domingo, enero 12, 2025
spot_imgspot_img

“Hoy hay muchos ‘influencers’ políticos en el Poder Judicial”

“Coco”, como le dicen todos sus conocidos, tiene una larga trayectoria en el derecho civil, comercial y administrativo. Defiende los intereses de diferentes cámaras, algunas vinculadas al mercado inmobiliario, para las cuáles libra una batalla contra las franquicias. Crítico del funcionamiento de los Consejos de la Magistratura, Jorge Martín Irigoyen sostiene que la política ha contaminado ciertas instituciones y eso desnaturaliza su rol.

Jorge-Martín-Irigoyen¿Qué es la justicia para vos?
En realidad los abogados lo que defendemos son intereses. Primero hay que saber dentro de lo que es el sistema judicial o de lo que es la justicia -como comúnmente decimos en la calle- qué lugar ocupa cada uno. Lo que hacemos es defender intereses. Por supuesto, lo hacemos noblemente y siempre con este concepto de buena fe que tiene que tener el ejercicio profesional. En realidad, justicia es dar a cada uno lo que le corresponde. Obviamente, a veces es muy difícil impartirla para el órgano judicial porque cada uno defiende distintos intereses. Hay muchos poderes difusos, y sobre todo, cuando se dicta una sentencia siempre hay una parte disconforme porque es muy complejo conformar a todos. Lamentablemente, si vos le preguntas a la mayoría de los ciudadanos, por lo general hay una mirada negativa hacia el servicio de justicia de la República Argentina. Pienso que eso es algo que ocurre en casi todas las partes del mundo, yo no tengo una mirada tan crítica del Poder Judicial. Lo que pasa es que lo que siempre sale en la tapa de los diarios es la parte negativa. Si vos, por ejemplo, trabajás en terapia intensiva de un hospital, vas a pensar que el 99% de los habitantes de esa ciudad se está muriendo. Entonces, lamentablemente, la tapa de los diarios siempre es por cosas feas. Otro ejemplo, la película Argentina 1985, es de un juicio que muy pocos países se animaron a sostener. También ha habido condenas a funcionarios públicos que efectivamente tuvieron poder real, de empresarios que tuvieron poder real, de ex presidentes. Algunos no llegan tal vez a cumplir una prisión efectiva por una cuestión de edad. De hecho, hace poco también ha habido un fallo. Una parte de la grieta te va a decir que estuvo perfecto o que se esperaba más; y otra parte va a decir que hay una persecución. Todo está pasado por la mirada del lugar en que está cada uno. 

¿Por qué elegiste el derecho civil, comercial, administrativo?
A los 14 años tuve la posibilidad de elegir entre vivir en Argentina o en Estados Unidos. Mi mamá -quien falleció en el 2020- era de nacionalidad cubana. Estudió sólo hasta segundo grado y se casó con mi papá que trabajaba en Cancillería. En la Revolución Cubana de Fidel Castro lograron escapar de Cuba para luego formar una familia, pues tengo una hermana uruguaya y otra norteamericana. A raíz de la separación de mis padres, mi mamá se fue a vivir a Miami. Me quedé por dos motivos en Argentina: el primero, por mis amigos de la secundaria. Ellos son parte de lo que soy. Y segundo, porque quería ser abogado. La Facultad de Derecho de la UBA -por la que me sacó el sombrero, una de las cosas positivas de este país es sin duda la universidad pública- estaba cerca de mi casa. ¿Y por qué elegí esta rama? Empecé a trabajar en el Poder Judicial, en el Fuero Civil, durante cinco años. Pero en un momento me di cuenta de que quería ejercer la abogacía, defender los derechos y los intereses de la gente. Y bueno, así fue como me volqué al derecho civil.

