LADO B: Cuando cambiar de rumbo es encontrar el camino

Durante años, Bárbara Filgueira caminó por los pasillos del Poder Judicial con paso firme. Su carrera había comenzado temprano, desde el rol de meritoria, y a fuerza de estudio, trabajo y convicción, fue ascendiendo con rapidez. A los 26 años ya era secretaria y poco después fue fiscal subrogante en la Justicia de la ciudad de Buenos Aires. “Quedé embarazada y con el bebé de un mes me presenté a un concurso para fiscal subrogante. Así que siempre tenía muy en la mira la carrera judicial intercalándola con mi vida personal”, recuerda.

Parecía tenerlo todo: una carrera en ascenso, reconocimiento, un futuro prometedor en el sistema judicial. Pero algo, adentro suyo, empezó a incomodarla. Porque si bien su entorno validaba sus logros -el sueldo, el concurso ganado, la estabilidad-, Bárbara sentía que debía escucharse. No hubo un hecho puntual que funcionara como detonante. Fue, más bien, una decisión interna: la de ser fiel a su propia voz.

“Me fue muy difícil tomar la decisión porque a mí me gustaba lo que hacía. Era un trabajo que si bien estaba estresada -hoy lo veo con más claridad-, en ese momento no me daba tanto cuenta. No me fui para nada enojada, al revés. Me fui sabiendo que estaba cumpliendo mi camino. Siempre mis decisiones fueron mirando para adelante, nunca para atrás. Y no tuve que encontrar una excusa para dejarlo. Por eso fue tan difícil. Muchas veces veo que hay profesionales que necesitan una causa externa para justificar su salto al vacío. Yo nunca encontré esa causa externa, siempre fue interna”, dice hoy, con la claridad que muchas veces sólo da la distancia.

Durante la charla con Quórum, la pregunta inevitable fue cómo se gestó la Bay -como la llaman quienes conocen de cerca la energía que irradia, intensa y arrolladora como una tormenta en el desierto- que vemos hoy: “La Bay que soy estaba construyéndose mucho más claramente de lo que yo tenía conciencia. De hecho, me pasaron cosas muy graciosas porque yo hablaba con mi cuñado, quien está en el mundo de los negocios, y le decía que no quería hacer tal cosa. Él me decía: ‘¿Pero tenés algo para ofrecer? ¿Qué es lo que querés ofrecer?’. Y yo no lo tenía tan en claro. Lo que sí me pasó fue que el espacio que tengo hoy, lo empecé a construir muy de a poco”.

Y así, de a poco, nació InLaw, una consultora especializada en desarrollo estratégico profesional para abogados, jueces, fiscales y otros actores del mundo jurídico. Un espacio pensado para acompañar procesos de transformación profunda, en clave personal y profesional. Pero la gestación de ese proyecto fue, como ella misma cuenta, más intuitiva que planificada. “En verdad cuando me voy del Poder Judicial, no fue que dije: ‘Listo, me voy a hacer una consultora de desarrollo estratégico’. Fue: ‘Hay algo que yo puedo hacer desde otro lugar’ y no lo tenía tan claro. No renuncié porque quería desarrollar esto concretamente, sino porque sabía que mi camino iba por otro lado. ¿Por dónde? Sabía que iba a ir acompañando gente, pero no sabía cómo. Hoy en día me parece rarísimo no haberlo tenido tan en claro en principio”, explica.

El germen de lo que sería InLaw surgió casi como un reflejo de lo que ella había necesitado y no había encontrado: un lugar donde poder pensarse estratégicamente como profesional del derecho. “Hay muchos espacios para aprender técnica jurídica, pero muy pocos donde uno pueda revisar qué tipo de abogado quiere ser, cómo quiere trabajar, cómo quiere liderar un equipo o cómo articular su vida personal con su vida profesional”, señala.

Con formación en litigación en Estados Unidos, Bárbara unió ese conocimiento con herramientas de coaching, filosofía y habilidades blandas. Comenzó ofreciendo capacitaciones sobre litigación ontológica -una mirada novedosa sobre los desafíos del sistema acusatorio oral- y rápidamente advirtió que el problema era más amplio. Lo que muchos profesionales enfrentaban no era sólo un cambio de paradigma procesal, sino un malestar más profundo: desgaste, estrés, falta de propósito, dificultad para gestionar equipos y planificar sus carreras.

“Nosotros no enseñamos a litigar. Acompañamos a las personas a encontrarse con quienes son en su rol profesional. A pensar estratégicamente. A hacer las preguntas que muchas veces no se hacen porque están demasiado ocupados respondiendo a lo urgente. No es lo mismo avanzar que construir una carrera con propósito. Y eso requiere diseño, no improvisación”, resume. Hoy InLaw es un espacio donde conviven jueces, fiscales, secretarios, abogados y abogadas de todo el país. Y todos, sin importar jerarquías, se sacan la armadura para mirar hacia adentro.

Filgueira lo define con precisión: “Es un espacio donde los profesionales pueden quitarse el traje y reconocerse. Donde el juez puede decir ‘no sé’ sin sentirse juzgado. Donde se construye comunidad, porque todos, en algún momento, pasamos por lo mismo”.
En InLaw hay procesos cortos y concretos, diseñados a medida. Algunos buscan resolver una crisis puntual: decidir si concursar, si jubilarse, si cambiar de rol. Otros, están motivados por el deseo de generar impacto. “Nos consultan desde profesionales que sienten que no pueden más hasta personas que aman lo que hacen, pero quieren liderar transformaciones en sus equipos o en el sistema judicial. Todos necesitan acompañamiento”, cuenta.

