El dato surgió de una investigación realizada por el fiscal federal Ricardo Toranzos, a cargo del Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta. Los gendarmes tenían un grupo de WhatsApp en el que compartían detalles de los movimientos de la droga, instrucciones para evitar controles y técnicas de ocultamiento en vehículos.
Una investigación de la Fiscalía Federal de Salta permitió desarticular una organización narcocriminal que operaba en varias provincias del país y que contaba con la colaboración de ocho gendarmes que enseñaban cómo esconder la droga en los vehículos. En los últimos operativos, se incautaron 303 kilos de cocaína, rodados de alta gama, más de 16 millones de pesos en efectivo, armas y dispositivos electrónicos.
El caso es investigado por el Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos. Según las fuentes, la mayoría de los acusados tienen vinculación directa con Gendarmería: dos estaban en actividad cuando fueron detenidos, otros dos habían sido dados de baja y un quinto estaba por ingresar a esa fuerza.
El último operativo, realizado en la ciudad de Posadas, provincia de Misiones, permitió la detención de Jonathan Leonel Ostapowicz y Richar Ariel Delgado, dos comerciantes sospechados de participar en el financiamiento y la logística del transporte de drogas. Además, se realizaron allanamientos simultáneos en Bernardo de Irigoyen, Orán y Buenos Aires, donde se incautaron vehículos de lujo, armas, teléfonos celulares y grandes sumas de dinero en diferentes monedas, incluyendo guaraníes y dólares.

Ambos sospechosos están acusados por el delito de transporte de estupefacientes agravado y el juez federal Julio Bavio ordenó su prisión preventiva, además del levantamiento del secreto bancario y bursátil de los acusados para avanzar en la investigación de la estructura financiera.
Información privilegiada
Uno de los aspectos más alarmantes del caso es la coordinación y el uso de información interna de personal de Gendarmería para garantizar el paso de los cargamentos. A través de las pericias a los teléfonos incautados, se descubrió que los involucrados mantenían un grupo de WhatsApp llamado «Los Peluches», en el que se compartían detalles de los movimientos de la droga, instrucciones para evitar controles y técnicas de ocultamiento de estupefacientes en vehículos.
En los chats, los integrantes -ocho hasta el momento- discutían estrategias para evitar ser detectados, detallaban cómo esconder droga en respaldos de asientos y advertían sobre nuevos controles en rutas clave, como el puesto fijo en Joaquín V. González.

Entre los líderes de la red, además de Ostapowicz y Delgado, se encontraba el exgendarme Adrián Emilio Escarlata, quien había sido dado de baja tras ser descubierto transportando grandes sumas de dinero sin justificación. En sus conversaciones, se jactaban del poder de la organización y de sus contactos en diferentes niveles.
El origen
El punto de partida del caso se remonta a mayo de 2024, cuando fue detenido Diego Hernán Delgado, un cabo de Gendarmería que transportaba 303 kilos de cocaína en la ruta provincial N°5, a la altura del kilómetro 170, en General Pizarro, Salta.
Delgado, quien prestaba servicio en el Destacamento Móvil N°1 de Campo de Mayo, conducía una camioneta Volkswagen Amarok con rumbo a Buenos Aires. Al ser detenido en un control, los agentes descubrieron que transportaba paquetes de droga tipo «ladrillo» ocultos en la caja del vehículo. La carga tenía un valor estimado superior a los 4 mil millones de pesos.
Este hallazgo llevó a los investigadores a analizar el teléfono del gendarme, lo que permitió desentramar una red de tráfico de estupefacientes con la participación de otros miembros y exintegrantes de la fuerza.

En octubre de 2024, se produjo una nueva detención clave: Federico Rubén Batista, otro gendarme activo en Campo de Mayo, quien viajó a Posadas para recibir la camioneta Amarok de manos de Ostapowicz y trasladarla a Delgado, quien posteriormente cargó la droga en Orán para llevarla a Buenos Aires.
El caso tomó mayor dimensión cuando se interceptó un segundo cargamento de cocaína en Rosario de la Frontera, el 26 de octubre, donde se incautaron 31 kilos de droga oculta en la rueda de auxilio de un vehículo. En este procedimiento, fueron detenidos Adrián Emilio Escarlata (exgendarme), su pareja Marlene Leonor Hañek, Gabriel Osvaldo Ruiz Apaza y Francisco Agustín Flores, quienes viajaban en dos camionetas en modalidad de convoy.
Lavado de activos
Más allá del tráfico de drogas, la investigación apunta a un entramado de lavado de dinero con operaciones en Misiones, Entre Ríos y Buenos Aires. En los allanamientos recientes, se incautaron máquinas de contar billetes, documentación financiera y computadoras, lo que sugiere que la organización movía grandes sumas de dinero de origen ilícito.
El juez Bavio otorgó una prórroga de la investigación para profundizar sobre la estructura financiera de la red y determinar si hay más integrantes con participación activa. Además, los fiscales buscan establecer posibles conexiones internacionales, dado que la organización operaba en múltiples provincias y manejaba grandes volúmenes de dinero.
La investigación contó con la colaboración de la PROCELAC, a cargo del fiscal general Diego Velazco; de la PROCUNAR NOA y NEA, a cargo de los fiscales Diego Iglesias y Eduardo Villalba, la Fiscalía de Gualeguaychú, de Entre Ríos y Hurlingham, de Buenos Aires.