojalá. Porque cuando yo digo que el peronismo robó, creo que no robó el peronismo. Robaron el kirchnerismo, el duhaldismo… todos los que se escondieron detrás del peronismo para robar. El peronismo como partido… cuando vos ves a la gente que iba y le daba una bicicleta, decís: “¿Le regalaste una bicicleta?”. No, le di una bicicleta porque no tenía. Eso es una bendición. Después, escondidos detrás de esa bendición, están los facinerosos que usan el escudo del peronismo para enriquecerse. Pero ojalá resurja un peronismo honesto con un líder. Ojalá, como radical te lo digo, resurja un radicalismo honesto. Y ojalá que Milei se dé cuenta. Y si Milei se da cuenta y es el Presidente que queremos, yo lo voto de nuevo. Ahora no. Pero que me convenza de que quiere a la gente. No se puede gobernar sin querer a la gente.
¿Sentís que estamos con una sensación de crispación, de clima violento?
¡Por supuesto! Primero, que Milei nos enseña que nos tenemos que pelear. Es una cosa muy loca. Por un lado, te puteás y por el otro va a ver a un pastor chanta y dice que la fuerza del cielo y que Dios lo va a ayudar. No, no. Acá nos ayuda la pesca, el campo, el litio, el petróleo, la empresa privada. Eso nos ayuda. Eso da laburo. Además, hace un año y medio y todavía no terminó con los sindicalistas mafiosos. Y mientras vos tengas enquistados dentro del Gobierno a los mafiosos de los sindicatos -porque todos conocemos los nombres- el país no va a salir. Creo que Milei debería apaciguar. Menem, en su primer gobierno, fue un gran Presidente. Y él, Milei, se quiere igualar. Pero no tiene ni la cintura ni la simpatía. Vos podés criticar el plan económico de Menem, pero él nunca le faltó el respeto a un argentino. Al contrario, hasta a la oposición la terminó comprando con simpatía. Y creo que Javier no tiene empatía. Y eso no lo va a lograr. Porque eso se hace viviendo.
Esta tensión que hay constantemente con los medios y con los periodistas, ¿cómo la vivís?
Estuve entre los primeros tres junto con Luis Novaresio y Gabriel Levinas. No me preocupa. Al contrario, prefiero ser un periodista criticado que uno complaciente. Entonces, la verdad que no… todos los gobiernos me criticaron. A mí Cristina y Néstor me hicieron la vida imposible. De la Rúa me prohibió… Creo que Milei se va a tener que dar cuenta. Te hablo como un padre más que como ciudadano. Creo que un día este chico va a tener que entender que está haciendo las cosas mal, y que la gente no quiere pagar la deuda a costa del hambre de los jubilados. Quiere que paguemos la deuda ejecutando todas las propiedades, todo lo que nos robaron durante 20 años. No puede ser que le devuelvan los campos a los Báez y no le quieran dar 20 lucas a mi abuelo. O sea, acá es todo muy injusto.




Es año electoral, ¿vos considerás que la gente, más allá de que hay sectores que efectivamente la están pasando mal, va a confirmar su apoyo?
Pero por supuesto que sí. Mientras esté Axel Kicillof enfrente, que durante ocho años no hizo absolutamente nada en la Provincia, que tiene de ministro de Gobierno a Carlos Bianco, quien se enorgullecía de firmarles el procesamiento a los vecinos que iban a pasear el perro con COVID… Mientras esa gente esté en el gobierno de la Provincia, yo voy a votar el Frente La Libertad Avanza. Además, que está Cristian Ritondo, Luis Juez, que son mis puntitos de confianza.
¿Vos considerás que el PRO puede ser como una especie de control?
No, pero yo creo que el PRO va a volver. Cuando se le pase el cansancio a Mauricio -creo que está agotado, no sé qué le pasa-, yo lo quiero mucho. Creo que están todos mirando desde afuera a ver qué va a pasar para otro regreso.
¿Cómo ves ahora el tema de los medios? Esta pelea, como dijiste, entre complacientes y demás.
Esto es histórico. No hay ensobrados, hay complacientes de todos los gobiernos. Si te acordás de 678, que es el mejor ejemplo de alcahuetería política… Hay pibes que… además, yo comprendo que hay compañeros que les gusta el estilo de Milei. Son más jóvenes y todavía no se bajaron del entusiasmo. Pero yo creo que las cosas deben ser entusiasmo, con pragmatismo, pero también con aprendizaje de que todos tienen razón. Todos tienen sus razones. Hay que dejar de hacer imperar la idea de uno. No hay un solo político que diga “me equivoqué”. No hay un solo político que diga “me fue mal”. Todos dicen: “No, pero les voy a explicar por qué”. ¡Yo no quiero explicaciones! ¿Entendés? Entonces, da las explicaciones en tribunales, pero pasa por ahí la cosa.
