“Los delitos fiscales y su cuantificación normativa” es el nuevo libro que publicó Daniel Schurjin Almenar, abogado y docente especializado en delitos económicos. El mismo plantea, entre otras cosas, una solución para que se defina con mayor efectividad y respeto por la Constitución qué delitos tributarios deben ser investigados por las Fiscalías.
La situación económica actual genera que la persecución de delitos tributarios se encuentre en un callejón sin salida. Las sumas previstas que habilitan la punibilidad no se indexan regularmente lo que hace que muchos casos pasen a tener que ser investigados aunque sean de poco calibre. Es por eso que urge encontrar una solución a esta problemática.
Es en este punto que la publicación “Los delitos fiscales y su cuantificación normativa”, editada por Ad Hoc viene a traer no sólo una propuesta para abordarlo de una forma práctica, sino también una explicación de por qué resolver estos casos son realmente importante para Argentina.
Salud pública, educación universal y seguridad ciudadana -entre otros pilares imprescindibles para la sociedad– se sostienen, en esencia, gracias a la recaudación de impuestos. Si su pago es evadido, el Estado no recauda. Por ende, no puede afrontar económicamente aquellas prestaciones. Si el despliegue evasivo es, además, ardidoso o engañoso, se podrá estar ante la comisión de algún delito fiscal de los que -con pena de prisión– prevé el régimen penal tributario (Ley 27.430, art. 279).
El nuevo libro que publicó Daniel Schurjin Almenar -abogado y docente especializado en delitos económicos- denuncia que es defectuoso el modo en que estos delitos vienen siendo regulados. ¿Por qué? Debido a que muchos de ellos, los principales, exigen para su configuración que el monto de la evasión supere determinadas sumas de pesos que no se actualizan al compás de la depreciación dineraria que cotidianamente sufrimos (inflación). Entonces, la Justicia -que no tiene recursos ilimitados-, en vez de dedicarse eficientemente a las causas protagonizadas por grandes evasores, dilapida esfuerzos en casos económicamente insignificantes.
El autor hace un recorrido por diversos métodos que podrían implementarse a nivel legislativo de cara a un cambio en ese cuadro de situación, con un espíritu crítico, mechando componentes históricos, económicos y de derecho comparado.
En especial, presta especial atención a la jurisprudencia de la Corte Suprema vinculada con la temática, cuestión que se enlaza con la aplicación retroactiva de la ley penal más benigna (producto de la cual queda en la nada el trámite de muchos expedientes vinculados a delitos tributarios –no por un déficit en los tribunales, sino por las falencias de una legislación disociada de la realidad–).
También se concentra en el estudio de una metodología superadora, con la que nuestros congresistas coquetearon pero que aún no llegaron a implementar: el de Unidad de Valor Tributaria como método para actualizar periódicamente los montos del régimen penal tributario que al día de hoy se limitan a ser estáticos.
Finalmente, Daniel Schurjin Almenar se ocupa de ensayar un abanico de respuestas posibles para afrontar toda esta problemática a partir de las herramientas procesales que prevé el sistema de enjuiciamiento acusatorio, mediante la aplicación de los denominados “criterios de oportunidad” que contempla el Código Procesal Penal Federal.
Sin dudas, “Los delitos fiscales y su cuantificación normativa” es una obra innovadora, que propone una nueva mirada ante deficiencias evidentes de las que es preciso ocuparse sin más demoras.


