Ana Contreras es docente de la materia “Cultura y Ciudadanía” del colegio “Don Eduardo de Chapeaurouge”. Fue condenada por maltrato psíquico a una alumna de 15 años por sus manifestaciones sobre el conflicto en Medio Oriente.
El 9 de abril pasado, el Juzgado Contravencional de General Pico condenó a la docente Ana Cecilia Contreras por “maltrato psíquico” a una alumna de cuarto año del colegio “Don Eduardo de Chapeaurouge”.
La decisión judicial, fundada en el artículo 121 inciso 1° del Código Contravencional de La Pampa, determinó que la maestra ejerció un poder pedagógico de forma lesiva, al realizar comentarios que afectaron emocionalmente a R. H., una estudiante de 15 años de origen judío, en el marco de una clase sobre el conflicto entre Israel y Hamas.
Según la denuncia del padre, la maestra le dijo a su hija que “el Presidente de Israel era una persona de derecha y por lo tanto tenía ideas retorcidas, que lo que estaba haciendo el grupo Hamas estaba bien, la matanza de civiles e infantes, que todo el que vivía en Israel era un genocida o terrorista, que todo era culpa del pueblo judío”.
La sentencia, dictada por el juez contravencional de la Segunda Circunscripción Judicial, Maximiliano Boga Doyhenard, fijó 60 días de multa (equivalente a 913.080 pesos), una amonestación y una restricción de acercamiento por un año hacia la menor.
Para el magistrado hubo abuso de la posición de autoridad por parte de la docente, y entendió que sus comentarios configuraron un “maltrato psíquico” dada la afectación emocional producida.
La polémica clase
El conflicto se desencadenó el 19 de octubre de 2023, en una clase de “Cultura y Ciudadanía”. Según la acusación, la docente habría dicho que “todo el que vivía en Israel era un genocida o terrorista” y que “el Presidente de Israel tenía ideas retorcidas”.
La víctima declaró en Cámara Gesell y dijo que el tema fue introducido deliberadamente por la docente y que además fue sorpresivo, pidiendo ella opinión a los alumnos y no al revés. Entre otras cosas, aseguró que Contreras proyectó un video para hacer un trabajo práctico y lo cortó a la mitad, diciendo: “¿Ustedes son conscientes de lo que está pasando entre Israel y Palestina?”.
“La clase trascurría normalmente, estábamos mirando un video. Cuando termina, la profesora hizo un comentario que me hizo sentir muy mal porque yo viví seis años en Israel”, recordó.
Contreras negó haber dicho esas frases, aunque reconoció haber abordado el conflicto entre Israel y Hamas en clase, en el marco de un debate sobre derechos humanos, introducida -según su relato- por una alumna.

En su descargo, justificó su abordaje como parte de una secuencia didáctica alineada con los lineamientos del Ministerio de Educación. “Trabajamos con los consensos mínimos de las ciencias sociales”, declaró, e insistió en que su intención fue didáctica, no ofensiva.
«Les hablé que era un conflicto que tenía larga duración, que parecía improbable una resolución pronta, que era un territorio donde convivían las tres religiones monoteístas más importantes de Occidente, que dado el daño que se le produjo a la comunidad judía en Alemania, y dado el concepto de holocausto, una vez caído el imperio otomano había resoluciones de la ONU porque yo introducía todo el tiempo la figura de la ONU, porque es la doctrina jurídica que vehiculiza soluciones no violentas y estipula las reglas de nuestra convivencia internacional», explicó.
Sobre su respuesta a la alumna que la denunció señaló: “En algún momento le escucho a la alumna que me dice Hamas quiere destruir todo lo judío y yo le dije por supuesto, en su Carta Fundacional llaman a asesinar a todo lo judío. En ese momento ella me pide a ir al baño, vuelve, yo sigo explicando y toca el timbre, la veo abrazada una compañera y le hago señas porque estaba como de espalda, le digo pasa algo, no, pero fue me dice no pasa nada. Yo me tenía que ir a otro colegio, así que no encontré a la asesora para contarle y me fui”.
La docente también indicó que la denuncia refleja una reacción desmedida de la familia de la alumna, con quienes había tenido conflictos anteriores vinculados a la Educación Sexual Integral (ESI) y a la inclusión de contenidos laicos.
El fallo
Sin embargo, para el tribunal, el relato de la alumna y de sus compañeras -ratificado en Cámara Gesell- fue consistente y permitió concluir que la docente introdujo deliberadamente un tema sensible, sabiendo que la estudiante tenía un vínculo personal y emocional con la situación.
Una de las compañeras de la víctima aseguró que la profesora “opinó sin saber del tema” y que R. se puso muy mal. “Dijo
que apoya a los terroristas y a R. le cayó muy mal. Cuando la profesora da esa opinión nadie dijo nada, ya que generalmente en las clases no puede hablar con libertad”.
“La situación ocurre cuando estábamos mirando un video sobre la guerra y la docente da su opinión a favor del grupo Hamas, mirando a R. constantemente, hasta que la estudiante se pone mal y pide retirarse. Cuando se retira le comenta a una compañera que ‘sabía que el tema le iba a afectar’, pero una semana antes habían estado charlando sobre el tema y la estudiante le manifestó que este tema le hace muy mal y que la pondría mal, tratar el tema en clase debido a que es judía y se crió en Israel”.
El juez remarcó que “en el plano de interacción desigual, toda manifestación del docente tiene un impacto ampliado por su posición jerárquica”. A su vez, el fallo señala que no se trata de una judicialización de contenidos curriculares, sino de un caso donde el ejercicio del poder pedagógico excedió los límites aceptables, provocando angustia y afectación psíquica. Y subraya que la relación entre docente y alumno no es simétrica y que el aula no es un espacio neutro cuando se trata de la emocionalidad de los estudiantes.
Cómo sigue
Jerónimo Altamirano, abogado defensor de Contreras, adelantó que apelarán el fallo ante el Tribunal de Impugnación Penal de La Pampa. El letrado aseguró a Quórum que la maestra sigue dando clases en la misma escuela de General Pico, aunque advirtió que podría ser separada de su cargo si queda firme la sentencia y avanza el procedimiento disciplinario.
Para Altamirano el proceso ha sido “muy angustioso” para la docente. “Ella estaba dando una clase y en esa clase es que le introducen un tema, responde y a la semana siguiente se encuentra con una denuncia del padre. Tuvo que pedir licencia y demás, porque ella se veía, primero, no acompañada por la institución educativa; segundo, se veía violentada por el padre, con el que ya había tenido conflictos en la institución”, indicó.
Sobre la decisión del juez entendió que hizo “una valoración de la prueba con las declaraciones de la alumna, el padre y los hijos”. “Básicamente -explicó- eso es lo que toman como referencia, cuando se escucharon muchísimos testimonios, incluso de las nenas que estuvieron al momento del hecho de que se investiguen, ni siquiera coincidieron con las barbaridades que dijo la adolescente al momento de la Cámara Gesell”.
“Lo que decimos nosotros es que hay una deficiente interpretación de la prueba y que además descarta de manera arbitraria otra prueba que nosotros analizamos para decir primero que las palabras que la nena dice que habría dicho la profesora no fueron así, y en segundo lugar, que no hubo ninguna intención, ninguna voluntad, o sea, no hubo dolo de producir una violencia psíquico-psicológica como entendió el juez”.
Para el abogado el fallo “es muy peligroso porque los docentes no van a poder hablar de ciertos temas por temor a que alguno de los chicos se enoje, se sienta afectado, se sienta asustado”.
