domingo, febrero 16, 2025
spot_imgspot_img

“Los jueces deben conocer mejor las dinámicas de las empresas”

Si de derecho laboral se trata, defender a las empresas es estar del lado más difícil del mostrador. Lograr un equilibrio entre las partes, no suele ser lo que prevalece en las sentencias. Sin embargo, para Florencia Rolandi debería ser moneda corriente. Durante la entrevista con Quórum no sólo muestra lo apasionada que es por su trabajo, sino también que una de sus virtudes es ser creativa a la hora de buscar soluciones legales.

Florencia-Rolandi¿Qué es la justicia para nosotros los abogados?

Los abogados en general, al final de los escritos, ponen proveer de conformidad “será justicia”-  Lo hacen como una expresión de deseo. En lugar de eso, pongo “proveer de conformidad que es de ley”, que se acerca más a lo que nosotros como seres humanos podemos concretar. Porque hay tantas perspectivas en la vida, como personas  interactuando. Entonces, el concepto de Justicia es muy complejo. Creo que es aspiracional. Lo que para alguien es justo, para otro tal vez no. Lo que viene a marcar la ley es, precisamente, dar un poco de objetividad a eso, a través de la interpretación de un tercero que está en un lugar especial,  los jueces.

¿Cómo ves a los jueces del derecho laboral en Argentina?

Es muy difícil generalizar. Lo que muchas veces percibo en las audiencias, es que no conocen o no han vivido la dinámica dentro de una empresa. Eso  los aleja de  a una solución  equilibrada. Si solamente mirás los hechos desde el lugar del empleado, vas a ver algo. Pero si eso lo intentás conjugar con la otra parte, que es la empresa, y buscás  un equilibrio de fuerzas, vas a ver otra historia. Estoy totalmente de acuerdo que la ley tiene que ser tuitiva para el trabajador porque está en una desventaja y hay desigualdad de fuerzas. Insisto en que hay que saber cómo es la dinámica dentro de una empresa para poder entender qué margen de acción puede tener verdaderamente para determinadas situaciones y poder llegar así a tener una solución más equilibrada teniendo en cuenta ambas perspectivas. 

¿Cómo puede ir modificándose esta realidad?

Es complejo. Sumaría mucho que los jueces tengan como requisito haber trabajado en una empresa o tengan alguna capacitación centrada en haber pasado tiempo presencial en una empresa para interiorizarse de muchas cuestiones que ignoran. A qué se expone una empresa cuando contrata y muchos otros asuntos. De esta manera, podrían darse cuenta que lo que parece simple, en verdad no lo es. 

¿Facilitar el asunto de las sanciones podría contribuir de alguna manera?

El tema de las sanciones tampoco es sencillo. Hay determinadas sanciones que deben aplicarse por la falta en sí y además por el ejemplo. Si bien no todas las faltas son graves, hay que ir marcando una línea porque a ese empleado lo están mirando muchos de sus colegas. Sucede que muchas veces a la empresa le exigen demasiado a la hora de formalizar una sanción . El juez te dice “no pusiste el punto y la coma… no está bien fundada”… sin entender que no fue redactada por un abogado sino por un jefe de recursos humanos o bien que la hizo un supervisor. No se puede tener un millón de abogados para hacer una simple sanción y poder establecer ciertos límites sanos para cualquier ámbito de trabajo.

¿A la hora de despedir un trabajador surgen muchos conflictos?

Sí. Cuando las empresas deben  justificar y defender legalmente una causa de un despido, se encuentran con que deben afrontar una importante suma de dinero durante lo que pueda durar el proceso, se van topando con complejidades de diferente índole, lo que termina haciendo que la empresa decida despedirlo sin causa y ahorrarse todo el asunto del juicio. Eso marca que hay algo que no está del todo bien, lo que no quiere decir que muchas veces puede haber abusos por parte de una empresa. Encontrar un equilibrio sería el objetivo.

¿Este panorama genera el gran negocio del juicio laboral?

Absolutamente. Eso es responsabilidad de los que ejercemos del otro lado del tribunal, del mostrador para afuera. Sé que lo que estoy diciendo a muchos abogados no les va a gustar, sobre todo a los que representan al trabajador, pero la realidad es que esto no debería tratarse como  un negocio. Considerar que el Derecho Laboral es un negocio para un estudio o varios estudios jurídicos es desintegrar la ley. La ley no se creó para lucrar abusivamente utilizando una estructura tuitiva que busca proteger a alguien que puede estar en una desventaja para transformarla en una máquina en contra de una empresa. Hay que hacer un revisionismo y entender que es importante el trabajador, sin dejar de ver el lado de la empresa. Si se ahoga a la empresa, complicándole la dinámica termina pasando lo que nos sucede. Como asesora de empresas, me consulta  gente joven con un nuevo emprendimiento y termina siendo un importante punto de análisis el tema de los empleados. Les da miedo contratar porque después se pueden encontrar con los juicios laborales… eso es algo que hay que modificar. 

¿Cómo se podría modificar?

