jueves, marzo 20, 2025
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Blockchain y microjusticia: la revolución digital de Federico Ast

Desde Buenos Aires hasta Silicon Valley, el economista y filósofo Federico Ast lidera un cambio paradigmático en la resolución de disputas digitales. Como cofundador y CEO de la plataforma Kleros, basada en blockchain, su misión es democratizar la justicia global y adaptarla a las necesidades del Siglo XXI.

Federico Ast es argentino y no solo es uno de los aspectos más destacables al hablar de él, sino que entender su origen es esencial para comprender uno de los factores que lo motivaron a emprender y crear Kleros junto con el francés Clément Lesaege. Kleros es una plataforma innovadora que aplica blockchain e inteligencia colectiva para resolver disputas en un mundo cada vez más digitalizado.

Federico nació en Buenos Aires y estudió Economía y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su carrera comenzó en el periodismo, específicamente como editor en Materia Biz, un sitio web orientado a la tecnología e innovación dentro de Clarín. Fue en esa etapa cuando descubrió el potencial del Bitcoin y las criptomonedas. 

En diálogo con Quórum, recuerda: “Argentina fue un país pionero en la adopción de criptomonedas por razones que todos los argentinos conocemos: la inflación, los malos gobiernos… Eso generó un interés en formas de preservar el valor del dinero. Lo que vi fue que en Argentina había una economía emergente de freelancers que podían trabajar para clientes del exterior. Sin embargo, había un problema: al recibir pagos por transferencia bancaria, el gobierno se quedaba con una parte importante de la transacción. El Bitcoin resolvía ese problema, pero faltaba algo: un mecanismo para resolver disputas entre un cliente en Alemania y un freelancer en Argentina si surgía algún conflicto con el trabajo entregado, como un software o un video”.

Esta inquietud lo llevó a cambiar de rumbo. Federico decidió realizar un doctorado en la Universidad Austral, donde se dedicó a investigar cómo las comunidades en línea toman decisiones colectivas. Esta investigación lo impulsó a conceptualizar Kleros, un sistema que combina blockchain con jurados descentralizados para ofrecer una solución rápida, económica y confiable a disputas internacionales. Recuerda que, en sus primeros pasos, publicó un artículo sobre su idea en su blog, sin imaginar que algún día él mismo podría liderar su ejecución.

El gran punto de inflexión en su carrera fue su participación en Singularity University, en Silicon Valley, donde ganó una beca a través de un programa del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que le permitió explorar proyectos innovadores. En ese entorno, Federico comenzó a creer en su capacidad para liderar el desarrollo de Kleros. Poco después, conoció a su futuro cofundador a través de una conexión con una emprendedora en Holanda, y en 2017 comenzaron a trabajar juntos en lo que sería la base de lo que hoy es Kleros.

¿Qué es Kleros?

Kleros es una plataforma que selecciona jurados mediante un sistema descentralizado, asegurando decisiones imparciales y transparentes. Un ejemplo típico podría ser el de una emprendedora en Francia y un freelancer en Guatemala, quienes deciden resolver una disputa utilizando Kleros. Si surge un conflicto, jurados independientes analizan el caso y emiten un veredicto, garantizando justicia y reduciendo costos de forma considerable.

¿Por qué blockchain? Porque, como se mencionó, es una herramienta de transparencia. Y en este contexto, la transparencia significa que nadie puede manipular la evidencia, el contrato, el producto entregado, ni la forma en que se eligen los jurados o se cuentan los votos. Estas características permiten que las partes involucradas confíen plenamente en el proceso.

“A veces digo que el blockchain garantiza un ‘estado de derecho digital’. Esto significa que asegura que el proceso se desarrolle tal como estaba pactado, sin que nadie, ni siquiera los fundadores del proyecto, pueda alterarlo. Yo no tengo acceso especial al sistema ni puedo hacer cambios arbitrarios. Las decisiones las toman los jurados, quienes emiten su veredicto y lo informan al fideicomiso que resuelve la disputa”, aclara Ast.

En la plataforma Kleros, cualquiera puede ser jurado. Para serlo, solo se necesita una moneda digital llamada Pinatio (PNK), que funciona como un «ticket de lotería» para ser elegido como jurado dentro de Kleros. Este token, inspirado en el sistema de jurados de la antigua Atenas, se utiliza en diversas “cortes” dentro del sistema, como comercio electrónico, seguros o fintech. Si sos experto en un área específica, podés depositar tu PNK en una corte relacionada con tu conocimiento y el sistema elegirá al azar a tres jurados para evaluar el caso.

Si te postulás para ser jurado en una corte en la que no tenés experiencia o conocimientos específicos, tus probabilidades de emitir un veredicto acertado disminuyen, lo que resultará en la pérdida del dinero depositado.Esto garantiza que los usuarios se asignen automáticamente a las cortes que poseen mayor grado de experiencia, un concepto basado en la teoría de juegos del economista y premio Nobel Thomas Schelling. La lógica es que el sistema sea barato, rápido y transparente, gracias al uso de blockchain.

