Caso Matías Berardi: la Corte frustró un nuevo intento de obtener salidas transitorias de una condenada por el secuestro y asesinato

La Corte Suprema de Justicia dejó firme la decisión que rechazó las salidas transitorias de Ana Cristina Moyano, una de las condenadas por el secuestro y asesinato de Matías Berardi, el adolescente de 16 años cuyo crimen en 2010 generó conmoción social. 

La condena de la mujer a 24 años de prisión vence en 2034. El adolescente fue secuestrado cuando volvía de una fiesta, se pidió rescate y logró escapar, pero nadie lo ayudó en el vecindario donde estaba cautivo y sus captores volvieron a atraparlo para asesinarlo.

Los ministros de la Corte Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti declararon inadmisible la queja presentada por la defensa oficial y cerraron definitivamente la vía para que la mujer obtenga ese beneficio.

Sin salidas de la cárcel

Moyano, condenada a 24 años de prisión, había intentado acceder al régimen de salidas transitorias tras haber recibido previamente un rechazo tanto de la jueza de ejecución penal del Tribunal Oral Federal 3 de San Martín como de la Cámara Federal de Casación Penal. 

Sin embargo, la Corte confirmó la decisión a través del artículo 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, que permite desestimar planteos sin analizar su contenido.

El caso se remonta a la madrugada del 28 de septiembre de 2010. Matías Berardi regresaba de una fiesta de egresados en el boliche Pacha, en Costanera Norte, cuando fue secuestrado en Panamericana y Ruta 26, camino a su casa en Ingeniero Maschwitz. 

Sus captores realizaron ocho llamados consecutivos a sus padres: empezaron exigiendo mil pesos y terminaron reclamando treinta mil. Tras más de trece horas de cautiverio, el joven logró escapar de la vivienda de Benavídez donde estaba retenido.

Desesperado, pidió auxilio a los vecinos y contó que estaba secuestrado, pero nadie lo ayudó. La banda salió a buscarlo, lo recapturó y lo señaló falsamente como un ladrón. Luego lo asesinaron de un disparo por la espalda y abandonaron su cuerpo en un descampado de la ruta 6.

La investigación determinó que Moyano, esposa del líder del grupo criminal, Richard Fabián Souto, vivía en el mismo predio donde funcionaba la herrería utilizada como lugar de cautiverio. Colaboró en el ocultamiento del adolescente y contribuyó a confundir a los vecinos cuando el chico escapó gritando que era un ladrón. 

Fue condenada a 24 años de prisión, pena cuyo vencimiento está fijado para el 29 de septiembre de 2034. Durante la pandemia había intentado obtener la prisión domiciliaria, un pedido que también fue rechazado.

Cuándo se conceden beneficios

Los jueces de ejecución y la Casación remarcaron que la concesión de salidas transitorias no es automática y depende de una valoración judicial integral. 

Señalaron que, si bien Moyano se encontraba dentro del periodo de prueba del régimen penitenciario -una etapa que permite mayor autogestión dentro del encierro-, esa situación no habilita por sí misma el acceso a las salidas, tal como pretendía la defensa. 

También destacaron la gravedad de los delitos por los que fue condenada, la elevada pena impuesta, el tiempo que aún resta para completar su cumplimiento y la ausencia de una evolución favorable en el pronóstico de reinserción social. 

Según la valoración judicial, no quedó acreditado que la mujer hubiera mostrado una “transformación relevante” respecto de las circunstancias que la llevaron a delinquir.

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