Hay muchas cosas por hacer. Primero, hay que romper con este River-Boca que hay en el Derecho Laboral. Pro-operario o pro-empresa. O bien “la ley es la que tenemos” o “tenemos la flexibilización para que el trabajador no pueda reclamar nada”. Es enorme el abanico que tenemos en el medio y hay un montón de cosas que se pueden hacer. Entendiendo que son dos elementos necesarios para el desarrollo de fuentes de trabajo, para el crecimiento económico, para el bienestar general, para la concientización de lo digno que es el trabajo, que es algo que también se ha ido perdiendo, porque entiendo que la gente se desalienta  cuando no consigue un empleo.

¿Qué otros conflictos habituales encuentra el empresariado?

Hay sanciones que hoy ya no deberían estar. A modo de ejemplo, los certificados del artículo 80. El certificado nació porque  antes para jubilarte tenías que tener un papel que informara los aportes, ya que no había nada informatizado. Hoy  en Mi AFIP sabés perfectamente si tu empleador te está haciendo los aportes. ¿Tiene sentido sancionar a una empresa si no te da el papel firmado cuando lo podés verificar de forma online? Si la empresa lo pone a disposición y el trabajador no lo va a buscar, le ponen multa a la empresa de tres sueldos, que es un montón de plata. Agrandamos la liquidación. Por ejemplo, con el asunto de la pandemia, empecé a incorporar automáticamente enviar certificados por WhatsApp y mail, intentando evitar multas. Los llevo a las audiencias del SECLO y los pongo a disposición. Y a veces te los observan injustificadamente con la única finalidad de obtener la multa. Nos estamos olvidando para qué era el certificado. ¿Qué buscaba la ley cuando dijo “te obligo a entregar el certificado”? Quería garantizar que el trabajador, cuando se fuera a jubilar, pudiese contar con algo documentado de sus aportes. Ahora ya lo tenés. Entonces, estas cosas que parecen menores y  técnicas , en realidad hacen que una indemnización de 100 pase a ser de 150. Y cuando tenés muchos empleados termina siendo un numerazo. Recuerdo  una audiencia en la que se discutía la multa del artículo 80, los certificados se había puesto a disposición. El Tribunal respondió que los tendría que haber mandado por carta documento. Salía más barato pagar la multa que la cantidad  de formularios de carta documento. Están fuera de la realidad.

Venís de familia de abogados. Tu abuelo, tu padre… ¿Crees que “heredaste” la profesión o la sentís realmente propia?

Fue algo que me planteé en su momento porque me gustaban otras cosas también. Cuando terminás el colegio sos muy chica.  Sentía esa presión de pensar que lo que iba a elegir era determinante. La abogacía me gustaba, pero también cuestionaba si no era por mandato familiar. Empecé en La Prilidiano Pueyrredón Bellas Artes. Al poco tiempo me encontré trabajando en un Estudio de Abogados y enseguida me di cuenta que eso era lo mío. Ese trabajo me fogueó mucho a lo largo de toda la carrera. Cuando me recibí había muchos compañeros que durante la carrera habían estado trabajando de otra cosa porque les pagaban mejor o porque venían del interior y estaban más jugados con la plata. Eso hizo que muchos de ellos me llamaran a mí para consultarme cosas, asesorarse sobre diferentes cuestiones, y en su momento, dada esta circunstancia, llegué a pensar en constituir  un estudio de asesores. Enseguida me di cuenta de que para eso hacía falta hacer un camino más largo y estaba yendo demasiado rápido. 

¿Se te ocurrió alguna vez ocupar un cargo público?

Pensé en ser parte del Poder Judicial.  Siempre me gustó mucho estudiar, leer, indagar. Después de algunos años me puse a estudiar economía. Pensé en la política como instrumento para mejorar las leyes. Hice el CBC de Económicas y me reencontré con la matemática, que es algo increíble… abrirte a una lógica súper interesante y que a la vez, para mí, es la madre de todo el razonamiento… 

¿Por qué crees que las empresas te eligen a vos?

Me eligen porque me pongo la camiseta, principalmente. Defiendo el centavo de la empresa como si fuera mío. Tal vez más. Por la honestidad, porque la realidad es que es un ambiente complejo en cuanto a honestidad. No cambiar de barco en medio de la tempestad. También por la responsabilidad. Cuando creo que algo está mal hecho, te lo voy a decir por más que te enojes. Voy a hacer todo lo posible para que un asunto mejore si es posible. Generar códigos de conducta dentro de las empresas es fundamental. En cada empresa hay personas que tienen vidas, problemas, embarazos, pérdidas, fallecimientos,  enfermedad, nacimientos, vacaciones. Dentro de este marco común para todas, cada empresa tiene una dinámica particular de desarrollo y el desafío es poder entenderla plenamente para adaptarse y presentarle las mejores soluciones posibles.

¿Te ofrecieron alguna vez cambiar de barco?

Miles de veces. En audiencias, en acuerdos. Sucede. Es parte de la realidad. El perfil del abogado tiene que ver con el perfil de la empresa. 

¿Cómo está conformado hoy el Estudio Rolandi? 