Bárbara Filgueira durante una de sus conferencias sobre desarrollo estratégico profesional y liderazgo legal.

Las habilidades blandas son parte central del enfoque de la consultora: gestión del tiempo, liderazgo, conversaciones difíciles, construcción de redes, diseño de objetivos. Herramientas que no se enseñan en la facultad pero que definen buena parte del trabajo cotidiano. “El derecho es algo que ocurre entre personas. Y, sin embargo, salimos de la carrera sabiendo poco de cómo vincularnos con nosotros mismos y con los otros en el ejercicio de la profesión”, advierte. “Las habilidades blandas -o personales- tienen mucho más que ver con la gestión interna y externa: cómo gestiono mi tiempo, qué tipo de conversaciones tengo con mi equipo y conmigo misma, cómo organizo mis metas anuales, mensuales, semanales. Todo eso también es estratégico”.

Con una mirada más cercana a la filosofía que a la psicología, Bárbara pone el foco en el propósito. En lo que da sentido. Y en la necesidad de redefinir el éxito en términos personales. “Cuanto más apegado estés a una noción de éxito externa, más infeliz vas a ser. El verdadero éxito es estar donde sabés que tenés que estar”, afirma.

Por eso, insiste en diferenciar el ser del hacer. En construir una identidad profesional desligada del cargo: “Trabajamos para que alguien, al presentarse, no diga ‘yo soy jueza’, sino ‘ocupo ese cargo’. Hoy soy una apasionada del derecho penal pero mañana puedo ser otra cosa. Lo importante es saber quién sos, no sólo qué hacés”.

También se hace foco en la diferencia entre ser jefe y ser líder: “Estoy convencida que hay tres niveles: el jefe, el líder, y el líder extraordinario. Ser jefe es ocupar un rol; se basa en la estructura, en el control, en la autoridad formal. Un excelente líder ya logra inspirar, guiar, y es reconocido por su capacidad de movilizar a otros. Pero el líder extraordinario va un paso más allá: es tan sutil y generoso en su forma de estar, que logra que todos a su alrededor se sientan extraordinarios. No se trata de brillar él, sino de hacer brillar a los demás. Estamos llenos de jefes, nos faltan líderes”.

InLaw no promete fórmulas mágicas. No ofrece respuestas cerradas. Lo que hace es crear lugares para la reflexión, brindar herramientas y acompañar procesos. No transforma la Justicia, pero acompaña a quienes quieren transformarla. Y lo hace desde una convicción profunda: que se puede estar mejor, incluso en entornos complejos y exigentes. Que el cambio es posible, cuando empieza por uno mismo.
“Generamos espacios donde cada profesional pueda pensarse, hacerse las preguntas que tal vez nunca se hizo: ¿cómo gestiono mi lugar en este nuevo equipo? ¿qué me está pasando con esto que me duele? ¿cómo diseño estratégicamente mi camino? Las preguntas correctas pueden ser el mejor antídoto contra el sufrimiento profesional”, sostiene.

Muchos líderes del sector legal llegan en momentos bisagra -cuenta-: concursos, cambios de rol, decisiones difíciles, estancamiento, desgaste o simplemente la necesidad de crecer sin perderse en el intento. “Lo que hacemos es ayudarlos a parar, pensar, y liderar con estrategia su propia carrera. La soledad en los cargos jerárquicos es real. Por eso crear espacios de reflexión y acompañamiento es una necesidad, no un lujo”, señala.

Lejos de las fórmulas motivacionales o las soluciones genéricas, su enfoque integra herramientas del coaching ejecutivo, filosofía, el liderazgo organizacional, la neurociencia y la gestión de carrera. Todo atravesado por una comprensión profunda del mundo legal. 


“No acompañamos sólo procesos, acompañamos personas que sostienen decisiones claves dentro del sistema. Muchos líderes del sistema legal están agotados, pero sienten que no pueden frenar. Desde InLaw los ayudamos a pausar, repensarse y volver a elegir”, explica.

Ese enfoque tiene además un efecto multiplicador: “Lo que tiene InLaw es un poder potenciador de las capacidades que tiene la gente. Gente que estaba enojada con la organización o con su lugar, y después de trabajar ciertos temas, te dice ‘me hiciste ver otra cosa’. Personas que venían trabadas en sus carreras y después te mandan la foto de su jura como jueces. Eso emociona. Ver cómo logran cosas y cómo agradecen ese proceso. Nos pasa todo el tiempo”.

Hoy, la consultora crece, se multiplica, se expande. Y Bárbara Filgueira, la mujer que un día dejó una carrera judicial impecable para construir algo nuevo, dice con serenidad: “Este no es mi punto de llegada. Es apenas el comienzo”.

Taller de Desarrollo Estratégico Profesional, organizado por la Oficina de Bienestar de la Suprema Corte de Justicia de Jujuy.


Noticias relacionadas

Suscribite a nuestro newsletter

Para estar actualizado de las últimas noticias, informes especiales y recibir las ediciones digitales antes que nadie!

Últimas noticias