Vos te definiste como una válvula para la expresión. ¿Qué quisiste decir?
¿Yo me definí así? Puede ser… Soy muy dinámico en mis dichos, pero fijate que no borra lo que te voy a decir ahora. Es verdad. En los momentos de mucha presión social, a veces te terminan utilizando. Dicen: “Dejá que Babi diga lo que la gente quiere decir”. Y eso me rompe un poco las pelotas. Porque yo digo lo que yo quiero decir, no lo que quiere decir la gente. Sé que mucha gente no me quiere. Y mucha gente comulga conmigo. Pero también sé que mucha gente, a la noche, me escucha en la radio o me ve y dice: “¡Tiene razón!”. Y eso creo que es un permanente despertar de conciencia. Yo hace 40 años, cuando empecé con la radio, leía a Nietzsche y contaba cuentos de Kafka. Y un día me encontré con un albañil en la calle que me dijo: “Ya me compré el libro de Nietzsche”. Le dije: “¿Pero vos alguna vez habías estudiado filosofía?”. Me dijo: “No, pero como vos decís que es bueno, lo estoy leyendo”. Y le dije: “Está perfecto. No importa si lo comprendés o no. Lo importante es que sepas que existió”.
¿Es eso? ¿Despertar ese interés?
Exacto. Y a mí me pasó también. Un día fui a comprar la Teoría de Pascal, para ver de qué se trataba. El tipo me da dos libros. Le digo: “No, llevo uno solo”. Me dice: “La teoría son dos libros”. Entonces ahí me di cuenta y lo empecé a leer. Y realmente creo que hay que hacer que la gente abra la cabeza. Que no espere al Mesías. Ese discurso fue de mierda. Ponerse en un púlpito a decir que Dios nos va a ayudar fue desesperanzador. Porque cuando tenés un pariente grave, fijate que siempre lo que dice el médico es: “Está en manos de Dios”. Y yo creo que si la Argentina está en manos de Dios, estamos perdidos. Porque ya se nos murió el Papa. Entonces creo que hay que empezar a poner en marcha el país.

¿Y qué es necesario para poner en marcha el país?
Huevos, dignidad, honestidad intelectual y, fundamentalmente, arenga. Así como San Martín arengó a las tropas para cruzar los Andes desnudos, cosa que hoy sería imposible. Hay argentinos que se creen que son héroes porque meten un gol. O porque van a buscar vacunas -que además fueron parte de un negociado trucho, asqueroso. Los héroes fueron San Martín, Belgrano, los chicos de Malvinas, Favaloro. Por lo general, los héroes son los olvidados. Estos otros son “más que hombres” y a veces con serios problemas morales.
Sos muy crítico del sistema judicial. ¿Cómo lo ves ahora? ¿Cuál es tu evaluación de la actualidad?
No es posible que un juicio tarde 20 años. Me parece que el Poder Judicial está corrupto, como el Ejecutivo, como el Legislativo. Hoy la hija de un famoso no va a la cárcel, y un pibe de una villa lo cagan a trompadas y lo meten en un calabozo. Está corrupto. Hoy Cristina Kirchner recibe gente, se saca fotos, habla desde el balcón… y un chorro que se afanó algo en una empresa está preso. El Legislativo… diciendo: “gato”, “atorranta”, “prostituta”. Algo más corrupto que eso no vino nunca. Te juro.
¿Es corrupción o decadencia?
Las dos cosas. Porque cobran por eso. Yo hace 30 años dirigí “El conventillo de la Paloma” en el San Martín y te puedo asegurar que no hay ningún texto que se parezca tanto a los diálogos del Congreso. ¡Tan vergonzosos! Son conventillos baratos. No pronuncian las ‘s’, no tienen cultura. Porque además me dicen: “No, me pasé por todo”. Pero para entrar a laburar en una oficina te piden quinto año, y para ser diputado podés entrar a decir estupideces. Bueno. Y el Legislativo te está tratando de “mierda”, de “basura”, de “corrupto”, de “chimpancé” el uno al otro. Vos me decías: “¿Por qué hay tanta violencia?” Salís a la calle y te están puteando.