Para muestra, un botón

Federico subraya la importancia de Kleros para mejorar la confianza en plataformas digitales, citando ejemplos como la billetera virtual Lemon, donde el sistema ayudó a fidelizar clientes mediante resoluciones justas.

“Con Lemon, descubrimos que el 90% de los usuarios que resolvieron su caso a través de Kleros, incluso si perdieron, decidieron quedarse como clientes porque confiaron en el proceso. Tuvieron su ‘día en la corte’, una decisión tomada por pares y no por la empresa. Este mecanismo evita que, si el cliente pierde, se vaya a la competencia, lo que dañaría la reputación de la marca. Eso sería mucho más costoso que lo que Kleros cobraría por su servicio”, explica Federico.

De Argentina al mundo

El camino hasta este punto no ha sido fácil. Federico recuerda los primeros días de Kleros, cuando parecía casi irrealizable implementar un sistema como el que proponía. “Pensé que nadie me iba a prestar atención en Argentina, pero proyectos como Singularity University me demostraron que sí era posible”, relata con orgullo.

Hoy, Kleros opera globalmente, con casos en Argentina, México, Francia, y el Medio Oriente, y sigue expandiéndose como una herramienta clave en la justicia digital.

“Lo que más me enorgullece es haber comenzado esto en Argentina. Demuestra que, con recursos limitados, cualquiera puede lograr grandes cosas desde cualquier lugar del mundo”, agrega.

Cuando se le menciona el contexto argentino, Federico reflexiona sobre cómo la inestabilidad del país puede ser un catalizador para la creatividad. “Si hubiera vivido en Suiza, nunca habría pensado en esto. Es el entorno el que impulsa ideas como esta”, asegura. Además, resalta cómo las herramientas digitales han nivelado el campo de juego, permitiendo que iniciativas innovadoras surjan desde cualquier parte del mundo.

Expectativas y futuro

Actualmente radicado en Uruguay, Federico explica que su mudanza respondió a cuestiones prácticas relacionadas con restricciones cambiarias en Argentina, aunque subraya que sigue visitando frecuentemente su país natal. “Uruguay es más estable, pero Argentina siempre será especial para mí. Me fui por razones específicas, pero nunca me sentí un exiliado”, confiesa.

Al ser consultado sobre su opinión acerca de la realidad argentina, Federico no esquiva el tema y afirma: “Estoy entusiasmado ahora. Muchas de las ideas que Milei tiene hoy, son ideas que yo te comentaba hace tiempo. Creo que va por buen camino, aunque enfrenta una fuerte oposición. Es difícil, porque está intentando romper sistemas que llevan muchos años establecidos. Pero, a pesar de eso, me entusiasma ver cómo avanza y espero que todo salga bien. Creo que lo que está haciendo es justamente lo que Argentina necesita en este momento. Vamos a ver, cruzo los dedos para que todo marche como espero.”

Los pies sobre la tierra

En cuanto a la agenda pública y el papel de Kleros, Federico destaca que, aunque su sistema sigue siendo revolucionario, aún enfrenta desafíos para ganar mayor relevancia. “Hoy en día, la libertad y el respeto a los acuerdos entre privados están en el centro del debate, y eso abre posibilidades para que herramientas como Kleros crezcan. Pero la plataforma no está diseñada para reemplazar partes de la justicia formal, al menos no en el corto plazo”, aclara.

“Quizás en diez años sea diferente, pero ahora nos enfocamos en resolver pequeñas disputas, como desacuerdos entre vecinos o conflictos en redes sociales”, explica. Además, ejemplifica con casos en los que las cuentas de redes sociales son suspendidas sin explicaciones claras, afectando gravemente a los usuarios. “Esos son los casos que realmente me interesan, donde falta un mecanismo transparente que ofrezca una resolución justa y comprensible”, subraya.

En cuanto a los planes de mediano y largo plazo, Federico dedica gran parte de su tiempo a la educación, considerándola fundamental para impulsar tecnologías de gobernanza y sistemas más democráticos.

“El crecimiento de Kleros está ligado a que más personas entiendan blockchain, cripto y derecho innovador. Por eso tengo cursos en plataformas como Coursera de la Universidad Austral. Uno de ellos ya fue realizado por más de 50.000 personas”, comenta.

Se trata del curso “El abogado del futuro”. Al hacer referencia al tema, Federico cita el concepto de “forma de T” propuesto por la experta Margaret Hagan. “El abogado del futuro necesita una base sólida en derecho tradicional, pero también debe tener conocimientos en negocios, tecnología y habilidades blandas como la negociación”, explica. Además, resalta el impacto de herramientas como la inteligencia artificial, que están transformando la profesión legal, automatizando tareas y desafiando a los abogados a aportar valor más allá de lo que un modelo de lenguaje puede ofrecer.

“Se viene una transformación muy grande y los abogados van a tener que adaptarse”, concluye Federico, quien, además de su pasión por la innovación, siempre ha disfrutado de escribir y comunicar. “Dar charlas me pone nervioso, pero es parte del proceso. Escribir, en cambio, siempre ha sido mi fuerte”. Con esa humildad y determinación, Federico sigue construyendo el camino hacia una justicia más accesible y transparente desde su trinchera en Kleros.

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