El ingeniero Raúl Tellechea desapareció en San Juan el 28 de septiembre de 2004. Trabajaba en la Mutual de la Universidad Nacional de San Juan y había advertido sobre presuntas irregularidades internas. Tras más de tres años de juicio y casi dos décadas de investigación, el Tribunal Oral Federal absolvió a los diez imputados e insólitamente ordenó seguir buscándolo con vida. Su hija Mariana cuestionó la decisión: “Fue como una patada en el pecho”.
Raúl Tellechea desapareció el 28 de septiembre de 2004, en San Juan. Tenía 53 años. Era ingeniero informático, profesor universitario y reconocido dirigente del ciclismo local. Trabajaba como asesor en la Mutual de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), donde aparentemente detectó presuntas irregularidades contables. A partir de allí, según la acusación, comenzó a recibir presiones y se mostró temeroso por su seguridad.
Nunca más se lo volvió a ver. Su caso se convirtió en una de las desapariciones más enigmáticas de la provincia. Tras casi dos décadas de investigación y tres años de debate oral, el Tribunal Oral Federal de San Juan -integrado por las juezas Eliana Ratta, Gretel Diamante y Carolina Pereyra– absolvió a los diez acusados, entre ellos directivos de la Mutual y altos mandos policiales, en una decisión tan polémica como inesperada.
La fiscalía había pedido perpetua para siete de los imputados y diez años de prisión para una empleada de la Mutual, al considerar probado que Tellechea fue víctima de una desaparición forzada vinculada a la denuncia interna que enfrentaba la institución.

Sin embargo, los jueces entendieron que no se acreditó la privación de la libertad ni la participación estatal en un plan encubridor, y ordenaron continuar la búsqueda con presunción de vida, pese a que no existe un solo indicio que sostenga esa teoría. Quórum se comunicó con la jueza Ratta para conocer su versión, pero al cierre de esta nota no se había obtenido respuesta.
“No esperábamos este fallo, pero por sobre todas las cosas, no esperábamos el tono. Fue un poco violenta la sentencia, el modo. Era como estar escuchando a los abogados defensores en el mismo orden y con el mismo discurso. Casi un plagio del discurso de los abogados defensores”, asegura Mariana Tellechea, hija del ingeniero, en diálogo con Quorum.
En el banquillo estuvieron Luis Héctor Moyano, Miguel Alejandro Del Castillo, Eduardo Rubén Oro, Luis Alonso, Miguel Francisco González, Mario León, Alberto Flores, Aurora Ahumada, Juan Marcelo Cachi y Sebastián Cortéz Páez. Para los siete primeros, la fiscalía pidió una condena a prisión perpetua por desaparición forzada. Para Ahumada, ex empleada de la Mutual, reclamó diez años de prisión, al considerarla parte del entramado que -según la hipótesis acusatoria- buscó neutralizar las denuncias internas de Tellechea y asegurar su silencio definitivo.

“No hay coherencia”
“Fue como una patada en el pecho. Yo lo he vivido así en mi cuerpo y mis hermanos también”, asegura Mariana sobre la absolución de todos los acusados. Para ella, la resolución no reflejó el trabajo realizado durante el debate: “El fallo evidenciaba un no trabajo de enjuiciamiento. Era un copia y pega del discurso de los defensores. Nuestros abogados estuvieron alegando casi seis meses y no hubo ni rastros en el fallo”.
Mariana, además, cuestiona los errores en la valoración probatoria. “Se han cambiado fechas, han cambiado nombres de testigos y se han mencionado testigos que no dijeron lo que el fallo señala. Está mal hecho”, sostiene. “Dijeron que no ha habido ningún tipo de comunicación de Raúl Tellechea durante estos 21 años, ni siquiera con sus hijos, lo que haría pensar que se trata de una desaparición. Hablan de desaparición o presunción de fallecimiento, y que no estaría con vida, y sorpresivamente al final agregan que lo sigan buscando con vida en límites fronterizos. No hay coherencia”.

La hija del ingeniero cree que la decisión de los jueces busca garantizar la impunidad de los acusados. “La continuidad de la impunidad está y yo creo que es una mano política. No me cabe ninguna duda. Y abajo, está esa secretaría que trabaja con impericia. Se juntaron las dos cosas”, entiende. “Yo siento que esa jueza (por Eliana Ratta) no es dueña de sus decisiones”.
Además, agrega que la reacción social frente a la absolución de todos los acusados fue contundente: “En una encuesta virtual, el 98 por ciento marcó sensación de impunidad y el dos por ciento de justicia”.
Mariana también reconoce que nunca pensó que los acusados terminarían absueltos y dice que después de tres años de audiencias y alegatos extensos, llegó al día del veredicto con la esperanza de obtener una condena ejemplar. “Escuché el fallo con mis hermanos abrazados, llorando y con las manos tomadas, creyendo que podíamos cerrar un capítulo de nuestras vidas. Llegué al final del juicio con esperanza”, señaló.

Tellechea recuerda que, al inicio de la investigación, su familia fue vigilada: “A mí me seguían policías vestidos de civil. Yo estaba viviendo en Buenos Aires y trabajaba en el Teatro Colón. Me seguían hasta mi departamento. Hay fotos de seguimiento a mi hermano también”. También señaló: “A los dos meses de la desaparición nos hicieron una denuncia penal por calumnias e injurias a los hijos mayores de edad”.
El fallo, según describe, dejó a la familia en una situación más angustiante: “Estamos peor que después de la desaparición, porque hoy todos los acusados están absueltos”.
Cómo sigue el caso
Conrado Suárez Jofré, abogado de la familia Tellechea, cuenta a Quorum que los fundamentos del fallo recién se conocerán a mediados de diciembre y adelanta que apelarán. “Vamos a recurrir el fallo en Casación”, dice, y aclara: “Todavía no tenemos los fundamentos. Eso el tribunal lo ha anunciado para los próximos cuarenta días hábiles”.
Entre otras cosas, el abogado cuestiona que el tribunal le dio valor a personas que dijeron haber visto a Tellechea después de su desaparición, pese a que -sostiene- fueron descartadas en su momento: “Son testimonios de aquel entonces, muy incompatibles uno con otro, y la policía los descartó por inverosímiles”.

Suárez Jofré también se refirió a uno de los puntos más controvertidos del juicio: la orden judicial del tribunal de continuar la búsqueda con vida de Tellechea, una teoría que provocó sorpresa y dolor en la familia. “El tribunal conmina al Ministerio Público a buscarlo, pero sin ninguna prueba”, sostiene.
La querella está convencida que hubo participación estatal en el desvío inicial de la investigación. “Nosotros entendemos que allí hubo una indicación de centros de poder: organicen esto”, reconoce el abogado. Y destaca un dato que surgió de una escucha telefónica realizada al teléfono de Vicente Flores, guardaespaldas de Moyano, en la que reconoce que “Luis (por Moyano) habló con los empleados de la mutual para que no la vayan a cagar porque se van a quedar sin trabajo”.
Por último, reitera que la hipótesis de desaparición forzada sigue firme: “No tenemos la prueba de la aprehensión física, pero todo el tejido genera una silueta, no hay otra posibilidad que no sea la aprehensión”.