¿Esto tiene que ver con la decadencia de la educación también?
Pero claro. Y creo que estamos destruidos también porque perdonamos a los corruptos. Educación no hay. Hay escuelas. Pero adentro están vacías. Muchos chicos, durante 20 años con Cristina, fueron a buscar comida al colegio. Y a otros se les dio una computadora cuando los pibes no tenían luz. Que fue otro negociado más. Lo de las computadoras habría que investigarlo. No confundamos hacer una escuela con educar. Porque también la educación se da en casa. Y también los periodistas la tenemos que promover. En vez de andar corriendo a Wanda Nara, a Icardi o a ver quién se separó, hay que volver a algunos programas que eduquen, que dejen un mensaje.
Siempre tuviste un estilo confrontativo y eso es como una especie de marca registrada. Ahora es como la norma. ¿Eso te hizo cambiar?
Y por eso ahora estoy tranquilo. Ahora bajé un cambio, para diferenciarme. Viviana Canosa me afanó todo el estilo. Luis Majul editorializa todo. Jony Viale hace editoriales. El que empezó con todo eso fui yo. Ahora putean todos. Me robaron todo. Ya no es gracioso lo que yo hago. Ahora estoy más humorista.
Bueno, empezaste como actor. Así que estás volviendo a tus orígenes.
Claro. Y además, ya estoy grande. No tengo más ganas de traer cartas documento.
¿Tuviste muchas?
En la época de Macri, los Kirchner me mataban. Me hicieron 17 juicios. Me habían puesto el rótulo de misógino, xenófobo, gorila… sin conocerme. Me costó mucho. Luché mucho contra eso. Pero bueno, ya pasó. No tengo más ganas de dar explicaciones sobre mi carrera. Es hasta ahí. Antes iba a fondo. Ahora voy hasta ahí.
¿Y eso qué es? ¿Preservación natural, vejez, experiencia?
Es el bagaje. Y tenés más experiencia. Vos me hablás del Poder Judicial. Yo traté de mantener una asepsia, pero tengo amigos por todos lados. Y tengo amigos jueces que son muy buenos. Es más, tengo montoneros muy amigos míos, que son grandes personas. Entonces me cuesta mucho manejar eso. No generalizo.
Planteaste muchas veces crear la CONADEP de la corrupción. ¿Es un proyecto que seguís impulsando?
Sí. Nadie me da bola. A nadie le interesa, pero sería maravilloso. Hay dos cosas que me gustaría: que los Martín Fierro los elija la gente, no los periodistas, y que hagamos una CONADEP de la corrupción para investigar todo. En vez de preocuparse tanto por los derechos de la mujer -que no se logró nada-, se preocuparon mal. Salieron a cazar hombres. Y hoy siguen habiendo mujeres muertas. Mirá, nos preocupamos por los hijos de Wanda Nara, y hay pibes que están cagados de hambre abajo del Sarmiento, con los cartoneros, y nadie se preocupa. Hay cantidad de gente que la está pasando mal. Las mujeres la siguen pasando mal. Siguen matando mujeres todos los días. No se consiguió nada más que puestos. Ni en el INADI ni en el Estado.
Y a este gobierno, vos dijiste que le falta empatía. ¿También ves indicios de corrupción?
Acá la casta no terminó. Acá la casta se infiltró. La Argentina es corrupta. Yo recibo cuatro o cinco llamados por día: “Che, ¿conocés al intendente?”, “¿Conocés al diputado?”, “¿Conocés a tal?”. Todos los días. O sea, si vos no sos corrupto, no pedís esas cosas. Yo, la vez pasada fui a renovar el registro. Y estoy peleando contra eso también, porque no es posible que un pibe falopeado y borracho tenga registro por 10 años, y un tipo de 70, que manejó toda la vida, lo tenga solo por cinco. Es como la muerte civil. Es un negocio en los municipios. Estaba haciendo los trámites, dando el examen, y uno me dice: ¿Vas a hacer los trámites? ¿No sos amigo del intendente? Yo no le debo favores al intendente. Porque el día que le tenga que pegar, le pego. ¿Entendés? Pero la gente es muy corrupta. Y no hay que pedir. Por ejemplo, yo ando con mi auto y la gente te dice: “¿Cómo afanaste esto?”. Yo paro y digo: “No, yo no afané. Yo laburé toda mi vida. Yo no afano. Yo no afano”.

Y en esta confrontación, ese mano a mano con la gente… ¿Te escuchan? ¿Se identifican?