Sergio Rolandi, mi padre y un apasionado del derecho. La doctora Ángela Villalba especialista en marcas y patentes y Alberto Guerci, quien también se encargaba del  área laboral. Ricardo Rolandi, mi hermano, con el cual trabajo codo a codo.

Aprendiste a pensar “afuera de la caja”. ¿Qué significa eso?

El primer ingrediente en este sentido me lo dio la facultad. La UBA, hace honor a la palabra Universidad. Abre un tablero gigante con de personajes que interactúan desde historias distintas,  razonamientos diferentes, preconceptos o educaciones diversas y eso te hace escuchar la vida con otro ruido… En ese sentido, aprendí que cada consulta puede ser la oportunidad de crear algo distinto. Estar abierta a ideas distintas sin  miedo de reconocer que el otro puede tener una idea mejor o superadora. La diferencia entre ser un profesional que copia y pega o si cada expediente es una nueva aventura. Esta es una manera de ver la profesión. A los abogados en general les cuesta pensar por fuera de la caja. Cuando una les da una solución, te miran asombrados diciendo… ¿pero eso se puede? Uno tiene establecido lo que no se puede, pero por el contrario, lo que se puede representa un gran abanico de opciones. Es como no animarte a combinar los colores primarios, se pueden combinar sin problemas el amarillo y el verde, ¿qué problema hay? De esta manera salen cosas fantásticas y es gratificante. A veces los clientes me dicen “la verdad nunca vi que resuelvan de esta manera”… y sinceramente no era nada del otro mundo, sólo aplicar un poco de creatividad para buscar la solución. Eso para mi es pensar fuera de la caja. 

¿Qué le recomendarías a los estudiantes de Derecho?

Que no pierdan su esencia. Van a tener muchas oportunidades, sentir que dan un gran salto, pero hay que ver si ese salto te identifica y es compatible con dormir tranquilo a la noche. Lo demás se aprende. Lo que diferencia al genial del mediocre es la actitud y los valores. Yo me quemé las pestañas estudiando, con título de honor, si con eso no se hace algo bueno, no alcanza. Si se le pregunta a un estudiante de derecho que está en primer o segundo año sobre la justicia te vas a encontrar con debates, charlas acaloradas. Veinte años después ya no les importa. Esto vale para todas las profesiones.

¿Crees que el sentido común es el eje del derecho?

Sin duda. En los exámenes de la facultad, en medio del nerviosismo extremo, cuando no podés acordarte de algo estrictamente técnico pero entendés a dónde apunta el enunciado, si apelás a la lógica no vas a estar muy lejos de dar en el blanco.   No hay una parte del derecho que vaya en contra del sentido común. 

¿Qué baches encontrás hoy en el derecho laboral?

Principalmente el no conocer la dinámica de la empresa. Cómo cambió la empresa y sus estándares hoy en día. Está perdido de realidad. Las leyes vienen atrás de la realidad. La ley de contrato de trabajo es un ejemplo. Pero cuando hablás de modificarla, encontrás la rivalidad River-Boca de la que ya hablamos. Hoy en día las empresas requieren de  tercerización. Es imposible, por ejemplo, que seas el mejor fabricante de sillones,  y que tengas personas expertas para cubrir cada sector que hoy debe abarcar una empresa, desde publicidad hasta entregas. Subcontratar partes que no son las principales del negocio de la empresa, hoy en día se torna muy necesario. La ley de Contrato de Trabajo entiende que en ese accionar  quiere  ocultar al real beneficiario y va en su contra. En este sentido hay cosas que se pueden pulir y mejorar. La dinámica de hoy  cambió; una empresa abarca más cosas que la mera producción de un producto, bien o servicio. Esto no implica que no se constituyan sociedades para eludir  responsabilidades. Pero no hay que dar por hecho  que en todas las ocasiones se pretende  un perjuicio  hacia el trabajador.

¿Qué nos podés decir acerca de la doble indemnización? 

Se ha especulado mucho con eso.  Sobre todo durante la pandemia. Muchos trabajadores querían considerarse despedidos, aprovechando el contexto. No puede ser que la empresa deba pagar el doble por una decisión que no tomó, me refiero a los casos de los trabajadores que se consideraron despedidos, como sucedió y como sucede también hoy en día. No siempre existe una lesión a su derecho como para que se pongan en esa posición. Esas cosas hacen mucho daño al sistema.

¿Cómo ves a las mujeres abogadas hoy en día en Tribunales? 

Tengo muchas colegas y muy buenas. Como en todos lados, se va acomodando, se va abriendo más el panorama y cada vez más mujeres ocupan más lugares. Sería muy ingrata si hiciera un análisis comparativo entre mujeres y varones; creo que es algo que ya cambió. Sin hablar tanto sobre de qué sexo es cada uno, ahora hay que luchar para que sean los talentos y los más calificados los que ocupen los lugares.

Fotografía/Video: Avanti! Producciones

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Suscribite al Newslatter

Para estar actualizado de las ultimas noticias, informes especiales y recibir las ediciones digitales antes que nadie

ÚLTIMAS NOTICIAS