A 79 años del fin del Holocausto, más de mil personas se reunieron en el Palacio Libertad para rendir homenaje a las víctimas de la Shoá, reafirmar el compromiso con la memoria y advertir sobre el peligro del antisemitismo en la actualidad. La educación como respuesta al odio fue el mensaje transversal de una jornada cargada de emoción, historia y reflexión colectiva. Este miércoles se realizó en el Palacio Libertad el acto central por el Día del Holocausto y del Heroísmo en homenaje a las víctimas de la Shoá.
Conocido como Iom Hashoá Vehagvurá, el evento reunió a más de mil personas, entre ellas: autoridades nacionales y provinciales, una delegación de parlamentarios israelíes, legisladores, intendentes, diplomáticos, integrantes del Poder Judicial, fuerzas de seguridad y representantes de diversos credos.
La ceremonia fue acompañada musicalmente por la orquesta de Ángel Mahler y el coro del Banco Nación, e incluyó emotivos homenajes artísticos a cargo de Gabriel Fleischer, Soledad de la Rosa y Germán Tripel, entre otros. Se sumaron los testimonios de sobrevivientes de la Shoá, y mensajes de referentes institucionales como el presidente de la DAIA Mauro Berenstein y el titular del Museo del Holocausto de Buenos Aires Marcelo Mindlin, quien envió un video desde Polonia, donde participa de la “Marcha por la Vida” en memoria de las víctimas de los campos de exterminio.
También tomaron la palabra el periodista y psicólogo Diego Sehinkman, y el secretario de Diálogo Interconfesional de la DAIA, Alberto Zimerman, quien compartió el escenario con el monseñor Raúl Pizarro para realizar un minuto de silencio por Jorge Bergoglio.















Uno de los ejes transversales de la jornada fue la preocupación por el rebrote del antisemitismo tras el ataque terrorista del 7 de octubre. Todos los oradores hicieron énfasis en la importancia de educar, preservar la memoria y promover el rol activo de las nuevas generaciones como agentes de cambio.
Diego Sehinkman compartió una conmovedora historia sobre su abuelo Isaac, discriminado en el Hospital Borda por su religión, y sostuvo que el 7 de octubre “fue un gran principio de revelación en el que el antisemitismo salió del clóset”. En la misma línea, Marcelo Mindlin advirtió: “Después de los horrores de la Shoá, creímos ingenuamente que el antisemitismo ya no era socialmente aceptable… hasta que el 7 de octubre desmoronó esa ilusión, desatando una nueva ola de odio”.
Sehinkman subrayó que es la juventud -con su ímpetu, creatividad e inteligencia- la que debe permanecer alerta ante las nuevas formas de antisemitismo, y estar preparada para combatirlo: “Son los jóvenes quienes continuarán el legado de los sobrevivientes, manteniendo viva su memoria y su mensaje”.
Por su parte, Mauro Berenstein advirtió que el antisemitismo hoy también se manifiesta en sectores educativos y en personas formadas que reproducen prejuicios ancestrales. Señaló el doble filo de las redes sociales, que pueden ser tanto plataformas para el odio como para la libertad, la justicia y la igualdad: “Lo que antes se decía en voz baja, hoy se grita detrás de una pantalla y se vuelve viral”.
En ese sentido, subrayó la necesidad urgente de educar con ética, memoria y pensamiento crítico: “Sin memoria, se corre el riesgo de repetir los errores más oscuros de la humanidad”.
Berenstein anunció que la DAIA está trabajando para impulsar reformas legislativas que incluyan de forma obligatoria en todos los niveles educativos contenidos vinculados al antisemitismo, los discursos de odio y el terrorismo, mediante cursos docentes que luego se trasladen a las aulas. También anticipó la presentación de un proyecto de ley para fomentar y subsidiar en redes sociales campañas contra la discriminación y el terrorismo.
Marcelo Mindlin, por su parte, agradeció al presidente Javier Milei por postular a la Argentina para presidir este año la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés), siendo la primera vez en la historia que el país asumirá ese liderazgo. “Es un verdadero hito y un reconocimiento al trabajo realizado por todos los gobiernos democráticos en la construcción y difusión de la memoria de la Shoá”, resaltó.
Dentro de las personalidades destacadas se encontraban el ex secretario de Derechos Humanos y actual presidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, Claudio Avruj; el procurador bonaerense, Julio Conte-Grand; el embajador de Israel, Eyal Sela; el diputado Fernando Iglesias; la diputada nacional Silvia Lospennato; el ex ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff; la embajadora venezolana Elisa Trotta; y la secretaria de Asuntos Políticos de la Embajada de Estados Unidos, Khatijah Corey. También asistieron representantes diplomáticos de Alemania, Francia, Polonia, Italia, Bélgica, Brasil, Paraguay y México.
También dijeron presentes el juez del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires Luis Lozano; el secretario General de Coordinación Institucional de la Procuración General de la Nación Juan Manuel Olima; los miembros de de la Cámara Federal de Casación Penal Daniel Petrone y Mariano Borinsky; el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Mariano Llorens; el fiscal Federal Eduardo Taiano; el juez Julián Ercolini; los jueces Franco Fiumara y Eduardo Farah; el fiscal Alberto Gentili; el presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional Andrés Basso y el presidente del Colegio de la Abogacía de la Capital Federal, Ricardo Gil Lavedra.
Así, la ceremonia dejó un mensaje claro: la conmemoración del Holocausto no es sólo un ejercicio de memoria, sino un llamado urgente a la acción. Educar con verdad, empatía e historia es fundamental para erradicar el odio. Porque sin memoria no hay futuro, y sin educación no hay cambio posible.