A mí la gente me quiere mucho. Donde voy a comprar algo, me bajo, la gente me muestra mucho amor. Poca gente me ha puteado. Y te diría ninguno. Vos podés votar a quien quieras. Es más: si vuelve Cristina y la votan, y el pueblo la elige… eso es el pueblo. Hay que acostumbrarse de una vez a la democracia. Y no estamos siendo respetuosos con la decisión democrática. Estamos siendo caprichosos. Por eso ganó Milei. Porque no ganó Milei para que nos salve. Ganó Milei para ganarle a Cristina. Y mientras sigamos sacando un clavo con otro clavo, estamos perdidos.
¿Y ves alguna punta de optimismo en algún lado?
¡Esto es optimismo, lo que te estoy diciendo! La crítica es optimista. La conformidad es pesimista. A los optimistas, a los conformistas, los cagan. Y hablando de corrupción: también es corrupción esperar que llegue un gobierno para que te dé. El gobierno no te tiene que dar nada. El gobierno tiene que administrar la cosa pública. Es así. Pero tenemos que aprender eso. Yo lo aprendí. Yo en eso era medio facho: si Alfonsín era bueno, Luder era malo. No. Cualquiera puede ser bueno si el pueblo lo acompaña. Ahora, si el pueblo es conformista, ninguno va a ser bueno. Porque la Iglesia Católica dice: “El Cordero de Dios”. Y yo una vez me puse a pensar: “No, yo quiero ser el lobo”. Porque el cordero va al matadero, se lo morfan. Cada fecha litúrgica se comen al cordero. ¡Yo quiero ser el lobo! Que no me coma nadie. Hay que ser un lobo. No hay que ser un cordero. El conformista es un cordero. Van a aplaudir abajo del balcón de Cristina, corren el Menemóvil, se ríen de los humoristas del gobierno, ven a Lemoine como una filósofa… ¿Y sabés qué me hace acordar? Al ojo de Perón. A Perón se le caía un párpado. Si había revolución, los peronistas decían: “¿Viste? El viejo guiñó el ojo”. Si no había revolución: “¿Viste? El viejo guiñó el ojo”. O a los silencios de Sábato. Sábato se dormía hablando. Estaba dormido. Entonces yo creo que no podemos justificar los barbarismos. A ver: endiosamos los barbarismos. “Qué fenómeno, echó a la mujer de la quinta. ¡Qué bien que estuvo!”. No. Kirchner se afanó 600 palos y dicen: “Ya tiene 600 palos. ¡Qué bien que estuvo!”. No. Intentamos justificar lo injustificable. Y eso es horrible.
La condena de Cristina. ¿Por qué considerás que llegó?
Porque es ladrona. Es ladrona. Podría haber llegado ahora, dentro de un año, o diez, o nunca. Pero lo que no hay duda es que -si nos acordamos de López, de Rossi, de los bolsos- está todo filmado en video. Es muy simple: si vos ves el patrimonio de Cristina, con la fortuna que tiene, sin ningún juicio ganado… Y hasta dudo del certificado de estudios, si realmente es abogada… Nunca podrían haber acumulado eso. Hablan de 6 millones, 10 millones, 500 millones de dólares como si nada. Eso es corrupción de la más pura. También es corrupción -y repito- lo de Wanda Nara. “Me compré un Lamborghini”, “me compré cuatro casas en Nordelta de cuatro palos cada una”. Pero si yo me llego a comprar una casa, la AFIP me cae encima y voy preso.
¿Vos ves un indulto en el futuro de Cristina?
Claro que sí. Por supuesto. Es más, uno tiene que aprender lo que es el mensaje elíptico o subliminal. Si yo te digo: “Cuando ustedes dos lleguen, chicas, ¡qué ganas de hacer una fiesta!”. Bueno… te tiré la frase, ¿no? Cuando Cristina cayó presa y hubo dos o tres que dijeron: “Es probable un indulto”… ya está. Te la están poniendo la frase. Ya lo están preparando.
¿Y lo ves probable en este gobierno?
No me preocuparía un indulto. A ver, esto que están haciendo es una payasada. O lo hacés bien o no lo hagas. Para estar así, que la larguen. Porque están haciendo una campaña desde el balcón. Además, creo que hay un pacto con Milei. Cada vez que a Milei se le pone jodido, aparece ella, y la gente dice: “No, esto no. Vamos por acá”. Hay muchas cosas espurias que nunca nos vamos a enterar.

