La ex Secretaria de Ambiente queda con sentencia firme: tres años de prisión en suspenso, devolución de casi siete millones de pesos al Estado y prohibición de por vida para ejercer cargos públicos. El máximo tribunal rechazó la queja de su defensa y ratificó que utilizó fondos del organismo para gastos personales y de familiares.
La Corte Suprema de Justicia dejó firme la condena a tres años de prisión en suspenso contra la ex secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable Romina Picolotti por el delito de defraudación en perjuicio de la administración pública, al confirmar que utilizó fondos del organismo que dirigía para gastos personales y de sus familiares. La sentencia incluye, además, la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti rechazaron la presentación de la defensa por considerarla extemporánea y, de ese modo, desestimaron la última vía recursiva para intentar revertir el fallo que ya había sido confirmado por la Cámara Federal de Casación Penal.
Sushi, flores y sahumerios
Durante el juicio se tuvo por probado que Picolotti, al frente de la Secretaría de Ambiente entre 2006 y 2007, empleó fondos asignados al organismo para fines particulares, violando la normativa vigente y los deberes propios de su función. Según la acusación, dispuso de dinero público para procurarse un beneficio económico indebido para sí y para terceros, afectando el patrimonio estatal.
“Hubo un manejo absolutamente irregular de parte de Picolotti de los fondos públicos. Fue un verdadero fraude en el ejercicio de la función pública. Se pagaron comidas o almuerzos casi diariamente sin justificación, se pagaron pasajes de avión para familiares y amigos que no tenían relación con la secretaría y costosos vuelos charters”, afirmó el fiscal Diego Luciani en su alegato, en el que había solicitado una pena de tres años y nueve meses de prisión. La ex funcionaria siguió el debate desde Estados Unidos, país al que se mudó.
Entre los gastos detectados había consumos en parrillas, restaurantes de sushi, desayunos, flores, sahumerios, piedras aromatizadas, productos de farmacia, alimentos para perros, combustible, lavado de autos, servicio de lavandería y compras con notas personales como “regalo Flor y Sofi de cumpleaños”. Incluso se registró un ticket de un bar atendido por mujeres semidesnudas que llevaba escrito un “Muchas gracias”.
A lo largo del proceso, la defensa de Picolotti negó la existencia de delito y reclamó su absolución. Sin embargo, en 2021 el Tribunal Oral Federal 6 la condenó a tres años de prisión en suspenso y ordenó que devolviera al Estado casi siete millones de pesos actualizados, suma considerada como el monto indebidamente utilizado. La fianza fue elevada hasta ese mismo valor. En 2023, la Cámara de Casación confirmó el fallo y la defensa llegó a la Corte mediante una queja, que ahora fue desestimada.
Con la resolución del máximo tribunal, la condena queda firme: Picolotti no irá a prisión por tratarse de una pena en suspenso, pero queda definitivamente ratificada su obligación de reintegrar el dinero y la prohibición de por vida de ocupar cargos públicos.
