jueves, marzo 20, 2025
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InformesEl desafío de los periodistas es seguir investigando a los poderosos

El desafío de los periodistas es seguir investigando a los poderosos

Gabriel Michi es periodista, fue compañero de José Luis Cabezas y testigo directo del caso que conmovió al país. Invitado por la escuela de periodismo TEA, dio una conferencia de prensa para los alumnos en la que contó detalles y respondió sin pudor a todas las preguntas que le realizaron. Gabriel habló en primera persona y con lujo de detalles sobre los hechos sucedidos y exigió a los futuros periodistas que continúen investigando a los poderosos como él lo hizo junto a José Luis aquel trágico verano en que el reportero gráfico fue calcinado por fotografiar al empresario más enigmático de la década del 90.

Por: Florencia Abramzon.

Yabrán ordenó el crimen de José Luis en una reunión que tuvo lugar en la calle Cerrito con Prellezo el 23 de diciembre de 1996”, dice Gabriel convencido de haber encontrado el puntapié de esta historia.

Un mes más tarde, ocurriría el crimen que movilizaba al país entero: el asesinato del periodista José Luis Cabezas, fotógrafo de la Revista Noticias y encargado junto a Gabriel Michi de la cobertura periodística de la temporada de verano en Pinamar.

No hay que ser muy vivo para comprender que NO es común que un empresario de tan alto rango como lo era Yabrán, con una fortuna valuada en cuatro mil millones de dólares, se junte con Prellezo, un oficial de baja línea de la ciudad de Pinamar.

No hay que ser muy vivo para comprender que NO es común que un empresario de tan alto rango como lo era Yabrán, con una fortuna valuada en cuatro mil millones de dólares, se junte con Prellezo, un oficial de baja línea de la ciudad de Pinamar.

En principio habían dicho que la reunión se había llevado a cabo para que Prellezo le ofrezca al empresario un sistema de cámaras para su seguridad personal. Este hecho fue descartado, dado quedó comprobado en el expediente judicial que Prellezo no tenía ningún sistema de cámaras para ofrecerle a Yabrán ni a nadie. Ahora bien, si eso no era cierto, la pregunta es: ¿Para qué se habrían reunido aquel diciembre de 1996 un empresario top con un oficial de la costa balnearia?

La mujer de Prellezo confesó en el expediente que en esa reunión Yabrán le había dado la orden de “pasar un verano tranquilo” y de limpiar a los periodistas que lo venían siguiendo.

Yabrán era un hombre tan poderoso en Pinamar, que se creía impune. Para demostrar el poder que tenía, construyó el primer hotel 5 estrellas de la zona, el Arapacis, en menos de 9 meses. Gabriel cuenta que, para conseguir esos tiempos tenía gente trabajando en la construcción de día y de noche, y afirma que esos trabajadores pertenecían a la policía que estaba bajo el mando de Prellezo. Incluso cuenta que ex operadores represores de la ESMA trabajaban para la seguridad de Yabrán.

A mí nadie me dijo que a José Luis lo habían asesinado, lo tuve que descubrir yo”, dice Gabriel recordando a la última vez que vio con vida a su amigo y compañero José Luis Cabezas en la tradicional fiesta de Andreani el 25 de enero de 1997, hasta que logró confirmar tras ir atrás de las huellas del crimen, que su colega estaba muerto.

Gabriel se fue del evento con un fotógrafo de la Revista Para Ti un rato antes que José Luis, porque esa noche habían llegado unos amigos a Pinamar para festejar al día siguiente su cumpleaños; en cambio José Luis decidió quedarse un rato más junto a otros colegas, sin imaginarse lo que sucedería horas más tarde. Gabriel tiene muy en claro que salvo su vida por irse un rato antes…

El 26 de enero a las 14hs, Gabriel y José Luis habían quedado en encontrarse para continuar trabajando. Sin embargo, José Luis no aparecía, y allí comenzó la búsqueda que terminó por descubrir que el periodista había sido secuestrado por Prellezo y otros miembros de la policía bonaerense a la salida de la fiesta y llevado a un descampado en Madariaga, para incinerarlo dentro de su Ford Fiesta blanco.

