El acusado, de 54 años, era profesor en una localidad cercana a Cafayate. En un juicio abreviado, recibió una pena de prisión condicional pero deberá cumplir reglas de conducta durante tres años. La causa fue impulsada por la Fiscalía de Ciberdelincuencia.
Un docente de 54 años fue condenado a la pena de un año de prisión condicional por el delito de grooming, en el marco de una causa que se inició en 2023 a partir de la denuncia de la madre de una alumna que descubrió los mensajes con contenido íntimo que el maestro le había enviado a su hija de 15 años.
La sentencia fue dictada por el juez Marcelo Rubio, titular de la Sala V del Tribunal de Juicio del distrito Centro, en el marco de una audiencia bajo modalidad flexible y multipropósito del Plan Piloto de Oralidad, con acuerdo de las partes.
El acusado, cuya identidad no fue revelada por razones legales, admitió su responsabilidad en los hechos, lo que habilitó la realización de un juicio abreviado. Además de la pena, se impuso que cumpla reglas de conducta específicas y sea incluido en el Banco de Datos Genéticos, una herramienta clave en la prevención y seguimiento de delitos sexuales.
La investigación fue llevada adelante por la Fiscalía Penal Especializada en Ciberdelincuencia, a cargo de la fiscal Sofía Cornejo, y fue impulsada en la audiencia por el auxiliar fiscal Nicolás Alonso López. El caso se originó en 2023, a partir de una denuncia realizada por la madre de la víctima, quien descubrió que su hija estaba recibiendo llamadas y mensajes con contenido íntimo provenientes de un adulto, quien además ocupaba el rol de docente en la localidad de Animana, cercana de Cafayate.
Ante la gravedad de la acusación, el Ministerio Público Fiscal impulsó una serie de medidas urgentes: se solicitó al Juzgado de Garantías del distrito la orden de allanamiento para el domicilio del sospechoso, así como el secuestro de dispositivos electrónicos y otros elementos digitales que fueron sometidos a peritajes.
En el momento de su detención, el acusado se abstuvo de declarar y fue acompañado por un defensor oficial. La fiscalía solicitó que se mantuviera su detención preventiva hasta tanto se reunieran las pruebas necesarias. El análisis de la evidencia digital secuestrada resultó clave para confirmar los elementos de prueba que sustentaron la imputación por grooming, es decir, el acoso de menores a través de medios digitales con fines sexuales.