El máximo tribunal penal expresó su solidaridad institucional y condenó los mensajes de odio recibidos en redes sociales. La DAIA pidió ser tomada como querellante en la causa.
La Cámara Federal de Casación Penal emitió un comunicado oficial en el que expresó su solidaridad con el juez Mariano H. Borinsky, quien fue objeto de amenazas e intimidaciones por redes sociales. El tribunal calificó los mensajes como una campaña de hostigamiento personal, antisemitismo manifiesto y apología del delito, dirigida contra el magistrado en razón de su cargo y su religión judía. La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) pidió ser tomada como querellante en la causa y la Justicia federal investigará los hechos.
Contexto
La declaración institucional fue adoptada en un Acuerdo de Superintendencia celebrado este martes, bajo la presidencia de Daniel Petrone. Participaron también los jueces Diego Barroetaveña, Ángela Ledesma, Juan Carlos Gemignani y el propio Borinsky, víctima de las intimidaciones.
Los ataques se concentraron en la red social X (ex Twitter), desde un perfil aún no identificado, y contenían imágenes y textos de alto contenido antisemita, amenazas de violencia extrema y asociaciones con el régimen iraní. Entre las publicaciones se destacan:
- Comparaciones visuales con estereotipos antisemitas del nazismo.
- Mensajes que vinculan al juez con amenazas proferidas por Irán.
- Una publicación con amenazas explícitas contra su integridad física.
Estos contenidos constituyen delitos de acción pública, como amenazas, apología del delito y violación de la ley antidiscriminatoria.
Cómo sigue
La causa penal se encuentra en instancia preliminar y será la Justicia federal quien investigue la identidad de los responsables y el alcance del delito. La DAIA busca actuar como querellante en el expediente, en representación del interés colectivo de la comunidad judía y en defensa de los valores democráticos.
A nivel internacional, la Organización de las Naciones Unidas ha advertido que el discurso de odio, incluido el que circula por Internet, alimenta la violencia, la intolerancia y representa una amenaza global para la paz social. La ONU enfatiza que el crecimiento de estos mensajes por redes sociales multiplica su impacto destructivo en la vida pública y privada de las personas atacadas.