¿Cómo te diste cuenta de eso?
Todos los días cuando abrís la puerta de tu casa, sabes dónde estás y si sos feliz o no. Cada vez que llegaba al Poder Judicial -y si bien al principio me pareció un lugar extraordinario y que yo recomendaría a todos los abogados intentar pasar por el Poder Judicial- llegó el momento en que dije esto no es para mí. Con un amigo pusimos un estudio jurídico. Me acuerdo que era en el barrio de Las Cañitas. Empezó siendo un dos ambientes, quedaba cerca de un club muy importante y decíamos que los clientes iban a desplazar hacia el microcentro. Veinticinco años transcurrieron, y ya, hace rato,  estamos en el microcentro porteño, somos un equipo de 15, 18 personas. La pasamos muy bien, nos divertimos.

Iba a preguntar justamente cómo fundaste el estudio, cómo fue esa experiencia…
Era otra época. Pienso que ahora todo es más cuesta arriba y más después de una pandemia como la que atravesamos. Me animé sin ninguna red de contención pero hasta ese entonces vivía con mi padre. Luego, me casé con 29 años y me fui a vivir con mi esposa con quien tenemos tres hijos.  Empezamos en un dos ambientes, cliente por cliente. La primera demanda fue un desalojo y una ejecución de alquileres, confeccionadas con máquina de escribir. Pasamos por todas las etapas pero después lo bueno fue que empezaron a integrarse al equipo abogados de otras ramas del derecho. Vino uno de la Armada, que es socio del estudio y aparte hermano de la vida, que somos amigos desde los siete años y fuimos juntos al colegio San Agustín. Se fue armando un lindo grupo. Cuando salió la Ley de Mediación en el año 95/96, entré en el departamento de una compañía de seguros como abogado externo. Llegó el año 2000 y tenía más de 4000 audiencias de mediación en el lomo. Fue muy linda esa época. 

¿Cuán importante crees que es la negociación del ejercicio del derecho?
Para mí un 99%, porque con el cliente lo que tenés que generar es tranquilidad y empatía. Vos con el cliente no negocias pero tenés que saber escuchar. Muchos abogados se olvidan de preguntar a la gente qué es lo que quiere. Vos como abogado le podés decir esto sí o esto no, y eso es manejo del cliente en el buen sentido de la palabra. Después podés estar negociando judicialmente permanentemente con el colega de la otra parte. Para un colega, no hay nada mejor que otro colega. La negociación  en los conflictos tiene que intentarse siempre, aún en el litigio. A veces, cuando defendés intereses, tenés que salir al principio con los tapones de punta pero siempre sin cortar el diálogo con la contraparte.

Actualmente sos abogado del Colegio Profesional Inmobiliario…
Soy asesor de distintas instituciones, entre otras,  el Colegio Profesional Inmobiliario y de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias. 

Y tuviste mucha injerencia en el Caso Remax…
Sí, como defiendo intereses, todos quienes se presentaron para querer conducir el Colegio Profesional Inmobiliario están en contra de las franquicias profesionales. El contrato de franquicia de naturaleza mercantil, propia del derecho comercial. El Colegio Profesional Inmobiliario está integrado por corredores y corredoras, regulados por una ley de ejercicio profesional y en un código de ética que rige la actividad. Además, muchas marcas internacionales utilizan la figura del “agente inmobiliario”. El “contrato de agencia” en el Código Civil y Comercial habla de dos personas independientes entre ellas, como si fueran emprendedores, en donde no hay una subordinación de uno a otro. Es como si un abogado nombrara a un agente jurídico. Entonces lo que habría ahí es una delegación de esa matrícula profesional a una persona que no lo es. Obviamente, si lo hace un profesional inmobiliario de un barrio o un profesional abogado probablemente le vaya muy mal y probablemente termine en un reclamo laboral. Hay marcas multinacionales que en su país de origen estas figuras son válidas porque los corredores inmobiliarios son auxiliares de comercio -por ejemplo, Estados Unidos, por ejemplo Brasil- pero en la Argentina hace 20 o 15 años, corretaje inmobiliario es una actividad profesional por una ley nacional. Tienen que estudiar dos años y medio y matricularse en un colegio de la jurisdicción en donde van a ejercer. Hay dos desafíos que tenemos los profesionales. Uno es el tema de las franquicias y otro es el tema de las aplicaciones. A mí me convocan en el Colegio Profesional Inmobiliario para tratar de combatir esta problemática de los agentes inmobiliarios no matriculados. Porque lo más importante para un profesional son los clientes y si hay alguien que tiene una forma de captar los clientes que va contra los códigos de ética y las leyes de ejercicio profesionales, compite de una manera desigual.