Cuando la producción de la revista se enteró de la situación, se contactaron inmediatamente con Gabriel para preguntarle qué sabia; y lo primero que dijo fue: “lo mataron a José Luis, este fue el hijo de puta de Yabrán”

Te tiraron un muerto” es la famosa frase que le dijo Alfonsín a Duhalde, dado que el ex gobernador de la provincia de buenos aires, aspiraba a la candidatura presidencial y se enfrentaba con la re-reelección que sugería Carlos Menem para seguir al mando del país.

Michi opina que es probable que le hayan mandado un mensaje a Duhalde, porque el auto quemado estaba justo en el camino que él transitaba a diario, de hecho, el ex gobernador había visto el auto quemado aquella mañana sin saber aún que apenas algunas horas antes, se había producido el hecho más aberrante desde que la democracia domina nuestra Constitución Nacional.

La relación entre Duhalde y Yabrán no era buena, dado que Duhalde estaba enfrentado con Menem por la candidatura presidencial y Yabrán era “empleado” de Menem o viceversa.

Cuando Gabriel fue a ver el pre estreno del documental dirigido por Alejandro Haartman en el BAFICI, salió muy golpeado, sin embargo, reconoce que “El fotógrafo y el cartero: El crimen de Cabezas” está muy bien logrado y que además consigue que otras generaciones que no han vivido el caso lo puedan conocer de cerca. También cree que, gracias a Netflix, el caso empezará a cobrar mayor visibilidad internacional. Entiende que, si bien en una hora y cuarenta minutos no se puede reflejar el caso completo, ha quedado afuera del documental algo importante en relación con la comisaria de Pinamar que fue la responsable de liberar la zona para que el crimen se pueda cometer. Es relevante esta omisión porque es una proyección directa de lo que fue la dictadura militar.

De todos modos, Gabriel afirma que en Argentina hay mucha más libertad de expresión que en los países que nos rodean. El caso Cabezas fue el primer crimen que se dio en democracia y José Luis fue víctima de un hecho bisagra que sirvió para que la sociedad entera se movilice. Gracias a cómo reaccionaron los medios de comunicación y la sociedad entera, no hubo otro periodista asesinado en Argentina; país que hoy tiene plena libertad de expresión.

El caso Cabezas fue el primer crimen que se dio en democracia y José Luis fue víctima de un hecho bisagra.

Como consecuencias positivas, el crimen generó que los periodistas sean más responsables a la hora de hacer operaciones de investigación en la calle y a su vez que se hagan muchos más chequeos sobre la información antes de que sea publicada.

Gabriel cuenta que, para conseguir la famosa foto de Yabrán en la playa, hubo que hacer mucha investigación de calle previa y considera que la tecnología achanchó al periodismo en general, porque se perdió la calle y nos hizo más bien personas de escritorio, cuando mayoritariamente es el periodismo de investigación el que te lleva al shock de la realidad de las cosas.

José Luis Cabezas dio su vida por su trabajo. Michi quisiera que todos los periodistas asuman el periodismo con el mismo compromiso y profesionalismo con el que lo hacia su colega y gran amigo.

Si bien le llevó 20 años tomar la decisión de publicar su libro “Cabezas: Un periodista, un crimen, un país”, fueron solamente dos años los que le tomó escribirlo. Ello fue así porque no quería que se creyera que estaba lucrando con la venta del libro, sin perjuicio de que finalmente la familia de José Luis lo convenció de hacerlo por ser la persona que mejor conocía el caso y que más cerca había estado de la víctima. Hoy se enorgullece de no haberse llevado toda esa información a su tumba y de haber compartido su experiencia con los que estamos y los que vendrán.

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