El ministro de Desregulación de la Nación, Federico Sturzenegger, cuestionó a los jueces por frenar reformas con medidas cautelares y dijo que está “estudiando qué hizo la Revolución Francesa con el sistema judicial”.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, despertó una fuerte polémica durante su presentación en la Exposición Rural de Palermo al apuntar contra el Poder Judicial como “el último reducto de la casta” y revelar que está estudiando qué hizo la Revolución Francesa con la justicia, al referirse a los frenos que las cautelares le imponen a las reformas del Gobierno.
“Estoy estudiando qué ha hecho la Revolución Francesa con el sistema judicial, porque trataban distinto a los nobles que a la gente común. Vamos a ver si avanzamos sin usar todos los métodos de la Revolución Francesa”, soltó el ministro, en tono irónico, pero con una carga histórica que no pasó desapercibida.
La frase fue lanzada en medio de una crítica a las decisiones judiciales que, según él, traban reformas claves impulsadas por el oficialismo. Particularmente se refirió a una medida cautelar presentada por la empresa National Shipping, patrocinada por el abogado Horacio Liendo, que paralizó la implementación del nuevo régimen de navegación de cabotaje. Para Sturzenegger, este tipo de amparos son usados por intereses sectoriales para sostener “privilegios” bajo la protección del sistema judicial.
“El sistema judicial es interesante porque resulta ser el último reducto de la casta. A veces sacás un decreto simple, y el sector privado se siente afectado, entonces va, pide una cautelar y lo frena todo”, cuestionó.
Más allá del contexto específico -una crítica a la judicialización de políticas públicas-, la invocación a la Revolución Francesa generó rechazo y polémica. Es que durante esa etapa, el poder judicial del Antiguo Régimen fue desmantelado por ser elitista, opaco y arbitrario, y se instauraron principios como la igualdad ante la ley, los juicios orales y la elección de jueces. Pero también, en el período conocido como el Terror (1793-1794), la justicia se convirtió en herramienta política de persecución, eliminando garantías procesales y enviando a miles de personas a la guillotina.
Si bien Sturzenegger aclaró que “vamos a ver si avanzamos sin usar todos los métodos”, la analogía resultó riesgosa. No sólo por evocar un proceso histórico violento, sino por sugerir la posibilidad de reformar el sistema judicial desde una lógica de confrontación y supresión de derechos institucionales.
En la misma presentación, el ministro también insistió en que para avanzar con las reformas estructurales es clave “votar a La Libertad Avanza en octubre y tener leyes en diciembre”. Según explicó, muchas de las políticas actuales se aplican por decreto, pero sin respaldo legislativo suficiente, se vuelven vulnerables ante las impugnaciones judiciales.