¿Estás de acuerdo con que sean agentes de comercio o con la legislación argentina?
Ha habido grandes problemas en muchas operaciones inmobiliarias en donde no han actuado profesionales, ya sea por quienes ejercieron ilegalmente la actividad o agentes inmobiliarios sin matrícula habilitante. Incluso tenés algunos casos de un corredor inmobiliario  con ejércitos de 150 agentes inmobiliarios sin matrículas habilitantes. ¿Cómo los controla? Yo estoy de acuerdo con que sea un profesional porque la gente pone muchísimo en una operación inmobiliaria. Y la relación personal entre profesional y cliente es trascendente. No tengo dudas que para que en la Argentina calce de alguna forma el modelo que quieren imponer las multinacionales se debería cambiar la ley para volver al viejo sistema donde los corredores inmobiliarios eran auxiliares de comercio. Y eso sería un marcado retroceso y le quitaría seguridad jurídica a las operaciones inmobiliarias.

¿En qué situación está actualmente este conflicto?
La Inspección General de Justicia (IGJ) emitió la resolución particular 350, del año 2020 a partir de una denuncia realizada por el Colegio Profesional Inmobiliario, en la que dictaminó que dicha sociedad es de objeto lícito pero con actividad ilícita. Además comprobó que Remax International no cumplió con las normas argentinas, ya que no fijó un domicilio ni tiene un representante en nuestro país. Remax Argentina SRL recurrió ante la Cámara Nacional en lo Comercial -que actúa como supervisor de las resoluciones de la IGJ- y la Sala E no se expidió sobre el fondo sino que salió por un tema formal respecto de la facultad o no para dictar esa resolución. Estoy de acuerdo con la resolución de la IGJ y entiendo que la Sala E (que se encuentra con un pedido de juicio político  por parte del Inspector General de Justicia por este fallo) no analizó ni tomó en cuenta la gravedad del problema .

Participaste de las elecciones para integrar el Consejo de la Magistratura de CABA con la agrupación Gente de Derecho.
Sí, he sido electo consejero suplente. Como titular ejerce actualmente ese cargo el doctor Jorge Rizzo, fuimos electos por la minoría. Lo que me llamó la atención de las elecciones del año pasado fue la baja participación. Entiendo que apenas superó el 10% del padrón. Lo que demuestra varias cosas. Primero que, con todo el tema del trabajo a distancia, van menos abogados al centro. Todo lo que es la digitalización trajo menos participación en las elecciones y cuando eso pasa el gran problema que tenés es el tema de los aparatos políticos. Lamentablemente lo que pocos dicen es que los colegios profesionales están siendo muchas veces cooptados por los partidos políticos y por operadores políticos. Eso también está pasando y más en la abogacía, porque los abogados tenemos el privilegio que nos dio la Constitución Nacional en el año 94 de ser parte del Consejo de la Magistratura de Nación y en este caso del que estamos hablando, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los consejos fueron pensados para darle mayor independencia al Poder Judicial del resto de los poderes del estado, pero lo cierto que no se ha logrado dicho objetivo. Muchos partidos políticos empezaron a jugar un rol muy significativo en las elecciones de los colegios de abogados. Y también se han ido metiendo las elecciones de los estamentos para los académicos. Lamentablemente el espíritu que tuvo, que fue el de tratar de ser un lugar neutro, terminó siendo contaminado por la rosca política. Estoy totalmente a favor de la política, es muy necesaria la representación a través de nuestros gobernantes pero el problema es cuando se contaminan de esta forma instituciones que son importantes. ¿Cuántos juicios políticos hubo desde que se creó el Consejo de la Magistratura de la Nación? El costo económico que tiene para la sociedad argentina es enorme. Prácticamente poco ha cambiado respecto de antes, que directamente se debatía en el Congreso el tema de los pliegos de los jueces. Hoy hay muchos “influencers” políticos recorriendo pasillos en el Poder Judicial. 

