Aunque la institución acumula más de 200 juicios, un pedido de quiebra y una crisis política sin precedentes, un ex dirigente advierte que el riesgo de ejecución sobre bienes del club dependerá de cómo se gestione la deuda.
San Lorenzo atraviesa uno de los momentos más delicados de su historia reciente. Con más de 200 juicios activos y un fallo que habilita un pedido de quiebra por parte del fondo AIS Investment Fund, la amenaza sobre su patrimonio aparece en el centro del debate.
Un ex dirigente de la institución, quien integró la comisión directiva hasta 2023, relativiza el escenario más extremo. “San Lorenzo convive históricamente con una deuda de 30 o 40 millones de dólares exigible, o urgente de veinte”, reconoce a Quorum y asegura que lo que hoy preocupa no es tanto el volumen sino la forma en que se lo gestiona.
“El patrimonio neto que dejamos se triplicó, pero la deuda nunca bajó. Ahora, si vos querés hacerlo quebrar adrede, claro que corre riesgo patrimonial. Pero con una gestión que se ocupa, no hay riesgo de ejecución. Son deudas negociables, refinanciables y pagaderas”, plantea.
“En 2012 -agrega- el club tenía un pasivo de 40 millones de dólares. Y el último balance de nuestra gestión da un pasivo de 40 millones de dólares. O sea, es el mismo problema: cambia el acreedor, pero es el mismo problema”.

San Lorenzo enfrenta reclamos de todo tipo: Ignacio Piatti exige 4,3 millones de dólares, los hermanos Bruno y Mauro Pittón litigan por comisiones impagas, Franco Di Santo y Diego Rodríguez recurrieron a la Justicia laboral y Monterrey de México reclama cuotas atrasadas por Adam Bareiro. A eso se suman las inhibiciones en el TAS por incumplimientos con futbolistas como los hermanos Romero, Cristian Zapata y Cristian Tarragona.
Para el ex dirigente, el verdadero problema es la inacción. “Me consta porque hablo con el fondo. La bronca de ellos es que nadie les atiende el teléfono. Con voluntad de pago se resuelve. En el fútbol los acreedores saben que la plata entra en los mercados de pases y se negocia en esos plazos. El riesgo patrimonial aparece cuando dejás caer acuerdos firmados y no te ocupás”, advierte.
“Esto no es como Racing hace 20 años -aclara-. San Lorenzo tiene patrimonio y genera recursos. El problema es de gestión. Si vos ordenás el presupuesto, vivís con lo que tenés y exportás jugadores, la deuda se achica sola”.
Sin embargo, el club atraviesa hoy un tembladeral político muy fuerte. La difusión de una cámara oculta en la que el presidente Marcelo Moretti aparece recibiendo 25 mil dólares derivó en su licencia y en un frente judicial que aún no se resolvió. En paralelo, las renuncias de secretarios, vicepresidentes y vocales debilitaron a la comisión directiva.
El impacto también golpea en la masa societaria: desde la difusión del video, San Lorenzo perdió unos 15.000 socios. “Lo dejamos con 70.000 y hoy está en 55.000. La gente lee que el Presidente se metió 25.000 dólares en el bolsillo y se baja. Esa es la realidad”, reconoce el ex directivo.

En este contexto, el riesgo patrimonial no aparece tanto como una amenaza inmediata de embargo, sino como la consecuencia de un deterioro institucional que puede precipitar un escenario más grave si no hay un golpe de timón. “San Lorenzo puede negociar, tiene recursos. Pero si seguís dejando caer acuerdos y acumulando frentes judiciales, claro que se te puede complicar”, asegura la misma fuente.
El pedido de quiebra
San Lorenzo tiene más de 200 juicios activos que podrían llevarlo a la quiebra. Entre las principales causas sobresale un fallo de la Cámara Comercial que reavivó el riesgo y hasta una reciente ejecución fiscal de AySA por 89 millones de pesos.
Este lunes la Sala C del tribunal revocó la decisión del juez Guillermo Pesaresi, quien en primera instancia había rechazado el pedido de quiebra solicitado por el AIS Investment Fund. Con este revés judicial, el club quedó obligado a afrontar el pago de cerca de cinco millones de dólares para evitar la liquidación de activos.


El origen del conflicto se remonta a 2019, cuando bajo la presidencia de Marcelo Tinelli, San Lorenzo tomó dos préstamos por cuatro millones de dólares con la garantía de la venta de Adolfo Gaich al CSKA Moscú. Al no cumplirse los pagos, los intereses capitalizables transformaron la deuda en una bola de nieve que terminó en tribunales.
