Mientras la atención estaba puesta dentro y fuera del Congreso de la Nación, en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires se llevó a cabo la presentación de la obra colectiva “Quiero ser juez”, dirigida por el juez Mariano Borinsky. El libro reúne diversas perspectivas sobre el proceso de selección y formación de los magistrados en Argentina.
Lo que importa
La obra “Quiero ser juez” es un tratado que aborda la designación, remoción y sanción de jueces y juezas, con un análisis exhaustivo sobre el funcionamiento del Consejo de la Magistratura de la Nación. Fue desarrollada en el marco del Proyecto de Investigación DECyT (2022/2024) DCT2209 de la Facultad de Derecho de la UBA, bajo la dirección de Mariano Borinsky y la coordinación de Daniel Schurjin Almenar y Fabián Caffaro.
Contexto
La presentación contó con la participación de destacadas figuras del ámbito judicial y académico. La periodista Débora Plager fue la coordinadora del panel. Mencionó muy brevemente el contenido del libro, aclarando que no es especialista en temas judiciales, para luego compartir experiencias que reflejan la percepción social sobre la Justicia, mencionando que, en algunas situaciones específicas de dolor, las personas no pedían venganza sino justicia. Plager señaló que “la sociedad está mirando a la Justicia y es un momento interesante para todos, desde lo institucional y lo que nos atraviesa como ciudadanos cada día”.
Previamente, la conductora informó sobre la ausencia del diputado Miguel Ángel Pichetto, quien no pudo asistir debido a su participación en el Congreso, por motivos de seguridad ante las manifestaciones que se realizaban frente al edificio.
La jornada también contó con la participación del decano de la Facultad de Derecho de la UBA, Leandro Vergara. Para él, el título de la obra “podría ser una pregunta, una afirmación o una expresión de deseo, y parece que le caben todas las posibilidades”. Vergara, quien se mostró eufórico porque su facultad está en el puesto 28 en el ranking de las mejores universidades del mundo y es la mejor de Latinoamérica, también resaltó que “este libro es transferencia, transferencia del conocimiento aprendido aquí hacia la sociedad”.
Por su parte, el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, enfatizó la desconexión entre el funcionamiento de las instituciones y las demandas sociales. Lorenzetti afirmó que “el funcionamiento de las instituciones está muy desconectado de los requerimientos sociales” y que “tenemos que preocuparnos por mejorar nosotros para que las instituciones y el Poder Judicial cambien la opinión pública acerca de su funcionamiento”. Además, subrayó que “ser juez es defender la libertad” y que “no hay libertad sin igualdad”.
Asimismo, mencionó: “Lo más importante es que uno tiene que entender que el poder es para servir, no para servirnos”.
Para finalizar destacó: “Me gusta una frase que leí hace muchos años sobre Shakespeare, que dice que los jueces son ‘los narradores morales de la Nación’. En definitiva, las sentencias escriben grandes principios, grandes diseños de país, pero también de conductas humanas. En eso consiste ser juez, no lo olvidemos”.
















A continuación, Borinsky compartió su historia personal, relatando cómo el fallecimiento de su padre, quien había querido ser juez y nunca pudo serlo, lo motivó a seguir esa carrera. “Ser juez es difícil”, dijo. “Uno no puede encontrar empatía con todas las partes en un proceso, tampoco con la sociedad, a la que le brindamos un servicio”, sostuvo.
Además, señaló que la tarea de un juez “es cumplir con la Constitución, con las leyes, atender a las partes, tener templanza, idoneidad, experiencia, sentido común, valor, humildad, sensibilidad social. Es mucha la carga de exigencias”.
También afirmó: “La tarea de los jueces es full life. Nos ven ahora de jueces, pero también somos personas, caminamos por la calle, hacemos deportes, estamos con la familia y nuestra cabeza nos trabaja todo, todo el día”.