¿Y por qué te identificas con Gente de Derecho?
Entiendo que es la única agrupación defiende la actividad profesional del abogado y está formada por abogados que ejercemos la profesión, que presentamos escritos en Tribunales. Hay profesionales de todos los espacios políticos y lo que nos une es la vocación por la abogacía. Todos ejercemos la actividad y pudimos romper con los preconceptos en cuanto a las formas o en cuanto a la ideología política de cada uno de los integrantes. Ojalá que otros colegas traten de estar en agrupaciones esencialmente de abogados y no de operadores político-judiciales, que son los que terminan cocinando todo y son lo que terminan apareciendo en distintos titulares de los diarios.

Hablando del día a día, ¿Cuán importantes son tus socios para vos?
Somos un equipo. Todos para uno y uno para todos. Hoy por hoy, para mí un estudio mediano tiene que ser versátil, donde todos son importantes y ninguno es imprescindible. Lo primero es formar un grupo humano que realmente conviva con sus individualidades. Antes de ser un buen profesional, es ser una buena persona. Además estamos en un momento de mucha inmediatez. Es todo por WhatsApp. Ya casi se está muriendo el correo electrónico, salvo para enviar mucha documentación. Entonces las estructuras se tienen que adaptar a esos cambios y escuchar mucho al cliente. Porque si no sabes qué es lo que realmente quieren, probablemente no encuentres una solución jurídica a su problema. 

¿Algún otro momento de gloria ejerciendo la profesión?
Dios me mató el ego hace muchísimo años, la Gloria pasa por otro lado. En la actividad profesional, son más los partidos que ganás que los que perdés. Si sos parte actora sabés que tenés más posibilidades de ganar. Lo único que pido, sobre todo en algunos fueros, es imparcialidad. A veces si tocás un interés muy importante para la política, se te hace muy cuesta arriba. Sobre todo en el Foro Contencioso Administrativo, tanto de Nación como en CABA, que están muy disciplinados con el poder político del gobierno que ejerce el poder.  Gloria no, porque cuando trabajas en equipo la mochila se aliviana tanto cuando ganas como cuando perdés. Me pongo contento por los clientes.  En realidad la gloria cuando se hace justicia es de los clientes, no para el abogado.

¿Cómo ves a la Corte Suprema hoy en día?
Es uno de los órganos más politizados y no debe ser fácil estar en los zapatos de cada uno de los miembros de la Corte. No tengo una mirada tan crítica de la Corte Suprema, me parece que tiene luces y sombras. Este es un país muy politizado y hay muchísimos preconceptos. Einstein decía “es mucho más fácil romper un átomo o una molécula que romper un preconcepto”. Entonces, en un país tan agrietado, el rol del máximo órgano que tiene que impartir justicia se vuelve extremadamente sensible y son pocos. Habría que ampliarla al menos a siete y que haya vocalías por temas, para que los fallos no sean a destiempo. 

Fotografía/Video: Avanti! Producciones

ARTÍCULOS RELACIONADOS

Suscribite al Newslatter

Para estar actualizado de las ultimas noticias, informes especiales y recibir las ediciones digitales antes que nadie

ÚLTIMAS NOTICIAS