Otra condena a Cositorto: le dieron 11 años de prisión por asociación ilícita y estafas

El fundador de Generación Zoe recibió su segunda condena en cinco meses. Esta vez fue sentenciado por un tribunal de Salta como jefe de una organización criminal que operaba un esquema fraudulento.

El fundador y ex CEO de Generación Zoe, Leonardo Cositorto, fue condenado este jueves a la pena de 11 años de prisión efectiva por los delitos de asociación ilícita en calidad de organizador y estafa. La sentencia fue dictada por los jueces de la Sala I del Tribunal de Juicio de Salta.

Se trata de la segunda condena que recibe en menos de cinco meses. En febrero pasado, había sido sentenciado en la provincia de Corrientes a 12 años de prisión por lavado de dinero y estafas, en una causa con casi un centenar de víctimas. En ambos casos, la Justicia consideró probado que Generación Zoe operaba bajo un esquema piramidal fraudulento, prometiendo rendimientos irreales para captar inversores.

Junto a Cositorto, también fueron condenados otros integrantes de la estructura salteña de Generación Zoe. Ricardo Gabriel Isaac Vilardel recibió siete años de prisión efectiva por asociación ilícita en calidad de miembro y estafa continuada, mientras que su hermano Jorge Federico Vilardel fue condenado a cinco años de prisión efectiva por los mismos delitos.

El tribunal ordenó además la inmediata detención de Ricardo Vilardel, revocando una medida cautelar anterior dictada en marzo de 2023, y dispuso que cumpla la pena en la cárcel local.

En tanto, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz fueron condenadas a tres años de prisión condicional, también por asociación ilícita y estafa continuada. Ambas recuperaron su libertad, pero deberán cumplir estrictas reglas de conducta durante tres años, incluyendo fijar domicilio, reportar cambios y someterse a un programa de supervisión.

La investigación judicial confirmó que Generación Zoe prometía rentabilidades del 7,5% al 10% mensual -lo que representaba hasta un 120% anual-, pero sin respaldo en ninguna actividad financiera real. Las aparentes ganancias se sostenían exclusivamente con el ingreso de nuevos inversionistas, una característica típica de los esquemas Ponzi.

En este nuevo proceso, llevado adelante en Salta, se expusieron los mismos patrones de engaño ya acreditados en la causa anterior de Corrientes.

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