El miembro de la Cámara Federal de Casación Penal manifestó: “La importancia de la sentencia es porque impacta en la libertad, en la propiedad, sobre todo como juez penal, de las personas. Lo importante es estar cerca de la sociedad, inspirar confianza. La confianza pública es la clave para la legitimidad del sistema”.
Remarcó que es esencial que “los jueces nos expresemos con lenguaje fácil, que expliquemos con capacidad docente, que demos cuenta de todo este tipo de tareas”.
Como reflexión final, Borinsky destacó: “El camino para llegar a la magistratura es complejo, pero aún más difícil es mantenerse en el día a día y hacer bien las cosas. Este libro apunta a cómo llegar al cargo de la magistratura, cómo funciona el Consejo de la Magistratura, qué sucede en los supuestos de remoción. La historia la escribe el tiempo. El tiempo va a decir qué pasó, si funcionó, si no sirvió”.
Un gran equipo
Daniel Schurjin Almenar y Fabián Caffaro coordinaron un grupo de 37 personas que trabajaron durante dos años en la construcción de esta obra. Ambos agradecieron el aporte de cada uno de los miembros de los diferentes miembros de los subgrupos (a los que les pusieron nombres de miembros de la Selección Argentina de Fútbol).
Schurjin Almenar aclaró que no estuvo Messi dentro de los jugadores elegidos: “Nadie se puso la 10. Todos jugamos para el 10”.
Con ese espíritu fueron parte de este trabajo colectivo las consejeras Alejandra Provítola, Jimena de la Torre, Juan Bautista Mahiques, Alberto Nanzer, Bárbara Pirolo, Bárbara Zubrzycki, Camila Groshaus, Carolina Maiorano, Carolina Vanella, Clara Samantha Fernández, Dan Bravo, Dominique Ekstrom, Gerónimo Ustarroz, Hernán Re, Javier Serrano Redonnet, José Cayuela, Juan Comte, Juan E. Politi, Juan Ignacio Pascual, Julián Rubinska, Julieta Giampieri, Lara F. Benítez, Lucas Bello, Marcela Slutzky, Martín A. Borges, Matteo R. Pereyra Espino, Nahuel Andrés Raschid, Pablo Cavaignac, Rodolfo Urtubey, Rosario Pozo, Sebastián Garat, Silvia Céspedes, Valentina Melamud y Victoria Moya.
El Aula Magna de la Facultad de Derecho reunió a una importante cantidad de jueces, profesores, funcionarios, profesionales del derecho y estudiantes. En las primeras filas se ubicaron el ex juez León Arslanian, el juez y consejero Diego Barroetaveña, las consejeras Provítola y De la Torre, el juez Javier Carbajo, el juez Horacio Días, la jueza Karina Perilli, el senador Juan Carlos Pagotto, la ex ministra Marcela Losardo, Lucas Bello, la secretaria letrada de la Corte Helena Nolasco, los ex legisladores Diego Marías y Jorge Garayalde, Daniel Vila y Pamela David, entre otros.
Cómo sigue
La publicación de “Quiero ser juez” -editada por La Ley- se produce en un contexto de debate sobre el mecanismo de elección de los jueces en Argentina. El Consejo de la Magistratura, órgano encargado de la selección y remoción de magistrados, ha sido objeto de reformas y discusiones en los últimos años.
Según la Constitución Nacional, el Consejo debe estar integrado de manera que se procure el equilibrio entre los representantes de los órganos políticos resultantes de la elección popular, los jueces de todas las instancias y los abogados de la matrícula federal. Sin embargo, su composición y funcionamiento han sido motivo de controversia y fallos judiciales.
La obra de Borinsky busca aportar al debate sobre cómo mejorar el proceso de selección de jueces, promoviendo la transparencia, la idoneidad y la confianza pública en el sistema judicial. La confianza pública es la clave para la legitimidad del sistema, y los jueces deben expresarse con un lenguaje claro y accesible, explicando sus decisiones con capacidad docente.